Lecturas recomendadas

Vida consagrada

 

 

Rafael María de Balbín:

<<La Iglesia, Pueblo de Dios, está formada por los bautizados que por su consagración bautismal constituyen un Pueblo de sacerdotes, profetas y reyes. Tienen como referencia de vida el seguimiento de Jesús y aceptan como misión anunciar el evangelio siendo testigos de Cristo Resucitado>> (CONCILIO PLENARIO DE VENEZUELA.  La vida consagrada en Venezuela. Documento conciliar N° 5, n. 1).

La riqueza de la Iglesia se manifiesta en la variedad de sus miembros, unidos todos por la común condición de fieles cristianos. <<Dentro de este Pueblo el Señor dispuso que “unos fueran apóstoles; otros, profetas; otros, evangelizadores; otros, pastores y maestros, para la adecuada organización de los santos en las funciones del ministerio, para edificar el cuerpo de Cristo, hasta que lleguemos todos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto, a la plena madurez de Cristo” (Ef. 4, 11-13)>>. (Idem, n.  2).

<<Este documento conciliar trata de quienes constituyen el conjunto de personas en nuestra Iglesia, que han sido llamados como consagrados. Son hombres y mujeres que un día sintieron la llamada de Dios y, dejándolo todo, lo siguieron (Cf. Mt 4, 19-20; Mc 1, 16-20; Lc 5, 1-11); que, durante un tiempo fuerte, se prepararon y formaron, y un día fueron aceptados definitivamente al servicio de un carisma, admitidos por la Iglesia como consagrados/as, para siempre>>. (Idem, n. 3).

Una historia para recordar: <<En los inicios de la fe en América está la entrega de muchos religiosos que hicieron de la evangelización a los nuevos pueblos el sentido de sus vidas. Fueron numerosos los que “dedicaron íntegra su vida -y muchos en grado heroico- a conquistar para la fe de Cristo las tierras de América Latina, entre los que se recuerda con particular veneración, a San Francisco Solano, San Pedro Claver, San Luis Beltrán y al Beato José de Anchieta” (Río 34) >>. (Idem, n. 7).

<<Casi todo el interior del país fue evangelizado por las órdenes religiosas, sobre todo los Franciscanos y Capuchinos , aunque con presencia significativa de Dominicos y Agustinos en Los Andes. Esta evangelización fue programada íntegramente, es decir, que una existencia lo más humana posible fuera camino para la felicidad eterna. El ingente material producido por los misioneros evidencia el interés por estas culturas indígenas, aun dentro de las limitaciones de la época>>.  (Idem, n. 9).

<<Es también importante recordar que esta evangelización fue tan consistente que, al desaparecer la vida religiosa durante el siglo XIX, al debilitarse seriamente la presencia de la institución eclesiástica hasta muy avanzado el siglo XX, y cuando la vida religiosa fue extinguida por el estado a lo largo del siglo XIX, la población conservó y trasmitió la fe católica>>.  (Idem, n. 10).

<<La presencia de la Vida Consagrada y los frutos de su trabajo han sido una constante a través de la historia en nuestra tierra. Tanto en Venezuela como en todo el continente, la Iglesia reconoce con gozo los frutos de esta presencia que promueve y acompaña>>.  (Idem, n. 11).

Datos actuales: <<Aunque cada año varía su composición podemos decir que, al inicio del tercer milenio, existen en Venezuela más de 280 Institutos de vida consagrada con un número superior al de 5.000 consagrados/as, de los que un porcentaje aproximado de 30% son hombres y un 70% mujeres. Se encuentra presente la variedad de carismas y estilos: desde monjes y vida contemplativa femenina con larga tradición en la Iglesia, pasando por los religiosos no clérigos, hasta Institutos Seculares que viven la plenitud de su consagración insertos en las realidades temporales (Cf. VC 10), Sociedades de vida apostólica con su específico fin apostólico o misionero (Cf. VC 11), y nuevas formas de vida consagrada que Dios inspira en Venezuela con características originales, como son comunidades mixtas de diversos estilos, o versiones nuevas de carismas históricos (Cf. VC 12 y 62), dando entre todos respuesta a los signos de los tiempos>>.  (Idem, n. 13).

