Padre Ángel: «El mundo se nos ha roto, pero se puede recomponer. Los buenos vamos a ganar por mayoría»
Entrevista al presidente y fundador de Mensajeros de la Paz
«Creo que todos seguimos, por muchos años que tengamos, con el mismo niño dentro, con ganas de seguir soñando y creyendo en eso que nos dijo don Gabino: Creer en Dios y en los hombres, en todos, en los unos y los otros»
«Ángel García sigue siendo el mismo de la Rebollada, el padre Ángel es fruto de Mensajeros de la Paz. Por eso a veces me pongo colorado, pero si lo piensas sabes que a quien quieren es a la obra, no a ti. O a ti, pero a través de la obra»
«Mensajeros siempre ha tenido esperanza, y si conseguimos que los niños dejaran los hospicios, los abuelos los asilos, y que hubieran hombres y mujeres que fueran diputados o presidentes, o que en una iglesia se abrieran las puertas para todos, para curar a los enfermos o donar sangre, el mundo se puede arreglar.»
A sus 85 años, y con algún que otro achaque, el padre Ángel sigue al pie del cañón. Recién llegado de Ucrania, y con más sellos en el pasaporte («y más kilómetros de carretera») que un artista famoso, el presidente y fundador de Mensajeros de la Paz celebra en estos días (primero en Oviedo y, ya en octubre, en Madrid), los sesenta años de esta ONG, presente en 75 países, con muchos sueños que cumplir, y una premisa clara desde su fundación: «Sólo ante Dios, un anciano y un niño hay que ponerse de rodillas».
¿Cómo esperas que sean los actos de estos días?
Como suelen ser este tipo de actos, una ilusión más y un reconocer, y dar las gracias a tantas personas que nos ayudan, colaboradores, voluntarios… Esto no es una obra de una persona, sino de cientos de voluntarios, cooperantes y trabajadores. Estamos en más de 70 países presentes, y con muchos proyectos abiertos.
¿Qué queda del Ángel de hace 60 años?
Creo que todos seguimos, por muchos años que tengamos, con el mismo niño dentro, con ganas de seguir soñando y creyendo en eso que nos dijo don Gabino: Creer en Dios y en los hombres, en todos, en los unos y los otros.
El padre Ángel se ha convertido en una figura reconocible en todo el mundo. Todos saben quién eres…
Eso es el mundo en el que vivimos. Todos quieren hacerse una foto con el Papa, pero todos saben que Ángel García sin Mensajeros y sin la Iglesia no sería nadie. No se nos sube el ego arriba con mucha facilidad. La foto no es de una persona, sino de lo que simboliza. Ángel García sigue siendo el mismo de la Rebollada, el padre Ángel es fruto de Mensajeros de la Paz. Por eso a veces me pongo colorado, pero si lo piensas sabes que a quien quieren es a la obra, no a ti. O a ti, pero a través de la obra.
¿En qué se ha convertido Mensajeros?
En una familia, done hay padres, tíos, sobrinos… a veces también algún suegro y cuñado que otro (risas). Existen bebés, niños, hijos y abuelos y abuelas, que te dicen que hacía mucho tiempo que nadie le besaba. Somos una familia. En Mensajeros de la Paz no hay antiguos alumnos, hay familias.
¿Qué te queda por hacer? Sueños y preocupaciones de hoy
El sueño de que esta familia siga siendo una familia unida. Un sueño, igual que haber tenido una iglesia abierta las 24 horas, que esa catedral de Mejorada se acabe y sea un lugar de encuentro de hombres y mujeres. Fue un hito, un milagro, que Justo lograra hacerlo con sus propias manos, y un ejemplo de que ese lugar tiene que servir no solo para rezar, sino para ayudar, para dar consuelo a personas que están heridas por dentro. Que puedan ir todos, la expansión de la iglesia de san Antón, aún más universal. Una catedral conocida en el mundo entero.
¿Se puede seguir diciendo que el mundo tiene arreglo?
El mundo se nos ha roto, pero se puede recomponer. El mundo no se acaba. Peor ha sido la pandemia, que se ha llevado a muchas personas mayores, se fueron demasiadas. El mundo de hoy, pese a los agoreros (es verdad que vendrán dificultades), no podemos estar continuamente profetizando catástrofes. Mensajeros siempre ha tenido esperanza, y si conseguimos que los niños dejaran los hospicios, los abuelos los asilos, y que hubieran hombres y mujeres que fueran diputados o presidentes, o que en una iglesia se abrieran las puertas para todos, para curar a los enfermos o donar sangre, el mundo se puede arreglar.
No podemos negar las realidades de pobreza que existen, mujeres maltratadas, guerras, pero sigue brillando la solidaridad. No es un buenismo del que cree que todo es bueno. Somos capaces de ser más buenos, y de compartir con los demás. Si somos capaces de hacer el mal, somos más los que hacemos el bien. Vamos a ganar por mayoría.
¿Cómo estás de salud?
Bien, todavía no recuperado del todo, pero como dice el Papa Francisco estoy vivo y ando, a veces apoyado en la muleta. Cuando tienes ilusión y ganas eres capaz de vencer y de hacer lo que quieras. Amar y que te amen hace posible que la gente resucite. Y algunos seguimos resucitando gracias a la gente. Ojalá que esta obra sea un grano de mostaza, que fructifica y da frutos. Los frutos son toda la gente de Mensajeros que se quieren. No hemos hecho bien todo, pero nos seguimos queriendo.-