Gregorio Luri: «Hoy, la única impugnación seria a las trivialidades, está en manos del cristianismo»
Gregorio Luri defiende la capacidad del cristianismo para centrar una sociedad muy descentrada
Álex Navajas, entrevistador de CreoTV, señala la paradoja: vivimos en la época en que más libros, vídeos y cursos hablan sobre educar a los niños, y a la vez, es la época en la que los padres y educadores se sienten más perdidos.
Le responde Gregorio Luri, maestro, doctor en Filosofía, influyente en el debate educativo por su claridad, firmeza y la treintena de libros sobre educación que ha escrito, siempre con éxito de ventas.
Crisis social y crisis educativa
«La educación es el escaparate más claro de una sociedad, amplifica aquello que en la sociedad se da en sordina», comenta Luri.
Lamenta que hoy mucha gente no busca ni piensa sobre «lo bueno» y se interesa sólo por «lo nuevo».
Muchos buscan «innovaciones disruptivas», algo que, dice, «puede funcionar bien con máquinas, con cámaras fotográficas, pero en el ser humano eso lleva implícito que ya no nos importa lo que hicieron nuestros abuelos, nuestros antepasados… Eso es como suponer que por escribir después de Proust -por decir un gran escritor- eres mejor escritor que Proust. ¿De verdad somos mejores escritores que Lope o mejores filósofos que Platón?»
En la educación, y en la sociedad, el amor tiene un papel clave. «El amor no es ciego, es una de las fuerzas más clarividentes. ¡Hay cosas que sólo las ves si estás enamorado!», señala. Y para el cristiano es más importante, afirma, recordando las palabras de 1 Juan 4,16: «Hemos conocido el amor que Dios nos tiene«.
El cristianismo, serie frente a las trivialidades
«Hoy, la única impugnación seria a las trivialidades del presente está en manos del cristianismo. Otra cosa es que quiera asumirlo», proclama el veterano educador, que dice que su «mayor título» es ser maestro de escuela.
Álex Navajas destaca una frase que encuentra en el libro: «Hace tiempo que la madre ha salido de casa pero el padre aún no ha entrado».
«Es la primera generación de niños con rodillas impolutas: se han quedado sin espacio para hacer trastadas», constata Luri.
Otra novedad en nuestra época -él mismo señala que es cruda pero debe decirse- es que «un niño es ese ser cuyos padres no han querido abortar».
Nacido en familia campesina, huérfano de padre desde los 15 años, Luri jugó mucho en la calle y el campo, en la rivera del Ebro, con la naturaleza y otros niños. Hoy mira a sus nietos y se plantea: «un niño que no ha corrido el riesgo de romperse algo, ¿ha tenido infancia?»
Admite que en el mundo hay riesgos, pero ¿es absurdo que un niño perdido pida ayuda a desconocidos? «La inmensa mayoría de los desconocidos en realidad ayudarán al niño», afirma, contra los miedos excesivos.
«El lugar más seguro para un barco es el puerto, pero no está creado para eso, sino para salir al mar y enfrentar sus inclemencias… y nuestros hijos también», añade.
‘El deber moral de ser inteligentes’ y ‘Mejor educados’ son dos de los libros que comentan Gregorio Luri y Álex Navajas en esta entrevista.
Padres dañados por la hiperresponsabilidad
Piensa que «los padres sienten una hiperresponsabilidad que nos les deja desarrollar una paternidad tranquila».
Y, con todo, la familia es una institución fuerte, que ha resistido todo tipo de embates durante la historia.
«La familia normalica es aquella capaz de gestionar sus neurosis cotidianas sin demasiadas estridencias«, señala. «El otro tipo de familia es la que cree que se solucionan los problemas a gritos».
«Los manuales de psiquiatría americanos han quitado el narcisismo como patología porque cuando algo se hace tan mayoritario ya no lo puedes considerar patología», comenta Luri.
«Con frecuencia los padres modernos usan a sus hijos para mostrar a los demás su ‘genialidad reproductora'», advierte. «El adulto es el que debería aportar el sentido común… y eso cansa«.
«Los niños necesitan normas claras aunque solo sea para que sepan a qué atenerse. Las familias tristes son aquellas que tienen esos hijos rebeldes sin causa que están de mal humor permanentemente sin nada contra lo que rebelarse«, dice de las familias sin normas.
«La felicidad del ser humano, siempre precaria, porque no podemos controlar el futuro, ha de gestionar esa fragilidad, requiere codos y te la tienes que ganar», detalla.
Lo humano, insiste, es poder pararse a reflexionar en vez de seguir ciegamente un impulso o deseo.
Escribir con lenguaje claro y ayudar a entender
Luri explica que empezó escribiendo libros «con muchas notas a pie de página». Después, hacia los 55 años, cambió el enfoque.
Un problema de salud física le llevó a una profunda depresión. Le llamó el editor y periodista Josep Maria Espinàs, fallecido en febrero de 2023. «Quiero que me hagas un libro, lo tienes en la cabeza y no lo sabes, quedamos a comer y te cuento tu libro», le dijo con desparpajo. Espinás también le planteó: «¿Por qué citas a gente? Si tienes algo que decir, dilo, que la gente lea lo que dices tú». Así surgió el libro La escuela contra el mundo, de gran éxito y superó la depresión.
Navajas le cita una frase de su libro: «Descubro que pienso escribiendo y escribo pensando». «Eso es de San Agustín», señala Luri. «No hay un pensamiento crítico serio sin un desarrollo de la lecto-escritura, sobre todo de la escritura».
Occidente es el diálogo crítico con sus grandes libros
«Occidente es el diálogo con sus grandes libros. Occidente es la única cultura que ha sometido a crítica a todos sus grandes libros, incluso la Biblia, hemos sometido todo a la crítica. ¡Eso es propio del cristianismo! El Logos es Dios, y el cristianismo ha creado así la teología».
En una entrevista en la contra de La Vanguardia dijo ser «un pagano que creía en Jesús«: se refería a que era un cristiano enamorado de Platón, Sócrates y los grandes nombres greco-romanos que admira y revisita siempre. «A la hora de la verdad, lo que dice San Juan en su prólogo, es que la prueba de que estás en el Logos es que amas a tu hermano». También Platón decía que el filólogo (el que ama al Logos) ha de ser filántropo (amar al hombre), cita.
Su experiencia y convicción es que igual que muchos vivieron un Viernes Santo, antes de llegar a una Resurrección, muchas personas han de vivir la experiencia del nihilismo antes de poder ser cristianos.
También dice que ayuda mucho conocer buenos cristianos. Él se admira, por ejemplo, de los monjes de Hornachuelos con los que ha pasado unos días. «¡Eso es contracultura, eso sí es la alternativa más radical al capitalismo!»
«Decidí compensar mi mediocridad como cristiano colaborando con cualquier grupo de cristianos que me llame. Y no me preocupa su etiqueta, eso es un asunto de ellos con el Jefe», explica Luri. También le admira la «minuciosidad» y «el sentido de la liturgia como una disciplina del alma» en el ritual cristiano.
El diálogo finaliza con ganas de seguir hablando, y con Álex Navajas, el entrevistador, recomendando los libros de espiritualidad del dominico Chus Villarroel, fallecido hace unos meses.
Vea aquí la entrevista a Gregorio Luri sobre educación, nuestra sociedad y la aportación del cristianismo.