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Comunicar la Verdad

Rafael María de Balbín:

 

Un signo de los tiempos que corren es el crecimiento, en cantidad y en calidad, de los medios masivos de información y comunicación. Por primera vez en la historia de la humanidad hay una facilidad generalizada para que las opiniones y las noticias lleguen a todas partes, en un tiempo mínimo.

<<La llegada de un nuevo tiempo, signado por las comunicaciones, constituye un fenómeno complejo y diversificado. Desde la aparición de la Instrucción Pastoral Communio et Progressio, pedida por el Concilio Vaticano II, se han generalizado expresiones como: “sociedad de la información”, “cultura de los Medios de Comunicación Social”, “generación de los medios de comunicación”. Es decir, cuanto saben, piensan y hablan los hombres y mujeres de nuestro tiempo está condicionado por los medios de comunicación (Cf. AN 1-2). (CONCILIO PLENARIO DE VENEZUELA. La pastoral de los medios de comunicación social. Documento conciliar nº 14, n. 2)

<<Se trata no sólo de una rápida evolución de antiguas tecnologías, sino de la aparición de otras nuevas y de mayor alcance en el campo de la telecomunicación y comunicación social, a saber: televisión por cable, transmisiones satelitales, fibras ópticas, videocassetes, discos compactos, computador (imágenes y otras técnicas digitalizadas e informáticas, como la Internet), la telefonía celular, la videotelefonía; es decir, los “multimedia” (AN 3)>> (Idem, n. 3).

<<La evangelización, como bien lo ha expresado la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, celebrada en Puebla, debe ir conformando los modos de pensar y de obrar de acuerdo con los valores del Reino anunciados por Jesús (verdad, libertad, justicia, amor y paz), para que impregnen con sabor evangélico todas las realidades humanas: estructuras (eclesiales, políticas, sociales), todo tipo de relaciones y, sobre todo, favorezcan un clima de convivencia en el que se hagan presentes la tolerancia, el respeto y la reconciliación. Este compromiso constituye el motor de la pastoral de la opinión pública (Cf. CP 24-25)>> (Idem, n. 4).

<<En la sociedad del conocimiento la forma más elevada del capital es la posesión tanto del saber científico y su aplicación técnica, como de las demandas de la gente y de los resortes del mercado. Dentro de este mundo, los MCS deben ser considerados como la industria de la información y del entretenimiento. Por eso, no sólo informan sino que “crean” la noticia al servicio de sus intereses particulares>> (Idem, n. 8).

<<En los últimos años, Venezuela ha experimentado una proliferación de medios alternativos con características muy peculiares, orientados a una mayor participación de las comunidades, al servicio de diversos intereses y con una honda influencia en la población nacional>> (Idem, n. 14).

<<Los MCS tienen una altísima responsabilidad social: la de informar de todo lo relevante que acontece, dando la palabra o transmitiendo fielmente la versión de los diversos actores y la de debatir cuestiones de fondo en base a argumentos. A esta responsabilidad corresponde la de los padres y educadores, quienes están llamados a ejercer su función orientadora y educadora hacia sus hijos y educandos para que tengan los criterios éticos y morales que les permitan discernir lo bueno de lo malo, así como lo que dignifica de aquello que degrada en los contenidos y mensajes que emiten los MCS>> (Idem, n. 17).

<<El Estado, al legislar en materia comunicacional, debe garantizar: la responsabilidad que tienen tanto los prestadores de servicios como los usuarios a los fines de promover la verdad, la justicia, la dignidad de la persona humana, el bien común y la convivencia social>> (Idem, n. 18).

<<Las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación (TIC), de gran impacto en la conformación de la conducta humana, constituyen una inmensa posibilidad en el campo de la educación y en el de la evangelización. Su acción es instantánea, inmediata, capaz de difundir ilimitadamente sus contenidos. Las nuevas tecnologías superan todas las fronteras, estrechando la unidad entre los pueblos y prestando útiles servicios a la familia humana. Su expansión ha incrementado la capacidad de comunicación entre personas y grupos. La Internet permite conexiones interactivas, estar presente activamente en el ínterespacio, anunciar su mensaje al mundo y poder ser oído, superar las divisiones y promover el desarrollo humano>> (Idem, n. 22).

<<Circunstancias de carácter social y motivaciones comerciales –sobre todo los beneficios económicos- hacen que los MCS caigan en los excesos del materialismo y contribuyan a la alienación y perversión de la persona individual y, en general, del pueblo como colectivo>> (Idem, n. 24).

