Iglesia Venezolana

¡A renovar nuestra acción pastoral!

Una crónica desde la parroquia Nuestra Señora del Valle

Monseñor Ramón Antonio Linares: nos pide decir como Isaías:

“Aquí estoy yo, envíame”.

(En el marco de la II Asamblea Nacional de Pastoral)

   

Marielena Mestas Pérez:

Unida a la II Asamblea Nacional de Pastoral, la parroquia Nuestra Señora del Valle, urbanización Vista Alegre, acogió este fin de semana a la delegación proveniente de la diócesis de San Carlos de Cojedes integrada por monseñor Ramón Antonio Linares, obispo emérito de Barinas, monseñor Polito Rodríguez Méndez, obispo de la diócesis de San Carlos, presbítero Rodolfo Monsalve, vicario, Lucy Peña, directora del Instituto de Teología de esta diócesis y el licenciado José Carlos Gómez, del Departamento de Prensa

Testimonios  y reflexiones fueron compartidos la noche del viernes en la asamblea parroquial que cada mes se congrega en la parroquia caraqueña bajo la atenta orientación del párroco Eduardo Antonio Campagnuolo.

En la celebración eucarística del sábado Monseñor Polito Rodríguez Méndez animó a los fieles a no tener miedo, pues se debe tener presente que, como hijos de Dios que somos, estamos bajo su cuidado.

De igual manera pidió vivir comprometidos reconociendo a Dios delante de los otros; invitó a dar testimonio para que no nos cueste afirmar que somos católicos y que el Señor es nuestro salvador. Invitó a afirmar, sin temor, que amamos a la Iglesia, a la Virgen, al país y la familia. “Reconozcamos que Dios es el Señor de nuestra vida y que Él es todo para nosotros”, concluyó.

Prosiguió monseñor Ramón Antonio Linares, exponiendo que esta II Asamblea Nacional de Pastoral fija la mirada de todos los delegados en la parroquia, pues es ella quien hace visible lo que es la Iglesia de Cristo, quien vino con una misión y envió a los discípulos. “Por tanto, nuestra Iglesia es misionera”, aseveró, al mismo tiempo que indicó: “Tenemos que enseñar porque la mayor parte de nuestro pueblo no conoce a Cristo. Enseñar sobre Él y dar a conocer su presencia real al partir el pan. Jesús vive en la Eucaristía.

Debemos ser familia en comunión, familia íntimamente unida, con un mismo objetivo: vivir la caridad, la comunión fraterna. Enfermos, ancianos, marginados, acercarnos a ellos y anunciar a Cristo. La parroquia es el instrumento indicado para anunciar a Cristo y vivir como Iglesia, como cristiano. Es lo que buscamos en esta II Asamblea Nacional”.

Finalizó invitando a los asistentes a vivir los carismas, los dones que cada uno tiene, poniéndolos a la orden de quien los necesite. Culminó la homilía afirmando que se darán frutos si, bajo la guía del Espíritu Santo, aprendemos a decir como Isaías: “Aquí estoy yo. ¡Envíame!”.

“Su presencia es entrega testimonial y motivadora”, señaló el padre Eduardo Antonio Campagnuolo, con tono alegre, al agradecer la visita de monseñor Linares. También dirigió palabras plenas de fraternidad y reencuentro con motivo de la visita de monseñor Polito Rodríguez.

Finalizada la celebración eucarística el obispo de la diócesis de San Carlos expuso que se siente  muy feliz participando de dicha II asamblea que convoca a representantes de todas las diócesis de Venezuela. Agradeció las virtudes, talentos, otorgados por el Padre, recordando que somos su imagen y semejanza y, por tanto, somos una bendición del Señor.

En la Universidad Católica Andrés Bello nos hemos escuchado, hemos dialogado, discernido y ahora vamos a asumir en cada diócesis los retos o desafíos para vivir una pastoral que se enfoca, específicamente, en que la parroquias sean misioneras.

Debemos lograr que, en primer lugar, las parroquias sean evangelizadoras, que vivan la comunión, que vivan el ejercicio de la caridad, la diaconía, que vivan la liturgia y una espiritualidad de comunión. La vida parroquial debe orientarse  a la evangelización. Por allí va la sinodalidad de la que nos habla el Papa y por ese camino buscar que todos, pueblo de Dios, nos incorporemos para  la presencia de nuestro señor Jesucristo.

Para el padre Rodolfo Monsalve “la experiencia de esta asamblea ha sido muy buena porque ha permitido escuchar al otro y aprender de él. Ha sido una oportunidad de compartir con el otro los dones del Espíritu sintiendo esperanza de que las cosas van cambiando en comunión, con alegría y tomando fuerza. Con la cooperación de toda la Iglesia, en comunión, seguiremos trabajando por nuestra iglesia y el bien de nuestro país”.

Por su parte el licenciado José Carlos Gómez, del Departamento de Prensa de la diócesis de San Carlos afirmó que es muy oportuna esta II Asamblea pues es una oportunidad para que la Iglesia en Venezuela rectifique, renueve, revise, diagnostique, y se reimpulse para vivificar la evangelización siguiendo el llamado que nos hace el Señor a evangelizar, a hacer discípulos a los pueblos de una manera sistematizada, organizada, en comunión, para que juntos llevemos el Evangelio del Señor a la periferia, a donde nadie llega. El Evangelio es el fermento y la luz para la construcción de una nueva sociedad.

No tendremos una nueva sociedad sino tenemos conversión del corazón, sincera, honesta, que con nuestro quehacer y espiritualidad y encuentro con Jesús  llevemos un consuelo a quien necesita en realidad, al pobre, al preso, a la familia que necesita un consuelo,  al joven que se siente frustrado, al anciano, al niño que necesita cariño. Allí tiene que llegarla iglesia siendo la caricia de Dios en el mundo, concluyó Gómez.

¡A renovar nuestra acción pastoral!

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