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El primer Cardenal de Paraguay da este consejo para vivir mejor el Adviento

El Cardenal Adalberto Martínez Flores animó a los fieles desde Roma a vivir el Adviento “con el corazón puesto en aquel que todo lo puede y quiere renacer en nuestros corazones”.

El Cardenal Adalberto Martínez Flores animó a los fieles desde Roma a vivir el Adviento “con el corazón puesto en aquel que todo lo puede y quiere renacer en nuestros corazones”.

El recién creado Cardenal por el Papa Francisco en el último consistorio, tomó posesión de su título cardenalicio de la Basílica San Giovanni a Porta Latina en Roma el miércoles 7 de diciembre.

Tras la ceremonia, en la que participó también el Cardenal Seán Patrick O’Malley, Mons. Adalberto Martínez dijo a ACI Prensa que es importante vivir este Adviento “día a día, y saber que el Señor es Misericordioso”.

El único Cardenal de Paraguay animó a los fieles a tener esperanza “aunque a veces uno tenga la tentación de no creer, de no creer que Él es amor”.

“Sobre todo por situaciones que a veces duelen, por llagas o cicatrices que llevamos”, señaló el Purpurado.

En esta línea, subrayó que “Él nos dice que no tengamos miedo, y nos anima a caminar y peregrinar, también dejándonos tomar de la mano por Él, que no nos abandona, a pesar de las pruebas cotidianas de la vida”.

También recordó las palabras de San Juan Pablo II, quien dijo que “abrazando a Jesús Crucificado, las pruebas de la vida se comparten con Él, abrazándolo con amor”.

“Creo que esta espera debe ser con el corazón puesto en aquel que todo lo puede y quiere renacer en nuestros corazones”, concluyó el Cardenal.

Asimismo, en conversación con ACI Prensa, habló acerca de sus primeros meses como Cardenal y aseguró que lo más importante “es construir la comunión entre cardenales con el Papa”.

“Siempre me ha apasionado el tema de la comunión y la unidad en un mundo tan pluralista”, añadió.

Explicó además que “había un gran anhelo de tener un Cardenal en Paraguay” y aseguró que seguirá trabajando “por el reino de Dios, desde el menos hasta el más importante, porque sabemos que para Dios somos todos importantes”.

Fuente: Almudena Martínez – ACI Prensa

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