<<La difusión del relativismo ético y el utilitarismo conducen a una cultura permisiva que promueve y apoya la práctica de la anticoncepción, la esterilización, el aborto y la eutanasia, como signos de progreso y conquistas libertarias y, trata superficialmente, y de modo acrítico, la infidelidad matrimonial, el libertinaje, la homosexualidad y la ausencia de una visión moral; a ésta cataloga como retrógrada, contraria, y opuesta al progreso>> (Idem, n. 28).

<<La difusión de la Internet –así como el uso de la telefonía móvil- plantea serias cuestiones éticas concernientes a asuntos como la privacidad, la seguridad y la confidencialidad de los datos y el derecho a la propiedad intelectual. Estas nuevas tecnologías facilitan la promoción del erotismo, los “sitios” cargados de odio, la propagación de falsos rumores, la maledicencia y la difamación>> (Idem, n. 29).

<<La libertad de expresión es uno de los derechos humanos fundamentales que permite el desarrollo integral del hombre, lo conduce en la búsqueda de la verdad y constituye una herramienta para la participación y defensa de la democracia. Mediante la libertad de expresión la persona puede emitir juicios críticos sobre diversos temas. Esta libertad da lugar a una opinión pública informada y mejor preparada para la toma de decisiones>> (Idem, n. 39).

<<En nuestra sociedad la intolerancia, que no formaba parte de nuestra cultura, ha aparecido con tal fuerza que cataloga la disidencia como enemiga y es una grave amenaza para el ejercicio de la libertad de expresión>> (Idem, n. 44).

<<La CEV, a través de su Comisión Episcopal de MCS, para estimular a los comunicadores que actúan en un sentido positivo, creó el premio Mons. Pellín, de gran impacto en el acontecer comunicacional del país, por su credibilidad y seriedad. Así mismo, el Santo Padre todos los años, con ocasión de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, inspira, motiva y orienta nuestra política comunicacional>> (Idem, n. 46).

<<En muchos agentes de pastoral de nuestra Iglesia se observa una falta de conciencia de la importancia en utilizar adecuadamente los MCS para la evangelización, la promoción humana y la creación de una sana opinión pública>> (Idem, n. 55).

<<Se observa escasa participación de obispos, sacerdotes y laicos en los grandes debates que se dan en los MCS donde la temática tiene que ver con la doctrina y la moral católicas>> (Idem, n. 56).

<<Los MCS de la Iglesia, aunque son significativos en número, no tienen la difusión, cobertura, penetración y poder informativo de los grandes medios masivos comerciales, oficiales y alternativos. Su eficacia evangelizadora es reducida y limitada, y es poca su influencia en la opinión pública nacional. Hay MCS que son de la Iglesia pero que, en su misma programación y contenidos, reflejan muy poco su identidad católica>> (Idem, n. 60-61).

<<Para que la Iglesia pueda cumplir con su misión evangelizadora a través de los medios, se necesita una formación y capacitación de los agentes de pastoral en las ciencias de la comunicación y una formación de los comunicadores en los contenidos y exigencias de la fe cristiana>> (Idem, n. 64).

<<Las Escuelas de Comunicación de las Universidades Católicas existentes en el país constituyen un punto de apoyo importante en la formación de comunicadores católicos>> (Idem, n. 68).

Recordemos la importancia de conocer y comunicar la verdad, que une entre sí a las personas y a las colectividades, y las lleva a Dios. <<“La historia de la salvación narra y documenta la comunicación de Dios con el hombre, comunicación que utiliza todas las formas y modalidades del comunicar. El ser humano ha sido creado a imagen y semejanza de Dios para acoger la revelación divina y para entablar un diálogo de amor con Él. A causa del pecado, esta capacidad de diálogo ha sido alterada, sea a escala personal o social, y los hombres han hecho y continúan haciendo la amarga experiencia de la incomprensión y de la lejanía. Sin embargo, Dios no los ha abandonado y les ha enviado a su mismo Hijo (Cf. Mc 12, 1- 11). En el Verbo hecho carne el evento comunicativo asume su máxima dimensión salvífica: de este modo se entrega al hombre, en el Espíritu Santo, la capacidad de recibir la salvación y de anunciarla y testimoniarla a sus hermanos” (RD 4)>> (Idem, n. 76).

<<No cabe duda de que Jesús fue un gran Comunicador. La primera vez que habló en público, según Marcos (1,22), la gente se quedó admirada porque hablaba con autoridad; la gente disfrutaba escuchándolo (Mc. 12, 37). Hablaba en las sinagogas y en el templo, como también por las casas, plazas, en el campo y orillas del lago>> (Idem, n. 78).

<<De forma masiva las personas se desplazaban para escuchar a Jesús (Cf. Mc 3, 7-8), y lo escuchaban durante horas y aun días enteros (Mc 8,2-3). La escena más significativa del poder de su palabra es la de los guardias del templo enviados a prenderlo, que al ir abriéndose paso entre la gente, lo oyen hablar hasta que se detienen a escucharlo, se retiran sin detenerlo y argumentan ante sus jefes que: “Jamás nadie habló como este hombre” (Jn 7, 46)>> (Idem, n. 79).