<<Durante muchos años han predominado los venidos de otros países. Por una parte se han granjeado en el pueblo un gran respeto por su entrega y dedicación, pero por otra parte ha llevado a ese mismo pueblo a una percepción de la vida consagrada como algo ajeno a Venezuela. De hecho muchos Institutos no presentaron la consagración como una propuesta de vida para los jóvenes del país, por lo que han envejecido y es, en estos últimos años, cuando han iniciado una campaña vocacional activa>>.  (Idem, n. 14).

<<También en estos últimos años se ha dado una disminución drástica de los consagrados venidos de fuera. Por ello algunos Institutos se preguntan sobre la posibilidad de permanecer o no en el país ante el envejecimiento y disminución numérica, con todo lo que ello supone de esperanza y temor a conseguirlo>>.  (Idem, n. 15).

<<Junto con lo anterior hay que constatar también en la actualidad un crecimiento constante del número de venezolanos/as que van tomando el relevo en tantos carismas y presencias. Este hecho es considerado como un don de Dios, y motiva un gran esfuerzo de acogida, formación y acompañamiento para conseguir que la vida consagrada acontezca en Venezuela>>. (Idem, n. 16).

<<A la vida consagrada femenina se le reconoce su entrega y presencia en “los lugares de misión que ofrecen mayor dificultad, y es especialmente sensible al clamor de los pobres” (SD 90), pero aunque se aplaude su dedicación y generosidad, ejemplo para el resto de los cristianos, no siempre es valorada en la Iglesia a la altura de lo que hacen y son (Cf. SD 108; VC. 57)>>.  (Idem, n. 17).

<<Por todo ello, y porque es su misma raíz, la búsqueda intensa de la experiencia de Dios y el seguimiento radical de Cristo son hoy la tendencia esencial en la vida consagrada. Pero, a la vez, existe en la actualidad una cierta propensión a nivelarse con los estilos actuales en ideas, hábitos de vida y jerarquía de valores. Se comprueba que, allí donde esto ocurre, se deja de ser parábola e interpelación, de manera que al hacerse los consagrados tan iguales a todo el mundo no se da el testimonio que anime a “venderlo todo” (Cf. Mt 19,21) por seguir a Cristo en estos caminos>>.  (Idem, n. 20).

<<Las comunidades de vida consagrada en Venezuela se dedican de manera mayoritaria a la educación, seguidamente a trabajos en parroquias y en tercer lugar a obras sociales, en las que se destacan la salud, las cárceles, misiones populares, trabajos con drogadictos, niños de la calle, atención a enfermos con SIDA, ancianos, indígenas, presencia en los medios, cultura, publicaciones…, sin olvidar los espacios de retiros y oración. Como mentalidad, siguiendo una larga tradición, es grande la preocupación e implicación por trabajar con los últimos del sistema, popularizar obras, apertura a nuevos trabajos en zonas pobres, entre los que destacan obras de educación no formal y dispensarios médicos para atender a los más necesitados>>.  (Idem, n. 33).

<<La vida consagrada en Venezuela ha dado respuestas muy positivas a las urgencias y necesidades de la Iglesia Particular, especialmente en la atención a parroquias y vicarías, enriqueciendo así, con su carisma, el conjunto de esa Iglesia. Sin embargo, la búsqueda de compromisos apostólicos más adecuados a la índole carismática de los institutos no siempre ha sido suficientemente entendida y valorada. En el caso de las comunidades femeninas se añada a veces la poca aceptación e integración de su trabajo en la pastoral de conjunto>>.  (Idem, n. 35).

