Nacimiento del Niño-Dios. 25 de diciembre: ¿Una fecha histórica?
Según las investigaciones históricas más recientes, Nuestro Señor Jesucristo nació el 25 de diciembre
A. El 25 de diciembre, día en que celebramos el nacimiento de Jesús, ¿es una fecha histórica o no?
Según las investigaciones históricas más recientes, el 25 de diciembre como día en que nació Jesús, es una fecha histórica (cfr. Tommaso Federici, 25 de diciembre: una fecha histórica, en 30 Días, Noviembre 2000, pp. 45-50. Disponible en internet en http://www.30giorni.it/articoli_id_12293_l1.htm).
B. ¿Cómo se llegó a esta conclusión?
Se llegó a esta conclusión teniendo presente los siguientes datos:
1. DATOS BÍBLICOS.
a) Nuevo Testamento.
San Lucas en el evangelio señala que Zacarías era sacerdote y pertenecía al grupo de Abías (Lc 1, 5) y precisa también que en el momento de recibir la Anunciación de San Gabriel Arcángel de la concepción y nacimiento de san Juan Bautista estaba desempeñando su servicio sacerdotal en el Templo (Lc 1, 8).
b) Antiguo Testamento.
El Primer Libro de Crónicas señala lo referente a como estaban organizadas los 24 grupos sacerdotales (1Cro 24,1-7.19), que se turnaban periódicamente para el servicio en el Templo de Jerusalén. Pues bien, estos 24 grupos o clases sacerdotales se alternaban en un orden inmutable para prestar el servicio litúrgico durante una semana, de “sábado a sábado”, dos veces al año en el Templo de Jerusalén.
He aquí lo que señala 1Cro 24, 7-18 en torno a cómo estaban organizados estos grupos para su servicio en el Templo:
1°) Yehoyarib, 2°) Yedayas, 3°) Jarín, 4°) Seorín, 5°) Malquías, 6°) Miyamín, 7°) Hacós, 8°) Abías, 9°) Jesús, 10°) Secanías, 11°) Eliasib, 12°) Yaquín, 13°) Jupá, 14°) Yesebab, 15°) Bilgá, 16°) Imer, 17°) Jezir, 18°) Hapisés, 19°) Petajías, 20°) Ezequiel, 21°) Yaquín, 22°) Gamul, 23°) Delayas y 24°) Maazías.
Como podemos fácilmente ver, el octavo grupo corresponde a la clase de Abías, a la que pertenecía el sacerdote Zacarías, esposo de Santa Isabel (Cfr. Lc 1, 5.8).
2. ESTUDIOS HISTÓRICOS
a) Profesor Shemarjahu Talmon.
En 1958, el especialista Shemarjahu Talmon (1920-2010), profesor de Biblia y egresado de la Universidad Hebraica de Jerusalén, estudiando minuciosamente los documentos de Qumrán (los Rollos del Mar Muerto, encontrados a partir de 1947) y más específicamente los calendarios de los Jubileos, descritos en el Libro de los Jubileos, un apócrifo judío muy importante de finales del siglo II a. C., logró establecer con bastante precisión el desarrollo semanal del orden de los 24 turnos sacerdotales en el Templo de Jerusalén, teniendo presente que, cuando se escribió el Libro de los Jubileos (finales del siglo II a.C), el Templo de Jerusalén estaba aún en función.
Pues bien, la lista que el profesor Talmon reconstruyó estudiando este libro apócrifo judío, indica que el “turno de Abías prescrito por dos veces al año, tenía lugar: a) la primera vez, del 8 al 14 del tercer mes del calendario, y b) la segunda vez del 23 al 30 del octavo mes del calendario. Ahora bien, según el calendario solar (no lunar como es el actual calendario judío), esta segunda vez corresponde en torno a la los últimos ocho días del mes de septiembre. Recordemos que les correspondía realizar el servicio litúrgico justamente una semana dos veces al año, de sábado a sábado.
b) Historiadora Annie Jaubert.
