20 de febrero, Día Mundial de la Justicia Social
Treinta minutos con el Padre Dario Bossi
Lo que motiva a una empresa a elegir el lugar donde invertir su capital es un cálculo de maximización de su lucro, sin interesarle las posibles consecuencias. El mundo se divide en zonas de aprovechamiento, en zonas de sacrificio.
Regulaciones internacionales como la Diligencia Debida son esenciales y hay que mantener el protagonismo de los afectados.
Ya no debería ser necesario que las víctimas tengan que demostrar que son impactadas, sino que las empresas demuestren que no están impactando.
Las grandes empresas multinacionales tienen patrones muy diferentes dependiendo de si operan en Europa o en el norte global o en las periferias del mundo. Esto es increíble, pero es la verdad y nuestras redes lo denuncian
A España en su presidencia de la UE le pedimos el coraje de boicotear los productos que vengan de la sangre y de las guerras, como ha denunciado el Papa Francisco. Productos que derivan de las cenizas de la Amazonia no deberían de poder ser comercializados en Europa.
Que los pueblos sean respetados y que la licencia ambiental y social sea más fuerte que la del lucro. Es inadmisible esta hipocresía climática de los países. A la Unión Europea pedimos desde el sur global que los países del norte global asuman su responsabilidad frente a la urgencia climática.
Esta minería mata. Nosotros creemos que es posible controlar y llegar a un nivel de extracción minera esencial. La red de “Iglesias y Minería” propone la campaña de desinversión en la minería. Puede parecer algo loco, algo utópico, pero es exactamente parte del llamado del Papa Francisco a repensar la economía
Aprovechando su reciente viaje a España para participar como invitado especial de la nueva Campaña de Manos Unidas “Frenar la Desigualdad está en tus Manos”, hemos tenido la ocasión de entrevistar al Padre Dario Bossi, misionero comboniano nacido en Italia pero “naturalizado brasileño” y actual coordinador de la red “Iglesias y Minería”.
El 20 de febrero se celebra el Día Mundial de la Justicia Social, y hemos aprovechado la ocasión para preguntarle, entre otras cosas, por el trabajo de su red y los efectos de la industria extractiva en la población, la próxima presidencia Española de la Unión Europea en el segundo semestre del año y por la regulación europea sobre Diligencia Debida que tiene previsto votarse en el pleno del Parlamento Europeo próximamente y debería pasar al triálogo entre Comisión, Consejo y Parlamento durante el verano.
¿Cuál es el comportamiento de algunas empresas mineras, a veces europeas, españolas incluso, (o de otros países “desarrollados”) cuando realizan sus extracciones en países “empobrecidos” de América Latina (y de otros continentes) y cómo afectan estas prácticas a las poblaciones?
Las empresas intentan entrar en los territorios, muchas veces sin los permisos de las comunidades y así no consultan a las comunidades con una adecuada licencia ambiental. Intentan conquistar y dividir a las comunidades separando y conquistando el apoyo de unos para reducir la protesta de los otros. También tienen un lobby muy fuerte desde la política que les permite invertir sin tener en cuenta la vida de las comunidades. Así ocurre que muchas veces, cuando llega un gran proyecto extractivista, el equilibrio de relaciones entre la comunidad y su territorio, entre las personas y la naturaleza, estalla. El extractivismo a veces trae algo de dinero, pero muchas veces se concentra en pocos bolsillos y sin embargo trae mucha polución, impacto en las vidas de las personas, condiciones laborales inadecuadas o desequilibradas y en algunos casos accidentes devastadores y criminales. De esto último hemos tenido ejemplo en Brasil donde en dos ocasiones y solo en una distancia de cinco años, como si no hubiéramos aprendido nada. Los diques de relaves de la misma empresa, la empresa Vale se quebraron en Mariana (5/11/2015) murieron 9 personas, contaminando toda la cuenca del río. En Brumadinho (25/1/2019) murieron 272 personas, dos niños aún en el vientre de sus madres y se contaminó también toda la cuenca del Río Paraopeba Hasta hoy tres de estos cuerpos no se han encontrado ni una parte de ellos. Otros se encontraron algunas partes. La gente está muy herida todavía, con un luto que no termina. Y esto ocurre cuando las empresas ponen por encima de todo el lucro, sin tener en cuenta la vida de las personas.
Si alguien no tira papeles al suelo en su país normalmente no lo hace en otro lugar ¿Por qué se comportan mal algunas empresas cuando operan en otros países?