<<El testimonio de la resurrección del Señor se encarna de muy diversas formas en el Pueblo de Dios. En la historia de la Iglesia la consagración a través de los consejos evangélicos ha sido una de las formas de ese testimonio, y un signo muy particular de esa presencia del Resucitado en medio de su Pueblo. La multiplicidad de servicios en que se encarna este testimonio anuncia y adelanta la venida del Reino (Cf. 2 Pe 3, 12)>>. (Idem, n. 48).

<<La experiencia personal de Cristo casto, pobre y obediente al Padre, es la fuente de la que brota la consagración mediante la profesión de los consejos evangélicos. Constituye la experiencia fundante de la vida consagrada, apela a la capacidad contemplativa de todo cristiano (Cf. LG. 44, VC 3 y AG 18) y la desarrolla como camino de santidad>>.  (Idem, n. 52).

<<La experiencia de Dios se entiende como el alma que cataliza e integra todos los aspectos de la vida de las personas consagradas, se nutre de ella y se encarna en ellos. No es una parcela o un capítulo aparte, atraviesa tanto los momentos más específicamente contemplativos como los momentos de mayor intensidad apostólica. Sin embargo, los tiempos fuertes de oración y de silencio contemplativo son absolutamente necesarios para alimentarla. El consagrado es un orante permanente, animador de la experiencia de Dios en la historia humana, y no simple intercesor por la humanidad>>. (Idem, n. 53).

<<Esta misma Experiencia de Dios nos debe dejar a todos la nostalgia de las radicales opciones de Jesús pobre, casto y obediente, que encontraba en Dios el mayor tesoro, como la base de un estilo que sea contraste fuerte con el ambiente carente de profundidad y de valores en que nos movemos>>.  (Idem, n. 55).

<<La contemplación de Dios y la fraternidad se complementan con el apostolado. Cada instituto lo vive en Venezuela desde su carisma, cada persona desde su estilo personal, pero todos desde el envío de Jesús. Un envío que se hace misión, una misión fundamental nacida del evangelio, que a su vez se realiza y concreta de muy diversas maneras>>. (Idem, n. 69).

<<Por eso todo consagrado/a tiene como misión fundamental la entrega de toda su vida como testimonio de Dios y de su Reino en el corazón del mundo (Cf. PC 5). “Esta consagración peculiar es un compromiso a vivir con mayor intensidad el aspecto escatológico del cristianismo para ser dentro de la Iglesia, de un modo especial testigo de la Ciudad de Dios” (Med. 12, 2)>>.  (Idem, n. 70).

<<Pero también, y a través de sus diversos carismas, participan en misiones concretas, de manera que allí donde está la vida consagrada se da gran pluralidad de entregas y trabajos, desde la oración propia de las comunidades contemplativas y monásticas, hasta la gran variedad de labores que son caminos de evangelización, pasando por los gestos de fraternidad que se hacen propuestas de un mundo nuevo. Así, la vida consagrada debe saber leer en cada momento histórico las carencias y urgencias de la época y responder, como signo de la misericordia de Dios, con un impulso creativo en una gran diversidad de trabajos>>. (Idem, n. 71).

<<El Concilio encuentra algunas tareas prioritarias que, a través de la historia, han sido características de la vida consagrada en Venezuela y que siguen siendo caminos de evangelización: la educación, campo esencial en la misión de la Iglesia (Cf. VC 96), en el que los consagrados aportan su rica tradición y su peculiar estilo; la salud (Cf. VC 83), un compromiso que arranca con el evangelio y a través del cual se atiende al enfermo tanto en el dolor del cuerpo como en la salud del alma; las misiones, continuadoras de la vocación evangelizadora y creadoras de nuestra Iglesia; las parroquias, donde muchos institutos realizan su misión; todos los variados trabajos a favor de los excluidos, y cuanto ayude a que las personas se descubran como sujetos sociales, participantes en la construcción del futuro de esta tierra>>. (Idem, n. 74).

