Rafael Rodríguez: Hay que prepararse para que el impacto del fenómeno del Niño sea lo menor posible en Venezuela
La advertencia es hecha por el doctor Rafael Rodríguez, profesor jubilado de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA), donde sigue ejerciendo la docencia; miembro correspondiente por el estado Lara de la Academia de Ingeniería y Hábitat, asesor del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología, consultor de la Unión Europea y con experiencia como profesor universitario en Polonia.
Se le preguntó si el clima ha cambiado a partir del tsunami o es que ha ocurrido un proceso de variación en el mundo
Si hablamos de clima en el mundo—respondió-, hay una rama, la paleoclimatología, que tiene 4.500 millones de años, que lo analiza. Los estudios son más recientes y datan de los tiempos presocráticos. Se comenzó a estudiar el tema climático en diferentes culturas: Lo analizan desde Zeus en la mitología griega a la cultura de Centroamérica por el dios de la lluvia que se llamaba Tlaloc, pasando por la cultura católica con San Isidro y Santa Bárbara, ¿Qué es lo que se quiere decir con eso? Que evidentemente, como estamos a la intemperie y a la exposición del patrón climático, siempre nos ha afectado de buena y de mala manera. Todo forma parte del sistema climático, el cual está afectado o afecta a los otros sistemas: la hidrósfera, que es el agua; la litosfera, que es la superficie. Todo esto es sistémico. Existen unos componentes, unos parámetros evolutivos, que se han estudiado, no digo recientemente, por lo menos desde el año 1950; pero, sus orígenes de estudio se remontan al año 1850, después de la revolución industrial. Lo que estamos viviendo en la actualidad, como resultado del fenómeno oceánico atmosférico, conocido como El Niño, se llama variedad climática, y eso es importante.
El cambio climático es definido por la Convención marco de las Naciones Unidas, que lo indica como un cambio del clima en la superficie terrestre debido al calentamiento global, el cual es consecuencia de la emisión de gases, que tiene un efecto invernadero; es decir, que afecta la temperatura.
Al hablar de variedad climática tenemos que decir que en el cambio climático influye el hombre; en la variedad, no. Son ciclos de la naturaleza del planeta. Entonces, lo que estamos viendo son circunstancias muy relacionadas, donde hay variedad climática.
Le estaba preguntando eso porque la gente se extraña de que haya habido tanto frío en los primeros meses de este año y se hayan producido lluvias cuando éstas se presentan en mayo.
Exactamente. En el tema de la climatología influyen muchos aspectos y uno es el que adquirimos socialmente. Nosotros sabemos que las lluvias caen en el mes de mayo, sin embargo, hay unos fenómenos que se presentan de manera inesperada. En el caso de Venezuela, las lluvias se presentan en mayo porque en ese mes tenemos una masa de nubes sobre nuestra zona latitudinal, que se llama zona de convergencia intertropical. Tradicionalmente, principalmente de enero a abril, en el litoral, en la zona centro norte costera, inciden otros factores que causan lluvias. Y lo vimos hace poco, un sistema que genera inestabilidad atmosférica que pudiésemos llamarlo “relictos del frente frío”, es decir, es un frente que baja la temperatura.
En 1950 cuando llega a Venezuela el meteorólogo alemán Antonio Wolhelm Goldbruner Wolferseder, quien vino a dar clases en la Universidad Central de Venezuela, creó el Servicio de Meteorología de la Fuerza Aérea Nacional, y su primer libro Causas de Lluvias en Venezuela, aborda el tema frente frío, al cual él lo define como un fenómeno que se observa esporádicamente en el mes de abril, en la zona centro norte costera, donde se producen precipitaciones como la situación lluviosa de la semana pasada, que estuvo influida por la circunstancia de la presencia de un frente hacia el océano Atlántico, que es nuestro Mar Caribe, que generó inestabilidad atmosférica y trajo como consecuencia la lluvia y la baja de temperatura muy notable.
¿Es verdad que no hay estaciones Hidrometeorológica en el país?