También son importantes los estudios de Annie Jaubert (1912-1980), historiadora francesa y especialista en los orígenes del Cristianismo, sobre el Libro de los Jubileos y particularmente sobre el Calendario del Templo, descrito en el Libro de los Jubileos, quien retomó los estudios realizados por el profesor Shemarjahu Talmon.
c) Biblista y teólogo Tomasso Federici.
Ha tenido el mérito de recoger todas estas investigaciones para escribir un artículo muy importante, publicado por la revista italiana 30Giorni. El artículo, como hemos señalado al inicio de esta colaboración, se titula “25 de diciembre: Una fecha histórica. Pues bien, además de otros títulos académicos, es conveniente señalar que Tomasso Federici recibió la licenciatura en Sagrada Escritura por el Pontificio Instituto Bíblico de Roma y el doctorado en Sagrada Teología por el Pontificio Ateneo San Anselmo y fue colaborador frecuente de la revista italiana 30Giorni (30Días).
3. LA MEMORIA DE LA IGLESIA MADRE JUDEO-CRISTIANA
Además, es importante mencionar que la Iglesia madre judeo-cristiana en Palestina y Siria conservó muchas memorias sobre su Señor. Aquí es importante destacar las fiestas litúrgicas con fechas muy precisas sobre Zacarías, San Juan Bautista, la Virgen María y Nuestro Señor Jesucristo.
Pues bien, es importante señalar que en el Oriente sirio el primer domingo del “Tiempo del Anuncio” (Sûbarâ) es precisamente la anunciación del Ángel a Zacarías (23 de septiembre) y comprende en otros cinco domingos la anunciación a la Virgen María (Lc 1, 26-38), la visitación de la Virgen María a santa Isabel (Lc 1, 39-42), la natividad de san Juan Bautista (Lc 1,57-66.80), el anuncio del Ángel a san José (Mt 1, 18-21) y la genealogía del Señor según Mateo (Mt 1, 1-17).
El Oriente bizantino, igualmente desde fechas inmemoriales, celebra el 23 de septiembre también el anuncio del Ángel a Zacarías. Tenemos, pues, cuatro fechas evangélicas consecutivas que siguiéndose se entrelazan, a saber: el anuncio a Zacarías seis meses después la anunciación a María,
respectivamente nueve y tres meses después de las primeras dos fechas, la natividad del Bautista, y, respectivamente, seis meses de esta última fecha, y naturalmente nueve meses después de la anunciación a la Virgen María, la Natividad de nuestro Señor y Salvador.
A modo de resumen
Así pues, tomando como punto de partida el anuncio del Ángel a Zacarías (Lc 1, 5-25, concretamente Lc 1, 8) y las investigaciones históricas recientes en torno al calendario del Templo de Jerusalén, realizadas por los especialista Shemarjahu Talmon y Annie Jaubert, y profundizadas por Tomasso Federici (1927-2002), ¿en qué fecha le tocó a Zacarías ejercer su ministerio sacerdotal en el templo (Lc 1, 8)?
Siendo de la clase de Abías (Lc 1, 5), le tocó los últimos días de septiembre (del 23 al 30). Por lo tanto, seis meses después del anuncio del Ángel a Zacarías, la Virgen María recibió el anuncio del Ángel (Lc 1, 26ss: anunciación del ángel a María, 25 de Marzo); nueve meses después nació Juan el Bautista (Lc 1, 57-66: nacimiento de Juan el Bautista, 24 de Junio) y nueve meses después de la anunciación del ángel a María (25 de Marzo) nació Jesús (25 de diciembre).
Es importante mencionar que algunos de los primeros escritores cristianos, entre ellos San Juan Crisóstomo (347-407 d.C.) enseñaron que Zacarías recibió el mensaje acerca del nacimiento de san Juan Bautista en el día del Perdón (Yom Kippur, también conocido como Día de la Expiación), el cual se celebra a finales de septiembre o principios de octubre.
