Testimonios

Las Buenas Noticias de «Trabajo y Persona»

Esta es la esperanza para un pueblo, un encuentro que tome en serio la necesidad completa de la persona

Editorial

“María” salió escapando de su pueblo luego de ver morir a su hermana en una circunstancia dramática en altamar, mientras a su hija adolescente la intentaban secuestrar para que entrara en el tráfico de mujeres que luego las prostituye fuera del país. Llegó a otra ciudad desconocida junto a su hija y otro hijo menor, construyó una precaria vivienda y se le incendió. Gracias a Dios encontró una mano amiga que la ayudó. “María” fue objeto de la caridad de la Iglesia; la ayudaron a proteger a su hija y le ofrecieron participar en uno de los cursos de emprendimiento gastronómico de Trabajo y Persona, con lo cual ya ha comenzado a trabajar.

Luego de escuchar y conocer a María le di un gran abrazo lleno de emoción porque me ayudó a entender muchas cosas. En primer lugar, es cierto que sin hacer experiencia no se logra entender lo más importante de la vida. Cuando comenzamos el proyecto de Gastronomía360 nunca pensamos que una mujer como ella podría tener una oportunidad así.

En segundo lugar, pude entender muchísimo mejor una frase del poeta polaco C.K. Norwid, que me ha inspirado en los últimos años en varios proyectos culturales para mostrar el valor y la pertinencia del trabajo: “La belleza existe para fascinar el trabajo, el trabajo existe para renacer”; porque podemos decir que literalmente María ha renacido. Bastaría conocer su historia, ver el producto de su trabajo, la presentación y el sabor de sus platillos para entender lo que es la belleza.

Y, finalmente, reafirmar lo que ya he escrito en la editorial de agosto de este año, donde un amigo mío me hizo darme cuenta que no solo «la belleza salvará al mundo», como decía el gran Dostoyevski, sino que el punto de partida para salvar cualquier cosa es la caridad, el amor. Algo es también bello si en su esencia se encuentra la caridad.

María fue objeto de una caridad inteligente, que no solo abrazó su humanidad herida y necesitada de un pan, sino que le propuso un camino educativo que le ha permitido poder ponerse de pie y, a través de su trabajo, poder renacer. Esta es la esperanza para un pueblo, un encuentro que tome en serio la necesidad completa de la persona: no sólo darle de comer al hambriento, sino favorecer que se convierta en protagonista de la historia.-

Alejandro Marius

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