Si hay. Lo que está claro es que las estaciones meteorológicas que funcionaban en Venezuela, las agrícolas que dependían del Fonaiap y después el Inep, y las redes que manejaba el Ministerio del Ambiente, la red de estaciones del Servicio de Meteorología de la Fuerza Aérea, y otras estaciones que dependían de las universidades, fueron afectadas. La estación más completa que existía hacia el sur de Barquisimeto, en Palavecino, estaba ubicada en el Decanato de Agronomía, la cual tenía 48 años y ya iba para 50 años generando datos de todos los elementos del clima.
(Cuando se habla de clima se refiere básicamente al tema de lluvias, pero también a medición de insolación, temperatura, evaporación). Esa estación fue, lamentablemente, desvalijada y ocurrió como ha pasado con la mayoría de las estaciones que estaban en institutos públicos. Ante esa situación, el Instituto de Meteorología e Hidrología está repotenciando las estaciones. Anteriormente se trabajaba en las estaciones con equipos convencionales, es decir que se necesitaba la presencia del ser humano y en la actualidad son sensoras y remotas. Inameh ha hecho convenios con instituciones internacionales y está repotenciando, pero es algo paulatino y puedo dar fe de que se está trabajando.
En mi caso particular, a nivel de los estados donde hay mayor producción de alimentos, yo trabajo en el tema principal hidrológico. Lo estamos haciendo fuerte en Guárico, Portuguesa y Yaracuy. El urbano también es importante y sobre todo, porque el tratamiento es diferente. La Academia de Ingeniería y Hábitat hace énfasis en los drenajes de las calles y avenidas de las diferentes ciudades. Estamos en Barquisimeto, donde vemos el drenaje que colapsa posteriormente a una lluvia. Se ve en Venezuela con Vargas, Venezuela con 22 y en diversos sectores de la capital larense. Me refirieron a la vialidad nuestra. Durante todo el año hay una gran cantidad de desechos que lanzan a las vías e incluso van hacia el drenaje y toda la basura se sedimenta, el material de arrastre termina colapsando el drenaje. La respuesta de inundación ante una situación de una lluvia tan fuerte se presenta en la ciudad y en el campo. En el campo afecta la producción de alimentos. Para concretar, en relación a las inundaciones se está trabajando, principalmente instalando equipos automatizados, pero que hasta ahora no ha alcanzado lo que debía tener. Trabajamos con algunos datos, pero hay que entender que la información meteorológica en estos momentos está acompañada de Inteligencia Artificial, entonces, la mayoría de estaciones que están en tierra se emplea principalmente para la calibración de los modelos. Pero, no los modelos que generan los servicios meteorológicos nacionales. En el caso nuestro, Inameh, está tomando de los servicios que ofrece el Sistema Global de Previsión Climática, que forma parte del Servicio Mundial de Meteorología.
Y nosotros, de hecho, yo estoy en la oficina viendo la imagen satelital de lo que ofrece nuestro satélite. Hay mucha información. Estoy trabajando en un proyecto con la Academia para la empresa privada, que se llama Inteligencia Artificial aplicada a la Agricultura y que básicamente es la utilización satelital con fines de observación de monitoreo y de previsión y hacia allá vamos. Esta tecnología tiene que ver con la planificación de las ciudades, porque si no se genera un urbanismo bien planificado, el drenaje va a colapsar. Sucede igual cuando se termina haciendo prácticas inadecuadas de limpieza.
¿Hay falta de conciencia en la población?
Cuando uno habla del tema de capacitación es porque se dice que la culpa de las inundaciones son las lluvias, pero, no; la culpa es de la intervención humana. Cuando uno viene subiendo por la Ribereña hacia el aeropuerto, ve colchones tirados en los drenajes. Es una cosa impresionante. El hecho de que la gente tire basura a las alcantarillas es grave porque demuestra el mal comportamiento de la población. De mis cinco libros, el primero, que lo escribí hace años, titulado “El cambio climático: una respuesta física al comportamiento humano,” expresa precisamente que la intervención humana termina de exacerbar todas esas situaciones.
¿No cree que ha faltado vigilancia para impedir que, como ha ocurrido en barrios a las márgenes de la quebrada La Ruezga, sean lanzadas las basuras y hasta carros desvalijados?