Lo que motiva a una empresa a elegir el lugar donde invertir su capital es sencillamente un cálculo de maximización de su lucro, sin interesarle las posibles consecuencias. El mundo se divide, por tanto, en zonas de aprovechamiento, en zonas de sacrificio. Estas últimas son las más olvidadas, las más escondidas, pero son las más buscadas por las empresas, lugares donde la gente vale menos, donde las leyes laborales y los derechos se calculan menos, donde la impunidad es más alta, donde el Estado es más fácil que sea corrompido. Todos estos motivos acaban seleccionando estrategias y tenemos la misma empresa. En general las grandes empresas multinacionales tienen patrones muy diferentes de salarios, de condiciones laborales, de respeto al medio ambiente, dependiendo de sus instalaciones en Europa, en el norte global o en las periferias del mundo. Esto es increíble, pero es la verdad y nuestras redes lo denuncian. Tenemos la articulación de los afectados por la Vale que exactamente muestra cómo la misma empresa tiene patrones diferentes. Así que, desde el punto de vista internacional regulaciones como la Diligencia Debida y similares que obliguen a las empresas a respetar los mismos derechos y donde la certificación dependa de actores neutrales que puedan realizar una auditoría y control de las empresas son esenciales, pero además en estas regulaciones internacionales hay que mantener el protagonismo de los afectados y de las víctimas, porque son ellas que saben cuáles son los caminos más certeros, cuáles son las atenciones. Ya no debería ser necesario que las víctimas tengan que demostrar que son impactadas, sino que las empresas demuestren que no están impactando. Y será a través de estas leyes como las víctimas podrán definir por ejemplo la cuestión de la reparación integral de los daños sufridos. De esta manera tendremos un Sistema de inversión económica donde quién mande no sea las empresas, sino “políticas de participación popular” como dice el Papa Francisco. La Diligencia Debida es la actualización en práctica de lo que Laudato si’ nos enseña con sus modelos.
¿Qué te parece la regulación internacional sobre Diligencia Debida (Due Diligence) que impulsamos desde Enlázate por la Justicia y la Plataforma por las Empresas Responsables (PER), y a nivel internacional y europeo redes desde CIDSE o laECCJ (European Coalition for Corporate Justice) entre otras?
Las legislaciones son muy importantes. La dimensión europea y la dimensión nacional. Es obvio que las dos no pueden estar en contradicción y que una no puede estar más flaca que la otra. Porque el juego de las empresas siempre es esto de recurrir a la legislación más débil para aprovechar de sus derechos. Otra recomendación importante es que se conecten, por ejemplo, al tratado vinculante para empresas de Derechos Humanos, que es algo mundial, que se está pensando en la ONU. Y otra posibilidad es la conexión de las leyes europeas a las leyes de otros continentes. Por ejemplo, en Latinoamérica hemos aprobado recientemente el Tratado de Escazú, que es como un tratado que obliga a las empresas multinacionales a respetar derechos humanos de transparencia y comunicación en el continente.
En julio España asume la presidencia española de la UE, ¿qué le pedirías al gobierno de España?
Lo que pedimos a España es, en primer lugar, la valentía y el coraje de saber boicotear los productos que vengan de la sangre de las guerras, como ha denunciado el Papa Francisco. Por ejemplo, productos que derivan de las cenizas de la Amazonia no deberían de poder ser comercializados en Europa. También pedimos la vigilancia con respecto a las inversiones europeas en los países del sur global, para que sean de hecho inversiones donde el protagonismo de los pueblos sea respetado, donde efectivamente la licencia ambiental y social sean más fuertes que la del lucro. Y, por último, pedimos a la Unión Europea medidas urgentes frente a la crisis climática. Es inadmisible esta y esta hipocresía climática de los países. Eso pedimos desde el sur global: que los países del norte global asuman su responsabilidad frente a la urgencia climática.
¿Crees que desinvertir en minería y apostar por otros modelos extractivos y económicos es posible y opciones realistas en nuestros días?
