Testimonios

Gaudi declarado venerable

Para toda Venezuela, y en particular también para Mérida, el anuncio de la declaración de venerable a Antonio Gaudí no debe pasar desapercibida

Cardenal Baltazar Porras Cardozo:

 

Para toda Venezuela, y en particular también para Mérida, el anuncio de la declaración de venerable a Antonio Gaudí no debe pasar desapercibida. En varias oportunidades hemos escrito sobre este arquitecto catalán, creyente y devoto, quien con su particular y personal arte ha pasado a la historia de la arquitectura religiosa y civil. Su obra cumbre La Sagrada Familia de Barcelona, a la que hay que sumar el palacio episcopal de Astorga y muchas obras más.

 

La Iglesia reconoce con este decreto las virtudes heroicas, pues tuvo una personalidad contemplativa y mística. Sus últimos años fueron de vida austera, devota y santa. Murió atropellado por el tranvía cuando contaba con 73 años. Había nacido en Reus el 25 de junio de 1852 y falleció el 10 de junio de 1926 en el antiguo hospital de la Santa Cruz en Barcelona.

 

Gaudí, máximo representante del modernismo catalán tuvo como alumno al vasco Manuel Mujica Millán, quien estudió en Barcelona y se trasladó a Caracas contratado para remozar el Panteón Nacional para la celebración del centenario de la muerte del Libertador (1930). Esta obra lo convirtió en un ícono para la sociedad caraqueña que le encargaron una serie de casas, muchas de ellas lamentablemente derruidas para dar paso a construcciones modernas. La Casona de la Hacienda Montalbán fue obra de él, y hoy es parte de la sede de la Conferencia Episcopal Venezolana en el oeste de la capital.

 

Mujica Millán ganó el concurso convocado por Mons. Acacio Chacón Guerra en 1945 para construir la actual catedral que se había derrumbado en la semana de pascua de ese año. En esa obra está el estilo propio de Mujica Millán que tiene los rasgos de su maestro Antonio Gaudí. En la ciudad de Mérida se conservan obras de él, el rectorado de la Universidad de los Andes, el Palacio sede de la Gobernación y de la Alcaldía y algunas casas en el sur de la ciudad.

 

Enrique Solana, arquitecto y presidente del Centro Gaudí Madrid, recuerda una frase del nuevo venerable: «La auténtica construcción del templo no se ve, sino que está dentro de cada uno de los que lo observa, el único camino para construir el futuro es dejarnos construir a nosotros mismos». «En el fondo Gaudí fue siempre un místico, incluso antes de abrazar la fe de una forma definitiva, como cuando de niño deambulaba solo, por los alrededores de Riudoms en busca de fósiles, contemplando plantas y animales«.

 

El Cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona destacó el valor espiritual y humano del célebre arquitecto catalán: “La obra de Gaudí nos sitúa en la grandeza de la trascendencia de Dios pues con su profesión él logra plasmar la fe tan fuerte que tiene”. La catedral de Mérida tiene un atractivo especial para todos los que ingresan a su interior pues sienten que están en terreno sagrado como Moisés en la zarza. En el fondo es la trascendencia de Dios que supo Mujica Millán plasmar en su obra siguiendo los parámetros de su mentor.

 

No tengo noticias de que en América Latina existan huellas del arte religioso de Gaudí. Los venezolanos tenemos la dicha y obligación de unirnos a esta efeméride y convertirnos en devotos de Gaudí pidiendo por su intercesión el milagro que hace falta para que el Vaticano lo reconozca como beato.-

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