El manejo final de los desechos sólidos es competencia del Estado, el cual debe velar por el mantenimiento de los drenajes. Todo esto, por supuesto, confluye para potenciar los impactos de una lluvia. Las lluvias se analizan de diferentes maneras y hay una muy importante como es su intensidad, con base a la cual se estudia la duración en el tiempo. En el caso nuestro del oeste de Barquisimeto, que forma parte de la franja semiárida, se producen lluvias intensas que tienen una cantidad importante en un tiempo corto, es lo que coloquialmente nosotros llamamos “palo de agua”, que llueve durísimo y escampa. Como no da tiempo al terreno de escurrir, ni mucho menos de infiltrar porque todo está colapsado, se produce un escurrimiento, el cual se lleva por delante lo que haya. Y si hay por supuesto restos sólidos de desechos sólidos en sitios inadecuados, como torrenteras, termina agravando el colapso. Lo que sí es importante para la colectividad es que se mantenga informada. El Instituto de Meteorología e Hidrología en su página Día a Día presenta un pronóstico, el cual se debe utilizar para la planificación, para que las respuestas sean organizadas, sistematizadas y no reactivas. A la colectividad se le invita que visite el portal Día a Día de Inameh y, al mismo tiempo, que el comportamiento sea de la mejor manera y entender que nosotros cada vez que se tira basura a un drenaje, lo vamos a pagar nosotros mismos porque se esta dañando el sitio de descarga de los drenajes ́cuando lo que debemos hacer es evitar las inundaciones. Éstas traen otra consecuencia: las enfermedades que se magnifican a través de un vector, y en este caso están, entre otros, el dengue y la malaria. Además hay que entender que los eventos extremos son: inundaciones o sequía. Y tenemos que estar preparados para una sequía. Nosotros estamos bajo las circunstancias de variedad climática, que puede determinar un episodio como el de la Niña, que duró tres años y que trajo lluvias por encima de lo normal climatológico. En estos momentos estamos en una situación neutral, que se espera sea hasta julio y agosto, y de acuerdo a la probabilidad hay un 60 por ciento de que entremos al fenómeno de El Niño, que es una situación mundial, la cual podría afectarnos a partir del mes de octubre. El Niño, en teoría y en la práctica, porque se ha medido que habrá menos lluvias para Venezuela y, evidentemente, una situación que analizar porque en los años 91-92 y 97-98, que sin duda fueron muy fuertes, y el 2.006-2.007 ocasionó el colapso de generación eléctrica y el del 2014-2016 también fue inquietante. Estos temas tienen que ser estudiados a nivel mundial, a nivel de políticas públicas, porque el clima dejó de ser tema de biología, de geografía, porque esto del clima va mucho más allá de decidir si vamos a salir con un paraguas. Esto tiene que ser estudiado desde el punto de vista sectorial, desde el punto multidisciplinario, a nivel nacional, para que el impacto sea lo menor posible.
¿Cuántas oficinas de hidrometeorología funcionan en Venezuela?
Funciona la sede de Inameh en Caracas, en Sartenejas, donde está la sede del Instituto y tiene presencia en todos los estados. Hay un representante técnico y el mediólogo en cada entidad federal. En este momento se está haciendo énfasis en el sistema de vigilancia a nivel de monitoreo satelital y esa información determina calibrando con la información que se mide a nivel local. Creo, por tanto, formular una invitación a la comunidad a que visite la página Día a Día para conocer el pronóstico. De hecho he leído el pronóstico meteorológico por muchos programas de radio. Nuestro sistema de meteorología es importante, tiene profesionales muy eficientes en el país y a nivel latinoamericano el Inameh está entre los mejores sistemas de monitoreo. Quizá lo que ocurre es esta confusión que existe en cuanto a las mediciones directas. Pero, la mediología, que es una ciencia numérica, se basa fundamentalmente en el uso de la Inteligencia Artificial, en la imagen satelital.
A raíz de lo que ocurrió en El Castaño, estado Aragua, se habló de que hubo falta de planificación urbana y por eso el deslave ocasionó una gran cantidad de muertes. ¿Hay mala planificación urbana en Venezuela?