4. LA ANTIGÜEDAD CRISTIANA
a) San Hipólito de Roma
Ya a inicios del siglo III, en su Comentario al Libro del profeta Daniel, un escrito que podemos datar en torno al año 205 d. C., San Hipólito de Roma (170-235 d. C.) escribió lo siguiente:
“La primera venida de Nuestro Señor en la carne [en la que fue engendrado], en Belén, sucedió [el 25 de diciembre, el cuarto día] durante el reinado de Augusto [el cuadragésimo segundo año, y] en el año 5500 [desde Adán]”.
Otra traducción de este texto de San Hipólito es la siguiente:
“La primera venida de nuestro Señor, la que tuvo lugar en la carne, según la cual Él nació en Belén, tuvo lugar ocho días antes de las calendas de Enero (1 de enero), el miércoles, el año 42 del reino de Augusto” (Comentario al Libro del profeta Daniel, IV,23,3)
b) Sexto Julio Africano
Además, en la “Chronographiai”, escrita por el autor cristiano Sexto Julio Africano (c. 160-c. 240 d. C., nacido en Belén), escrita en el 221, se señala que Jesús es concebido cinco mil quinientos años después de Adán, añadiendo que, dado que el año judío empieza el 25 de marzo, Jesús habría sido concebido un 25 de marzo, lo que, aunque Africano no lo dice, implicaría su nacimiento el 25 de diciembre. Esta es una de las primeras referencias para la fecha de la fiesta litúrgica de la Anunciación del Ángel a María y la Concepción virginal de Nuestro Señor Jesucristo.
La primera referencia directa de la celebración del 25 de diciembre como fecha del nacimiento del Señor en un calendario litúrgico es, precisamente en el calendario litúrgico filocaliano (Cronógrafo del 354 o Calendario de Filócalo), un texto del año 354 (MGH, IX,I, 13-196). Pues bien, en este calendario viene esta expresión latina: VIII kal. Ian. natus Christus in Betleem Iudeae, cuya traducción al español es la siguiente: “El 25 de diciembre nació Cristo en Belén de Judea”.
c) Mártires de Nicomedia
En el 302 en Nicomedia, una de las regiones donde la persecución contra el cristianismo tuvo mayor intensidad, una gran cantidad de creyentes fue encerrada dentro de la iglesia en su reunión de Navidad, y fueron quemados vivos.
d) Las Constituciones Apostólicas
Las Constituciones Apostólicas, que son una colección de cánones cristianos tempranos, mismas que fueron compiladas entre el 375 y el 380 d. C., demandan que los cristianos celebren la Navidad (Constituciones Apostólicas, V, 13; VIII, 33).
C. Algunas objeciones
¿Cuáles son algunas objeciones a estos datos?
I. La fiesta romana de Natale sol invictus.
Como señala Federici al inicio de su importante artículo, comúnmente se acepta la noticia, antigua, según la cual la celebración de la Navidad del Señor fue introducida en la primera mitad del siglo IV por la iglesia de Roma por motivos ideológicos. Se habría colocado el 25 de diciembre para contraponerse a una peligrosa fiesta pagana, el Natale Solis invicti (quizá Mitra, como es probable, o quizá el título de un emperador romano). Se habría fijado esta fiesta en el solsticio de invierno (21-22 de diciembre), cuando el sol reanudaba su marcha triunfal hacia su máximo resplandor.
Por tanto, en ámbito cristiano, remontando nueve meses, se habría fijado en el 25 de marzo la celebración de la anunciación del Ángel a la Virgen María de Nazaret, y su inmaculada Concepción del Hijo y Salvador. Por consiguiente, seis meses antes de la natividad del Señor se habría colocado también la fiesta de la natividad de su precursor y profeta Juan Bautista.
¿Qué decir al respecto?