Esta minería mata. Estos ritmos y tasas de extracción ya no son necesarios. Lo que manda hoy en la extracción minera es el interés financiero que determina el gran lucro de las empresas. Es posible controlar llegar a un nivel de extracción minera esencial. Es claro que nadie tiene la. Nadie está tan loco como para pensar que no habrá nunca más minería en el mundo. Pero la reducción hacia la minería esencial es algo que puede garantizar. De un lado, que no se aproveche más de territorios que estarán libres de minería y del otro, que donde haya la minería se mantenga un nivel de estrecho respecto de los derechos humanos y de la naturaleza. En este sentido. La red de “Iglesias y Minería” propone la campaña de desinversión en la minería. Puede parecer algo loco, algo utópico, pero es exactamente parte del llamado del Papa Francisco a repensar la economía. No se trata de una pequeña reparación, sino que hay que cambiar a un modelo de nuevas generaciones energéticas, un modelo de nuevas fuentes, un modelo donde el protagonismo de las economías locales venza a la “financierización” de la economía. Y esto depende también de ustedes, de las iglesias, de donde elegimos poner nuestro dinero. Si vamos a poner nuestro dinero en el modelo de siempre, nada cambiará. Pero si nosotros, los inversores cambiamos de inversión, también tenemos la fuerza de cambiar a la economía.
¿Cómo estáis trabajando las dos encíclicas sociales del Papa Francisco: Laudato si’ y Fratelli tutti’ en Iglesias y Minería?
Tanto Laudato si’ como Fratelli tutti muestra la fraternidad universal, incluyendo a todas las criaturas: reducen la distancia, desmontan este «antropocentrismo desordenado», como dice el Papa, y no sitúa más al hombre, incluso el hombre «macho”, sobre todas las criaturas, sino en una red de hermandad entre todas y esta red de hermandad es también la hermandad entre los pueblos y garantía de la paz. En Latinoamérica estamos trabajando mucho, incluso, por ejemplo, en la CNBB hemos creado un grupo llamado «Fratelli tutti», que es un grupo de parlamentarios inspirados y católicos que se reúnen una vez al mes para pensar políticas cristianas de corte social y ambiental, inspiradas por las dos encíclicas. Hay también una sed de políticos y hay políticos honestos políticos de la Gran Política, como dice el Papa. Hay personas buenas, también indígenas que ahora se dedican a la política y eligen asumir los principios del magisterio social de la Iglesia, también en el campo de la vida política y esto es muy importante.
La primera vez que te entrevisté, justo hace ahora cinco años, hablamos del trabajo en red de la Iglesia ¿cómo se están fortaleciendo desde entonces las redes en la Iglesia católica?
Está aumentando mucho esta sensibilidad, esta necesidad de desarrollar en redes el trabajo de la Iglesia. Esto ayuda sobre todo porque nos permite superar esta visión muy vinculada a un territorio específico. Tenemos una iglesia entre comillas, un poco feudal, donde cada uno es dueño de su pequeño pedazo. Esta provocación de «salir de nosotros mismos» enriquece mucho: ayuda también a los obispos a no sentirse responsables sólo de su territorio y ayuda al pueblo a conocer experiencias que están afuera. Y como tú dices, en estos años han crecido más las redes ligadas a la defensa de territorios, como REPAM, REMAM, Acuífero Guaraní…etc. ; redes ligadas a los temas de economía propuestos en especial a los jóvenes, como The Economy of Francesco, que nosotros decimos «Economía de Francisco y de Clara», añadiendo esta riqueza también de la economía femenina; la red mundial del «Movimiento Laudato Si«, que también involucra mucho a los jóvenes…en definitiva, yo creo que esto es un poco el futuro de la Iglesia. Y otra cosa que hacemos desde Iglesias y Minería es tratar de reforzar alianzas y conexiones entre conferencias episcopales, como ha sido el caso de la reciente gira de Don Vicente por Europa y ahora también vendrán de la Conferencia de Estados Unidos a Brasil y así vamos fortaleciendo alianzas y trabajamos la Sinodalidad como coparticipación.
También desde Manos Unidas esto se ha fortalecido, porque Manos Unidas en Brasil y en los últimos años ha apoyado las dos dimensiones, la dimensión territorial, con Justicia nos Trilhos, Piquià…. acciones y proyectos de cooperación al desarrollo bien concretas que son esenciales, porque naturalmente no se pueden hacer redes, sino tener los pies en la tierra. Pero también ha apoyado Iglesias y Minería y esto ha permitido desarrollar alianzas e incluso definir acciones estratégicas, como por ejemplo el trabajo de la sobre eco-espiritualidad. A veces este apoyo ha fortalecido incluso el trabajo en red entre las organizaciones de Europa y Estados Unidos ya que por ejemplo nosotros recibimos el apoyo de otros miembros de la red CIDSE como Fastenaktion o DKA y otras y eso fortalece siempre.-