Eso no es nuevo. Recordemos el episodio de Vargas, en diciembre de 1999. Cuando usted compara una fotografía –eso lo hacía mucho el Ministerio del Ambiente en Venezuela– para observar el comportamiento de las cuencas desde lo alto de las montañas existe lo que se llama un cono de deyección o abanico fluvial, que es donde se abre el agua en la parte alta de la cuenca. Cuando ve una fotografía del año 1950 y nota cómo ha cambiado el cono de deyección o ve una fotografía y sobre ese cono de deyección se hicieron construcciones, entonces, se puede ver que se ha cometido una barbaridad porque se construye en áreas donde hay drenajes. Eso está ocurriendo en poblaciones importantes. El asunto resulta fundamental para una ciudad, para un estado, la investigación en Ingeniería y Hábitat, porque parte de la función de esta es ubicar las zonas vulnerables, donde el riesgo es mayor como en los lechos de ríos donde se hicieron edificaciones en sitios muy vulnerables. Lo que he hecho en los últimos tres años es trabajar con gestión de riesgos. El riesgo es una fórmula de exposición por amenaza, por alta vulnerabilidad, y todos estamos expuestos y mucho más en la medida que construyamos en una zona no apta. Eso suele ser vulnerable porque el grado de vulnerabilidad es el grado de afectación que puede ocurrir. Y lo que está presente en ese caso es la inundación o la sequía, eventos extremos. ¿Cómo minimizamos eso? A través de una práctica que se denomina Adaptación. Hoy, por ejemplo, con esta información que le estoy dando estamos haciendo la práctica de adaptación porque estamos informando a la comunidad que pudiesen hacer para que reflexionen y de hecho estamos cumpliendo con el artículo 6 de la Convención marco de las Naciones Unidas para el clima, que dice que los medios de comunicación deben informar de esta situación. Y el otro es la resiliencia, cuyo concepto original viene del griego resilere, es entender que los territorios hay que estudiarlos, analizar lo que ocurrió en el pasado y abordar el tema de previsión. Estamos en una época seca que no es sequía, y esa es la diferencia. En mayo entran las lluvias y tenemos que planificar para saber que los drenajes no solamente deben ser limpiados al inicio de lluvias porque estamos en una zona tropical y ya vimos cómo en el mes de marzo cayó una cantidad importante de lluvia tanto en Barquisimeto como en Acarigua, donde llovió en noviembre y diciembre.
¿Se está estudiando las cuencas porque se ha denunciado que el problema de la falta de agua en Barquisimeto se debe, en gran parte, a que han sido devastadas zonas de la cuenca del río Tocuyo?
La investigación en Venezuela ha disminuido. ¿Qué ocurre, por ejemplo, cuando las universidades que no tienen capacidad para hacer investigación, cuando se dice que el Ministerio del Ambiente no tiene los técnicos? Evidentemente, todo eso es cierto, no se puede ocultar. En el caso particular de Lara, observamos que Dos Cerritos, que principalmente es nuestro proveedor de agua, está sedimentado porque la parte alta de la cuenca ha sido deforestada para sembrar café a la exposición solar, para sacar madera. No hay un análisis integral de las cuencas como se hacía hace veinte años cuando el Banco Interamericano de Desarrollo, el Ministerio del Ambiente y la Universidad desarrollaron programas el manejo general de las cuencas hidrográficas. Si vamos al embalse que está ubicado en Carora es mucho más grave. El problema de la sedimentación es un fantasma que está detrás de las presas de agua. Y vamos mucho más allá: las cuencas son las productoras naturales de agua. Si se altera el sistema de agua también se altera el ecosistema y las consecuencias van a ser contundentes porque cada vez somos más habitantes. Ya sumamos más de 8 mil millones de personas en el planeta Tierra, empleando la misma cantidad de agua. Y aun cuando se dice que tenemos mucha agua, en realidad tenemos 1.400 millones de kilómetros cúbicos de agua, pero apenas el 2% es dulce. Hay que pensar mucho más allá y el tema de cuencas es fundamental. La temática del desarrollo de un país va de la mano con el uso que hagamos de las cuencas.-
Pacífico Sánchez – EL Impulso