<<Cristo, Comunicador de la Buena Nueva del amor del Padre, comunicó a su vez el Espíritu Santo y envió a sus discípulos a anunciar el Evangelio de la verdad y de la salvación a todos los pueblos: “Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda criatura” (Mc 16, 15). En este sentido cobra particular relieve la afirmación de Puebla: “La Evangelización, anuncio del Reino de Dios, es comunicación” (DP 1063)>> (Idem, n. 82).

<<La Iglesia católica, toma cada día mayor conciencia que para llevar a cabo su misión evangelizadora debe hacer uso y estar presente en los MCS, a fin de anunciar a los hombres el mensaje de salvación. Esto lo interpreta la Iglesia como una gran oportunidad que le ofrecen los novedosos instrumentos de la comunicación social>> (Idem, n. 83).

<<“En los medios de comunicación la Iglesia encuentra un vehículo excelente para difundir el Evangelio y los valores religiosos, así como para defender aquellos sólidos principios indispensables para la construcción de una sociedad respetuosa de la dignidad de la persona humana y atenta al bien común. Asimismo, la Iglesia los emplea con gusto para la propia información y para dilatar los confines de la evangelización” (Cf. RD 7)>> (Idem, n. 84).

<<La Iglesia, insertada en el progreso humano, tiene que compartir, a través de los MCS, las experiencias de la humanidad e intentar entenderlas e interpretarlas a la luz de la fe y orientarlas a la búsqueda del progreso espiritual, moral e integral del hombre, siendo testimonio de comunión (Cf. AN 3), porque el sentido último de la comunicación es la comunión>> (Idem, n. 85).

<<Para llevar a cabo su misión de evangelizar, todos los miembros de la Iglesia, con la palabra y con la vida, deben comunicar los grandes valores del Reino, ser sal de la tierra y luz del mundo, impregnando con ellos las realidades temporales con sabor evangélico y sembrando la Buena Nueva de Jesucristo en la mente y en el corazón de todos los hombre y mujeres>> (Idem, n. 86).

<<“La comunicación, en todas sus formas, debe inspirarse en el criterio ético del respeto a la verdad y a la dignidad de la persona humana”. La dignidad de la persona humana debe ser respetada en todo lugar y en todo momento, por eso no debe ser comercializada como objeto de consumo (Cf. CatIC 2414)>> (Idem, n. 88).

<<Nadie puede considerarse inmune a los efectos degradantes de la pornografía y de la violencia, o a salvo de la erosión causada por los que actúan bajo su influencia. Los niños y los jóvenes son especialmente vulnerables y están expuestos a convertirse en víctimas. La pornografía en particular, degrada el auténtico sentido de la sexualidad, explota a los individuos –especialmente a las mujeres y a los niños-, destruye el matrimonio y la vida familiar. Ella y la violencia, pervierten las relaciones humanas, inspiran actitudes antisociales y debilitan la fibra moral de la sociedad. El Episcopado Venezolano, en su Mensaje Comunicación como servicio (1987), al referirse a la pornografía hizo fuertes señalamientos>> (Idem, n. 89).

<<El Papa Juan Pablo II, dirigiéndose a los periodistas, señaló un criterio aplicable a todos los medios de comunicación social: “Con su influencia amplísima y directa en la opinión pública, el periodismo no se puede guiar únicamente por las fuerzas económicas, por los beneficios y por los intereses particulares. Al contrario, hay que sentirlo como una tarea en cierto sentido sagrada, realizada con la conciencia de que se os confían los poderosos medios de comunicación para el bien de todos y, en particular, para el bien de los sectores más débiles de la sociedad: los niños, los pobres, los enfermos, los marginados y discriminados”>> (Idem, n. 92) .

<<La libertad humana y, por consiguiente, la de expresión, no ha de entenderse solamente como “libertad de” (limitaciones, condicionamientos), sino también y principalmente como “libertad para” (sentido de la libertad como capacidad de optar por el bien, por valores correspondientes a la dignidad y vocación del ser humano). La libertad tiene un horizonte ético en su actuación y, por ende, es y ha de ser libertad responsable. Su sujeto debe ser consciente de sus derechos e igualmente de sus deberes como individuos y como personas en comunidad. Para la Iglesia “todo miembro de la sociedad humana debe estar informado de cuanto acontece a la misma comunidad” (Cf. IM 5). Resulta muy oportuno el planteamiento que hace Juan XXIII en la Encíclica Pacem in Terris, al presentar en un mismo párrafo el respeto a la persona con la libertad de investigación de la verdad y el derecho a una información objetiva (Cf. Ibid. 12-13)>> (Idem, n. 94).

