El Mundo

«No podemos polarizarnos, todos debemos ser constructores de un Perú digno, fraterno y de Paz»

Comunicado de los líderes religiosos del Consejo Interreligioso del Perú

El momento actual exige de nuestras autoridades políticas y civiles la capacidad de desprendimiento para buscar, a través del diálogo franco y sincero, salidas verdaderamente democráticas

 

No queremos un país atomizado, polarizado ni violento. Los millones de peruanos queremos y confiamos en la justicia, la unidad y la paz, pues “una casa dividida no puede prosperar, engendra su propia destrucción”

 

Los peruanos queremos una sociedad que esté marcada por la esperanza, el diálogo, la paz social, la justicia y el desarrollo humano

 

Unidos por el amor al Perú, nos hemos reunido Iglesias y comunidades de fe para compartirles la necesidad de sentirnos hermanos y amigos en estos momentos de grave dificultad. Creemos que la espiritualidad es un elemento central y fundamental en la vida de todos los seres humanos.

Reconocemos la dura crisis social y política, que no es de hoy, sino que tiene raíces profundas en una historia de inequidades y desigualdades; además del difícil momento que vive el país, todavía luchando contra la crisis sanitaria de la pandemia del COVID-19 que segó tantas vidas de peruanos y peruanas.

Nos solidarizamos con profundo dolor por las vidas que se han perdido en las recientes manifestaciones y que requiere de una investigación transparente ante los graves acontecimientos que amenazan la paz social.

Todos compartimos la misma dignidad y la misma peruanidad. Creemos que debemos escucharnos y atender el clamor de nuestros hermanos que reclaman por sus derechos, tarea particularmente propia del Estado. No podemos polarizarnos ni discriminarnos, por el contrario, debemos unirnos por el bien común, pues todos debemos ser constructores de un Perú digno, fraterno y de Paz.

El momento actual exige de nuestras autoridades políticas y civiles la capacidad de desprendimiento para buscar, a través del diálogo franco y sincero, salidas verdaderamente democráticas.

En la crisis actual, toda solución requiere la aplicación conjunta de enfoques espirituales, morales y éticos.

La grave situación exige una mirada que no debe reducirse solo a lo inmediato, sino que se debe extender a políticas de largo y mediano plazo, donde la educación y el trabajo sean el elemento central, por el bien de todos los peruanos. Pero también en el corto plazo necesitamos reformas políticas impostergables.

No queremos un país atomizado, polarizado ni violento. Los millones de peruanos queremos y confiamos en la justicia, la unidad y la paz, pues “una casa dividida no puede prosperar, engendra su propia destrucción”.

La historia nos desafía a crear espacios de diálogo sincero y vinculante, caminos de esperanza para las nuevas generaciones, lejos del odio; necesitamos reconciliarnos para entendernos y caminar juntos, todos: civiles y militares, hombres del campo y de la ciudad.

 ¿Qué tipo de Perú queremos construir en el presente y dejar a las nuevas generaciones? ¿Cuánto estamos dispuestos a ceder para construir un país fraterno y respetuoso? La historia nos ha demostrado que la violencia solo engendra más violencia, temor, desilusión y esclavitud.

Los peruanos queremos una sociedad que esté marcada por la esperanza, el diálogo, la paz social, la justicia y el desarrollo humano.

Lágrimas por Perú

Lágrimas por Perú

Del mismo modo, pedimos a la comunidad internacional respetar nuestra soberanía y la transición democrática que vive nuestro país.

El gran mensaje que queremos trasmitir es tratar a los demás como quisiéramos que se nos trate a nosotros mismos, principio ético que todos debemos compartir.

Hacemos un llamado a la Paz, a la tranquilidad, a la unidad y la reconciliación a partir de un amplio proceso de escucha y diálogo nacional.-

Lima, 22 de diciembre del 2022

| Consejo Interreligioso del Perú/RD

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