En Roma la importación del culto al sol invicto comienza en el año 218 d.C, con el emperador Heliogábalo (203-222 d.C), y la hace oficial el emperador Aureliano (214-275 d.C) en el año 274. Pero todavía con Licinio (308-324 d.C) el día del nacimiento del sol invicto se celebraba el día 19 y no el 25 de diciembre. El primer documento que atestigua el día 25 como día de esa fiesta es el Cronógrafo del año 354. Todos estos hechos son posteriores al 204, cuando San Hipólito ya dice que Cristo nació el 25 de diciembre. En definitiva, hoy muchos estudiosos afirman que la fecha más probable del nacimiento de Jesús es el 25 de diciembre. Así lo entendieron, por razones de tradición interna, los Padres de la Iglesia. Si alguien cambió la fecha de la celebración fue la autoridad imperial pagana, que en el siglo III-IV, transfiere la fecha del culto al sol invicto del 21 de diciembre (fecha del solsticio de invierno) al 25, para intentar detener el imparable crecimiento de la fiesta cristiana de la Navidad.
II. Jesús no nació durante el invierno
a) Los pastores y los rebaños de ovejas.
En el Evangelio según San Lucas hay una referencia sobre su nacimiento. Antes de nacer el mesías, los pastores velaban mientras sus rebaños pastaban. El problema geográfico, evidente para quien conozca el clima en Palestina, es que los pastores no hacían vigilias en invierno por las bajas temperaturas. Las ovejas y los bueyes eran resguardados durante diciembre y enero.
¿Qué decir al respecto?
En Belén NO hace tanto frío
Los especialistas señalan que el clima de Palestina, en tiempos de Jesús, se caracterizaba por tener veranos calurosos y secos e inviernos templados y no demasiado lluviosos.
Por otra parte, como lo señala Pablo J. Ginés, en Religión en Libertad: Para empezar, en Belén en diciembre hace frío, pero no tanto frío que no se pueda sobrellevar al raso con buena ropa de lana y abrigo y mantas y fuego (de las que no carecían los pastores antiguos ni los actuales).
Belén, en diciembre, oscila entre los 7 y los 14 grados. Y puede nevar un día o dos de diciembre. Nada que no se soporte bien equipados. Además, pasar la fecha para estar al raso a marzo no cambia nada: en marzo la temperatura es idéntica, entre 7 y 16 grados, aunque quizá con menos lluvia.
Más o menos, la temperatura invernal es similar y los pastores saben cómo enfrentarla: ¡con lana, como las ovejas!
Las ovejas Awassi, que se crían en Israel desde hace unos 5,000 años, paren precisamente en diciembre
Por otra parte, las ovejas Awassi, que son las que se crían en Israel y Oriente Medio, y llevan allí unos 5.000 años, tienen su temporada de parición precisamente en diciembre y enero. Y por lo tanto tiene toda la lógica que los pastores estuvieran velando en diciembre, haciendo turnos de guardia, al raso, porque estaban esperando los partos, el nacimiento de los corderitos.
Precisamente, un estudio de 1985, realizado por la FAO (Organización de Naciones Unidas para la Alimentación), señala lo siguiente:
“En Irak, la principal temporada de parición de las ovejas Awassi es noviembre, y en Líbano, la República Árabe de Siria e Israel, en diciembre y enero”.
Esta investigación también señala lo siguiente:
“Los pastores beduinos y fellahin no saben nada de tiendas o casas, sino que viven enteramente al aire libre junto con los rebaños a su cuidado. Trabajan 365 días al año, de 13 a 16 horas. Su trabajo incluye pastorear, vigilar por la noche, cuidar los animales enfermos, entrenar a las ovejas líderes, esquilar, destetar a los corderos y atar a las hembras para ordeñarlas, algo que suelen hacer las mujeres”.
Por lo tanto, lo que cuenta el evangelio de Lucas encaja perfectamente tanto en 1985 como hace 2.000 con lo que hacen los pastores en Tierra Santa: pasar la noche al raso, montar guardia, hacer turnos, en diciembre, marzo o cualquier día… sabiendo que en diciembre es cuando paren las ovejas Awassi.