Hacen falta vocaciones para la vida consagrada. <<La vocación es un misterio de la gracia divina, por eso es necesario un acto de fe para comprometerse en la pastoral vocacional, sabiendo que la oración al dueño de la mies (Cf. Lc 10, 2) es su punto de partida. Quienes trabajan esta pastoral deben saber que prolongan la acción de Jesús (Cf. Jn 15, 16), presentan el ser cristiano como realidad vocacional y están abiertos a fomentar todas las vocaciones, ya que no se trabaja para cada uno, sino para el Señor>>.  (Idem, n. 76).

<<Quienes trabajan en la promoción vocacional se entregan como si todo dependiera de ellos, sabiendo que el que existan vocaciones tiene que ver con la autenticidad del testimonio de vida, medio del que Dios quiere servirse para llamar a los que Él desea>>. (Idem, n. 77).

<<Continuadores de una larga tradición en la Iglesia se debe pedir a las/os candidatas/os: suficiente sentido de Dios, cierta capacidad para el silencio y la soledad, estilo de servicio, sinceridad, valer para el trabajo en equipo y la siempre necesaria humildad>>.  (Idem, n. 81).

<<Sabiendo que “la renovación adecuada de los institutos depende sobre todo de la formación de sus miembros” (PC 18), es hoy de máxima urgencia también una adecuada formación intelectual y doctrinal que permita a los/las consagrados/as poder comprenderse en medio de nuestro mundo y, a la vez, saber interpretar los signos de los tiempos siendo fieles al Magisterio de la Iglesia>>.  (Idem, n. 83).

<<La pastoral vocacional presenta al Instituto, en nombre del cual se hace la propuesta, como un modo particular de vida para el seguimiento de Jesús. Contempla dos procesos diferenciados entre sí: promoción vocacional, que marca el inicio de la pastoral vocacional, y el acompañamiento vocacional, que comienza cuando un joven solicita vivir el proceso de discernimiento para el que la congregación le ha considerado apto>>. (Idem, n. 37).

<<La promoción vocacional trata de hacer llegar a la mayor cantidad de jóvenes información de los diversos institutos sobre quiénes son, qué hacen, cuál es la razón de vida, qué anima a trabajar por Jesús. Esto lo hacen todos los miembros de la Congregación y no sólo ellos, sino también las personas cercanas, las mismas familias, etc.>>.  (Idem, n. 38).

<<El acompañamiento vocacional empieza en el momento en que el joven expresa su deseo de vivir un tiempo fuerte de discernimiento vocacional, y la congregación lo considera apto. Es el tiempo de acompañarle en una experiencia de discernimiento gradual y progresiva en la que descubre sus motivaciones y capacidades para vivir desde el carisma elegido. A la vez se le ayuda a madurar en su dimensión humana, en la fe y en la vocación>>.  (Idem, n. 39).

<<La experiencia de estos últimos años en Venezuela con los candidatos/as, presenta unos rasgos positivos que indican cierta sintonía con la vida consagrada. Algunos de ellos son: un gran sentido de generosidad, connaturalidad con la oración e incluso con la contemplación, profunda afectividad, gozo y sentido festivo de la vida comunitaria, sensibilidad ante los problemas y dolores de la gente>>. (Idem, n. 41).

<<También se comprueban rasgos negativos, algunos de ellos provenientes de familias poco constituidas que no generan suficiente madurez para el equilibrio afectivo-sexual y muestran inseguridad en la toma de decisiones. Junto a ellos existen otros datos propios de la cultura de hoy como son, entre otros, el individualismo, la dificultad en las entregas para siempre o el esfuerzo prolongado, la austeridad o la transparencia; y como dato generalizado la dificultad para entenderse a sí mismo, lo que genera con el tiempo problemas de identidad>>. (Idem, n. 42).

El Concilio Plenario de Venezuela plantea  diversos desafíos y exhortaciones:

-<<Ante el pragmatismo y el activismo dominantes en nuestra sociedad, profundizar en una actitud que sepa ir a la raíz de los problemas, allí donde Dios se hace encuentro y respuesta. “Solo Dios basta”. Ser hombres y mujeres expertos en Dios>>. (Idem, n. 85).

