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Acorralar y destruir a la Iglesia: El proyecto de Ortega

El exministro de Educación de Nicaragua, Humberto Belli analiza la situación del país y hace una declaración impactante: «Lo peor está por venir»

En una entrevista concedida a la Deutsche Welle (DW), el escritor y exministro de Educación de Nicaragua durante la presidencia de Violeta Barrios de Chamorro, Humberto Belli (77), sentenció: «Esta es la mayor persecución que la Iglesia católica ha sufrido en toda su historia. Y lo peor está por venir».

Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, ha prohibido procesiones religiosas, expulsado y encarcelado a decenas de sacerdotes católicos, prohibido órdenes religiosas, acusado de «terrorismo» y «lavado de dinero» a organizaciones caritativas y mantiene, entre otras muchas víctimas, al obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, en la cárcel.

Para Belli, una personalidad histórica ligada al grupo editorial (hoy tomado por el régimen sandinista) de La Prensa, Ortega tiene un objetivo en la mira de todos sus actos: «Acorralar y destruir» a la Iglesia para imponer definitivamente un sistema «totalitario», donde no exista el más mínimo disenso.

«Jamás en cuatro siglos ha habido una persecución semejante. La iglesia ha sido satanizada y ahora se le acusa de promover el terrorismo, lavar dinero y esconder armas», dijo Belli, quien sabe de lo que habla: es el autor del libro Buscando la tierra prometida: historia de Nicaragua 1492-2019.

Belli, quien estuvo al frente del ministerio de educación de 1990 a 1997, sostuvo en la entrevista con la DW que el presidente Ortega y su esposa, Rosario Murillo, han expulsado de Nicaragua «a 36 monjas y 77 sacerdotes, mientras cierra canales de televisión y radioemisoras católicas en todo el país».

«Y en los últimos días han confiscado colegios católicos y cerrado cuentas bancarias de las diócesis, creando un grave problema para la manutención de las parroquias y las escuelas que ellas administran», señaló Humberto Belli, hermano de la poetisa y laureada escritora Gioconda Belli.

(Nota de redacción: En las últimas horas también ha trascendido, tal cual reproducen medios locales comoConfidencial, que también fueron congeladas cuentas bancarias personales de varios sacerdotes).

Nadie está a salvo

Con el pretexto de Ortega y Murillo de que la Iglesia trató de dar un golpe de Estado en 2018, y que obispos y sacerdotes nicaragüenses son «demonios con sotana», Belli dijo a la DW que «pretenden destruir a la iglesia católica, reducirla a su mínima expresión, como parte de una estrategia que va más allá de la persecución política».

«Es en realidad una persecución religiosa y lo peor está por venir», dijo en la entrevista. La gran baza de Ortega-Murillo es, para Belli, disfrazar la persecución contra la Iglesia católica como una forma de «depuración política». De ahí las acusaciones a miembros de ser «traidores» a la Patria y de «poner en riesgo la soberanía nacional».

Acto seguido dio varios escenarios posibles, ninguno de ellos optimista. Primero que nada, el exministro de Educación –quien ya ha tocado la cárcel y el exilio—auguró que los Ortega-Murillo «van a confiscar los bienes de la iglesia, seguirán expulsando sacerdotes y cerrarán todos los colegios católicos del país».

Tampoco descarta que Ortega pueda encarcelar incluso a otras figuras de la Iglesia poco críticas del gobierno, como el cardenal Leopoldo Brenes o el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Carlos Herrera. «Nadie está a salvo, y ellos pueden hacer cualquier cosa», sentenció Belli.

«Lo que está ocurriendo en Nicaragua –dijo Belli–es un cambio profundo de modelo político. Ya no se trata de imponer un sistema arbitrario o autoritario, sino que han optado por un modelo totalitario, similar al de Cuba, y dinástico como el de Corea del Norte, orientado a que no exista ninguna organización independiente».

«Es un modelo que suprime todo lo que no esté supeditado al Estado. Y como es difícil que la Iglesia se someta al gobierno, quieren debilitarla, dejarla en el suelo, en quiebra y con la mayoría de sus sacerdotes expulsados, presos o exiliados». Terminó diciendo el exministro de Educación a la DW.-

Jaime Septién – publicado el 15/06/23-Aleteia.org

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