Es muy significativo que partos son en el mes de diciembre; por lo tanto, el evangelio hace coincidir el nacimiento de corderos con el nacimiento de Jesús, a quien la Sagrada Escritura presenta, precisamente, como el Cordero que quita el pecado del mundo (Cfr. Jn 1, 29; Apocalipsis capítulos 4 y 5).
La experiencia de Jacob (Gn 31, 40).
Por otra parte, tenemos una referencia bíblica sobre Jacob, que habla de la capacidad de los pastores de Oriente medio para pernoctar, cuidando a sus rebaños, aún en invierno (Gn 31, 40).
En veinte años que llevo contigo, tus ovejas y tus cabras no han malparido, y nunca he comido ni un cordero de tus rebaños. Los animales destrozados por las fieras, no te los traía, sino que yo mismo los reemplazaba, y tú me exigías lo que había sido robado de noche o de día. De día me consumía el calor, de noche el frío, y no conciliaba el sueño. Ya llevo veinte años en tu casa. Catorce te serví por tus dos hijas y seis por tus rebaños, y tú has cambiado mi salario diez veces (Gn 31, 38-41).
La Biblia de las Américas traduce Gn 31, 40 de la siguiente forma: “Estaba yo que de día el calor me consumía y de noche la helada, y el sueño huía de mis ojos”.
Como podemos ver, el patriarca Jacob refiere que cuidó las ovejas aun en las heladas. ¿Y en qué zona fue esto? En Padán-Aram (Gn 28, 2.5), y aunque no era Belén sino al norte, era mucho más frío. El lugar está ubicado en la Mesopotamia superior o Alta Mesopotamia, que son las tierras altas y gran planicie del noroeste del actual Irak y noreste de la actual Siria.
III. La inscripción en el censo imperial no pudo hacerse en invierno
Otro argumento para afirmar que Jesús no nació el 25 de diciembre es que los censos romanos, como el ordenado por Augusto que obligó a José y a María, y a tantos otros judíos, a viajar, no ocurrían en invierno. Un censo era una medida impopular: estaba relacionada con el pago de impuestos y el reclutamiento. Le recordaba a una región inestable como Palestina el poder de los romanos. Entonces, es muy poco probable que se tomara la medida en pleno invierno, cuando el mal clima dificulta desplazarse a las ciudades de nacimiento.
¿Qué decir al respecto?
Seguramente la Virgen María y San José no fueron durante el invierno.
Esto dice San Lucas en el Evangelio:
Cada uno iba a inscribirse a su ciudad de origen. José, que pertenecía a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David, para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada. Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre (Lc 2, 4-6).
Un viaje de esta naturaleza y, en el estado de gravidez de la Virgen María, debió de realizarse oportunamente, pero mientras estaban en Belén le llegó a María el tiempo de dar a luz, como señala San Lucas. Seguramente, a causa del embarazo de María, ella y José debieron permanecer en Belén más tiempo del programado, precisamente hasta el tiempo de que ella diera a luz.
C. Conclusión
Hay muchos argumentos a favor de que debe considerarse el 25 de diciembre como una fecha histórica para el Nacimiento o Natividad de Nuestro Señor Jesucristo.
Bibliografía y webgrafía consultada.
Amatulli Valente, Flaviano, Diálogo con los Protestantes, III Edición, Ediciones Apóstoles de la Palabra”, México 2014.
Larrañaga Ignacio, El silencio de María, 1a. Reimpresión de la 4a Edición, Ediciones Paulinas, Caracas, 1990.
Ratzinger, Joseph – Benedicto XVI. La infancia de Jesús, Planeta, México 2012.
http://www.30giorni.it/articoli_id_12293_l1.htm
orge Luis Zarazúa – publicado el 24/12/20-Aleteia.org