-<<Ante la presencia en parroquias, seguir colaborando con las necesidades de la Iglesia Particular, enriqueciéndose mutuamente y aportando la originalidad de los dones que ofreció Dios a la Iglesia a través de los diversos carismas de los fundadores>>. (Idem, n. 88).

-<<Ante las grandes diferencias sociales de nuestra tierra, ante los extremos de abandono en que vive gran parte de la gente, ante la situación de los pueblos indígenas, continuar y seguir haciendo el esfuerzo de presencia e inserción con los últimos de la sociedad, destacando personas a este fin y promoviendo su educación, salud, fe y cercanía>>.  (Idem, n. 91).

-<<Ante el poco conocimiento de la vida consagrada por parte del pueblo, y de manera especial por los cristianos, deben encontrarse cauces que den a conocer lo que significan, son y hacen estos institutos en la Iglesia y se encuentre la manera de superar las distancias que existan>>. (Idem, n. 94).

-<<Ante la urgencia de mayor comunión e inserción en la Iglesia Particular, encontrar caminos para la integración plena del presbítero religioso en el Presbiterio Diocesano  y de la vida consagrada en general en la programación y estructuras pastorales de las diócesis. Pero en todo caso es importante que se den pasos en una relación de mayor conocimiento y colaboración entre obispos, clero diocesano y vida consagrada>> (Idem, n. 92).

-<<Ante la tendencia mundial de valorar poco el compromiso apostólico, la fidelidad para siempre y la radicalidad, seguir clarificando y acompañando la formación de los/as candidatos/as a la vida consagrada para una vida de donación radical, en el seguimiento de Jesús>> (Idem, n. 96).

-<<Ante el poco conocimiento y valoración de las vocaciones en nuestro país, fomentar entre los cristianos una decidida cultura vocacional que valore y sirva de soporte para las llamadas y entregas definitivas a Dios>> (Idem, n. 103).

-<<Ante el necesario proceso de integración de la dimensión afectivo-sexual en la personalidad, clarificar la ayuda de los formadores y los demás ámbitos formativos, para llegar al conocimiento de sí en profundidad y desde él avanzar en una maduración progresiva en estos temas y los aspectos relacionales ligados con ellos>>. (Idem, n. 106).

-<<Ante la necesidad de dar una buena formación, los/as superiores/as de los institutos procurarán que haya suficientes formadores convenientemente liberados de otras actividades. Se debe tender a que puedan dedicarse a tiempo completo a esta labor. También debe proseguir el esfuerzo de ofrecer formación adecuada a las/os formadores/as y, si es posible, seguir enviando religiosos/as a facultades eclesiásticas acreditadas>>. (Idem,n. 108) .

-<<A través de la historia de Venezuela la vida consagrada ha sido maestra en la oración. También hoy, en un mundo que tiende a construirse al margen de Dios, urge mantener cuanto se hace y, a la vez, crear nuevos espacios que sean escuela y taller de la vida con Dios, que muevan a adorarlo en “espíritu y verdad” (Jn 4,21)>>. (Idem,n. 113) .

-<<La vida consagrada, por su mismo ser e historia, tiene como opción preferencial los pobres (Cf. VC 82) y todas las formas de pobreza. Es propio de ella hacer felices a sus semejantes, al margen de su credo religioso, raza, color, o sexo, y por ello debe situarse desde sus posibilidades, allí donde se sufre o se muere, allí donde los derechos humanos son violados, en las fronteras de la vida y donde sea necesario ofrecer una mano amiga que aporte humanidad>>.  (Idem, n. 127).

-<<La vida consagrada, que nació como contraste de un mundo cuyos valores no son los del Evangelio, debe ser hoy profecía de la esperanza y espacio de diálogo, al mismo tiempo que instancia crítica que busca la reforma de costumbres, de estilos y hasta de leyes en desacuerdo con el evangelio. Ambas cosas debe hacerlas con su característica de humildad, paz y constancia>>. (Idem, n. 130).-

(rbalbin19@gmail.com)

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