Lecturas recomendadas

De Nazis y “Nazis”

Los nazis se involucraron en el asesinato masivo de millones de adultos; los liberales facilitan el asesinato en masa de millones de bebés por nacer

David Carlin, profesor jubilado de sociología y filosofía en el Community College de Rhode Island:

En Alemania, durante la década de 1920 y principios de la de 1930, Hitler y sus nazis siguieron una estrategia inteligente en su camino hacia el poder. Apoyándose principalmente en sus Storm Troopers (los «camisas pardas»), promovieron la violencia y el desorden en la sociedad; especialmente, atacando a los comunistas y socialistas, quienes a menudo tomaban represalias, expandiendo así el desorden. Entonces, los nazis deploraron este desorden social, el desorden que ellos mismos habían creado en gran medida, y prometieron acabar con él una vez que llegaran al poder. Y cumplieron su promesa: prohibieron los partidos comunista y socialista y encarcelaron a los miembros de esos partidos en campos de concentración.

Esencialmente, la misma estrategia ha sido seguida en los Estados Unidos por los liberales culturales (o “progresistas”). Promueven el desorden social y luego prometen restaurar el orden si se les da suficiente poder político.

Antes de continuar con esta línea de pensamiento, permítanme detenerme un momento para hacer un par de observaciones.

(1) Algo así como un artículo de fe para los liberales de hoy en día, es que el establecer una analogía entre el comportamiento liberal y el comportamiento nazi es una charca indescriptiblemente sucia; y, si Ud. hace una analogía de ese tipo (por ejemplo, cuando compara el aborto con el Holocausto), en realidad está confesando que su argumento no tiene valor.

Pues bien, tengo la intención de apegarme a mi analogía, pero permítanme afirmar enfáticamente que al hacer tal analogía no estoy sugiriendo que los liberales sean nazis. De ninguna manera.

Los nazis eran en su mayoría de clase media baja; los liberales son en su mayoría de clase media alta (ya sea actualmente de ese estado o, si son jóvenes, aspiran de manera realista a ese estado).

Los nazis eran toscos; los liberales son refinados.

Los nazis eran matones; los liberales son esnobs.

Los nazis eran racistas; los liberales, lejos de ser racistas, creen que el racismo es el peor de todos los pecados posibles, un pecado que todos los estadounidenses blancos excepto ellos mismos cometen a diario.

Los nazis odiaban a los judíos; los liberales desprecian a los católicos (a excepción de católicos como Nancy Pelosi y Joe Biden) y a los protestantes anticuados.

Los nazis se involucraron en el asesinato masivo de millones de adultos; los liberales facilitan el asesinato en masa de millones de bebés por nacer.

(2) Los nazis no solo eran malvados; estaban enamorados del mal. Hicieron el mal, no solo por las ventajas que les traería, sino por el mal mismo. Le decían al mundo: “Mírennos. Somos malos. Odiamos la bondad. Y odiamos a Dios, el autor de toda bondad.” El nazismo era una fuerza demoníaca en el mundo.

Los liberales no son demoníacos. Hacen un tremendo mal en el mundo, pero definitivamente no están enamorados del mal, al menos no en el nivel de sus mentes conscientes, aunque concedo que es posible que amen el mal en el nivel subconsciente de sus mentes.

Los liberales culturales, como digo, han causado desorden. ¿Cómo han hecho eso? No mediante reyertas callejeras, claro. Los liberales no son pendencieros; deploran la violencia (excepto, por supuesto, la violencia del aborto). No, los liberales han causado desorden en la sociedad al socavar y tratar de destruir las dos instituciones sociales que, más que ninguna otra excepto el intercambio voluntario de bienes y servicios, promueven y apoyan el orden social. Me refiero a la religión y la familia.

La mente liberal tiende hacia el ateísmo. Es decir, es francamente atea, o es agnóstica (siendo el agnosticismo un ateísmo virtual), o es liberal o “moderna” en su cristianismo o judaísmo (siendo la religión liberal un semi-agnosticismo). Durante el último medio siglo más o menos, esta tendencia hacia el ateísmo se ha convertido en un punto de vista cultural dominante en los Estados Unidos, y un gran número de estadounidenses, especialmente jóvenes estadounidenses, se han convencido de que la religión no tiene sentido, es inútil o es francamente perniciosa. Las iglesias, a excepción de las denominaciones muy conservadoras (bautistas del sur, mormones, etc.) se han quedado más y más vacías.

Si las iglesias están en mal estado, la familia biparental casada está en mal estado, especialmente entre las personas de las clases bajas. ¿Cómo lograron esto los liberales culturales? Por su énfasis exagerado en la permisividad y la libertad personal, especialmente la libertad sexual.

Entre los negros de clase baja, la familia biparental casada ha dejado de existir en gran medida; y entre los blancos de clase baja las cosas van en la misma dirección. Esto significa, entre muchas otras cosas, que un gran número de niños y niñas crecen sin padres. De ello han resultado consecuencias desastrosas: pobreza, bandas criminales, adicción a las drogas, prisiones abarrotadas, escuelas deficientes, tasas altísimas de nacimientos fuera del matrimonio, etc. En resumen, un tremendo desorden social y (¡maravilloso de contar!) desorden sin el beneficio de los Storm Troopers.

Nuestros amigos liberales, ¿no ven estas cosas? ¿Están ciegos a todo este desorden? Negativo. ¿Planean, entonces, animar a la gente a volver a la iglesia? ¿Están trabajando para restaurar la familia biparental casada? No, porque las iglesias vacías son una buena señal desde el punto de vista liberal; demuestran que la gente se está recuperando gradualmente de la locura milenaria de la superstición religiosa.

Además, los edificios de las iglesias antiguas se pueden convertir en museos y restaurantes. Y las familias rotas, por lamentable que pueda ser en muchos sentidos, son una señal de que esa cosa verdaderamente maravillosa, la libertad sexual, se ha arraigado profundamente en nuestra cultura.

No, los liberales quieren poner fin al desorden social; pero no, volviéndose antiprogresistas; no, haciendo retroceder el reloj. ¿Entonces, cómo? Ampliando las funciones y el alcance del gobierno, sobre todo, del gobierno federal.

Habiendo socavado las instituciones intermedias más importantes entre los individuos y el gobierno, el liberalismo cultural toma una dirección totalitaria. Washington DC se encargará de que los estadounidenses reciban una educación decente; asistan a buenas escuelas; estén debidamente capacitados para buenos trabajos; realmente encuentren esos trabajos; vivan en buenos barrios; se les proporcione anticonceptivos gratuitos y eficaces; tengan fácil acceso al aborto gratuito; que la FDA se asegurará de que sus drogas recreativas sean de alta calidad; y que la eutanasia estará disponible cuando se aburran de la vida.

¿No es así? .-

VIERNES 11 DE NOVIEMBRE DE 202

Traducción: Jorge  Pardo Febres-Cordero

     Sobre el Autor

David Carlin es profesor jubilado de sociología y filosofía en el Community College de Rhode Island y autor de The Decline and Fall of the Catholic Church in America y, más recientemente, Three Sexual Revolutions: Catholic, Protestant, Atheist .

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