Mons. Ignazio Ceffalia destaca la esperanza y el coraje como aspectos claves para la acción pastoral en Venezuela
Este viernes el Encargado de Negocios de la Nunciatura Apostólica en Venezuela participó en la instalación de la II Asamblea Nacional Pastoral de Venezuela, en el Aula Magna de la Universidad Católica Andrés Bello
(Fabiana Ortega -RCL)
Este viernes, sobre las 2:30 pm, en los espacios del Aula Magna de la Universidad Católica Andrés Bello, se instaló la II Asamblea Nacional Pastoral de Venezuela. El Encargado de Negocios de la Nunciatura Apostólica en el país, Mons. Ignazio Ceffalia, compartió algunas reflexiones en la apertura, previo a leer el mensaje que desde El Vaticano envió el Sumo Pontífice.
Tras la participación del Pdte. de la Conferencia Episcopal de Venezuela y también Arzobispo de Cumaná Mons. Jesús González de Zárate, el representante del Vaticano resaltó tres aspectos que le resultan fundamental para el apostolado: El poder desarmante de la palabra de Dios, la esperanza y el coraje.
Sobre el primer aspecto, Mons. Ceffalia señaló que “la palabra de Dios nos sale al encuentro con fuerza para despertar a los corazones, para animar, convocar, purificar. Por lo tanto, es necesario dejarse interpelar, presentándonos al mundo confiados, libres y sin barreras ante lo que el Señor nos pide: llevar la buena nueva, hasta los extremos confines de la tierra”.
Aseguró que, ante la tarea desafiante y de mucho compromiso, hace falta salir de toda comodidad, y “dejarnos llevar al campo abierto de la misión cotidiana, donde nuestra conciencia se expone sin reservas. Nuestra tarea pastoral va por caminos conocidos y por terrenos no explorados. Esto quiere decir que nuestra fidelidad nunca puede asentarse en la mera normalidad o en lo rutinario. Debemos pedir la gracia y la sabiduría del espíritu”, señaló.
“Para ser testigos del Evangelio, no hace falta solamente ser moralmente perfectos. El testigo es aquel que ha visto y ha oído, que ha experimentado en carne propia la fuerza salvadora del Evangelio. Y es esa potencia la que nos redime de las debilidades”, agregó.
Respecto a la esperanza, manifestó que ésta debe impregnar la vida del agente pastoral, sea laico o eclesiástico. A su juicio es la que permite mantenerse firme en la fe, fortalecidos en la lucha y gozosos en practicar el amor.
Sobre el coraje, se refirió a éste como ese otro elemento necesario e imprescindible para la acción pastoral, pues sugiere la disponibilidad para actuar, que brota del corazón. “El coraje en la acción pastoral se vuelve necesario cuando la conciencia, iluminada por la sabiduría, sostenida por la oración, y animada por la caridad, nos obliga a actuar más allá de las resistencias que nos plantea lo que puede suscitar temor, amenaza o simple inercia”.
También destacó el el coraje de hablar libremente: “la franqueza constructiva que obliga a hablar con la verdad por el bien común, incluso cuando eso conlleva consecuencias o un peligro para su propia persona. Si no se da, no eres un buen cristiano”.
“Se trata del coraje de salir a las periferias del mundo, sean geográficas, sociales, culturales y sobre todo, existenciales”, agregó.
Posteriormente leyó el mensaje que le envía el Santo Padre a Venezuela, donde saluda con afecto a los organizadores y participantes de esta Asamblea, y los anima para que respondan con creatividad a los retos del tiempo actual.
El Papa Francisco, según leyó Mons. Ceffalia, los invita a manifestar la belleza de Dios, la seguridad de su compañía y la plenitud de su cercanía; al tiempo que implora al Señor que sostenga con su gracia a la Iglesia que peregrina en Venezuela.
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