<<“En primer lugar, los laicos deben ser instruidos en el arte, la doctrina y las costumbres, multiplicándose el número de escuelas, facultades e institutos, en los que los periodistas y los guionistas cinematográficos, radiofónicos y televisivos y otros interesados puedan adquirir una formación íntegra, imbuida de espíritu cristiano, sobre todo en lo que se refiere a la doctrina social de la Iglesia” (IM 15b)>> (Idem, n. 97).

<<Juan Pablo II, en la Carta Apostólica El rápido desarrollo, insiste: “es necesaria una vasta obra formativa para que los medios de comunicación sean conocidos y usados de forma consciente y apropiada” (RD 11). “El gran reto para los creyentes y para las personas de buena voluntad es el de mantener una comunicación verdadera y libre, que contribuya a consolidar el progreso integral del mundo. A todos se les pide saber cultivar un atento discernimiento y una constante vigilancia, madurando una sana capacidad crítica ante la fuerza persuasiva de los medios de comunicación” (RD 13)>> (Idem, n. 100).

<<El acceso a las nuevas tecnologías exige una conciencia clara de su utilidad y de los peligros que ellas traen consigo, para participar en los beneficios prometidos por la globalización y el desarrollo. La Iglesia se preocupa porque este proceso sea de la humanidad entera y no sólo de una élite que controla la ciencia, la tecnología, la comunicación y los recursos del planeta>> (Idem, n. 103).

Considerando la importancia de comunicar la verdad, el Concilio Plenario de Venezuela planteaba diversos desafíos:

– <<Frente a una sociedad que no asume plenamente el valor de la responsabilidad, la Iglesia promueve en todo los actores del hecho comunicacional una toma de conciencia de su responsabilidad social al servicio del bien común>> (Idem, n. 106).

– <<Ante la importante incidencia de la comunicación en la generación de la opinión pública, la Iglesia está llamada a llevar adelante una acción pastoral que ofrezca aportes significativos para el logro de una Opinión Pública que promueva la dignidad y la libertad de la persona humana>> (Idem, n. 107).

– <<Ante una cultura intolerante que quiere monopolizar e imponer una sola visión de la realidad por parte de sectores públicos y privados, la Iglesia promueve la libertad de expresión como un derecho humano y un valor democrático fundamental>> (Idem, n.108).

– <<Al comprobar la escasa utilización de los MCS por parte de la Iglesia, así como las frecuentes limitaciones y una generalizada desarticulación y dispersión en los medios que ella posee, la Iglesia debe hacer mayor uso de los diversos medios de comunicación, y fortalecer, gerenciar y articular los medios propios>> (Idem, n. 109).

– <<La Iglesia, en sus distintas instancias de comunión, promoverá entre sus miembros principios básicos de convivencia como son: la tolerancia, el pluralismo, la crítica constructiva y el debate respetuoso de las ideas, reafirmando que es la sociedad la principal responsable del uso de los MCS>> (Idem, n. 114).

– <<Asumir posturas valientes e intervenir oportunamente para orientar las mentes y los corazones con una visión ética y cristiana, tanto de anuncio como de denuncia, en temas trascendentales, tales como la familia, la escuela, los derechos humanos. Defender la vida, la verdad, la justicia y la libertad. Dilucidar con claridad, valentía y respeto, las preocupaciones comunes concernientes a las cuestiones religiosas, morales, éticas, culturales, educativas y sociales. Difundir la Doctrina Social de la Iglesia>> (Idem, n. 115).

-<<Establecer relaciones públicas activas; mantener un diálogo permanente con empresarios, comunicadores sociales, publicistas, productores; estar presentes activamente en los foros que contribuyen a la conformación de una sana, recta y responsable opinión pública>> (Idem, n. 117).

– <<Promover cambios en los paradigmas que rigen las directrices de los medios de comunicación, a fin de que éstos tomen más en cuenta la dignidad de la persona humana y el bien común, orientando a los propietarios, directores y agentes de comunicación>> (Idem, n. 123).

-<<Estimular en los centros educativos el valor de la libertad de expresión como uno de los derechos fundamentales del ser humano>> (Idem, n. 126).

-<<Crear una agencia comunicacional propia de la Iglesia en Venezuela para darle información e insumos a los distintos MCS>> (Idem, n. 137).

-<<Procurar que los profesionales de la comunicación social, en especial los laicos católicos, enriquezcan su formación profesional mediante encuentros, jornadas de reflexión, seminarios y talleres de apoyo>> (Idem, n. 145).

(rbalbin19@gmail.com)

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