Entrevistas

Alfredo Coronil Hartmann: «En Venezuela estamos en un vacío de liderazgos terrible»

Para el abogado y politólogo venezolano, Alfredo Coronil Hartmann-Viso, la salida real del gobierno de Nicolás Maduro no debe ser con una “simple elección”, aunque sí considera que este debe ser el comienzo de un largo plazo para lograr reencauzar el país y reinstitucionalizarlo, para él lo ideal sería una transición que sea lo más corta posible y que esté encabezada por un líder que realmente tenga claro el rumbo que se debe tomar.

“La salida no es sólo hacer una elección y elegir un presidente, como parece que creen en los Estados Unidos. Este es un país al que durante más de 20 años se le han desmontado todas las instituciones y aparte de desmontarlas jurídicamente, se han aupado malos hábitos que no se cambian en un día. Han hecho lo posible por convertirnos en un pueblo de mendigos”, aseveró.

Destaca, además que si en el país se da una elección real, con condiciones adecuadas y en las que se respeten los resultados de ese proceso, Nicolás Maduro no las ganaría. “Pero para que se llegue a una elección real, es necesario que él se sienta obligado por la presión internacional”.

¿Por qué cree que no ganaría unas elecciones?

Una elección real con una contabilidad confiable no la ganaría nunca. Maduro no tiene prestigio ni siquiera entre el chavismo. Yo creo que si aquí logramos buscar un candidato de oposición mínimamente coherente, ganaría. La cosa ahora es conseguir uno, esa es la principal tragedia. El Gobierno no tiene ningún deseo de realizar una elección real, pero aparte de eso ¿quiénes van a competir en esa elección? La situación es sumamente oscura. A mí me gusta ser optimista porque lo que menos quiero es desanimar a la oposición, al contrario, la animo a que busque un candidato en quien depositar su confianza.

No podemos seguir dando cheques en blanco a ningún “pistola” —y me disculpa la expresión— porque aparece en programas de televisión o porque es aparentemente muy sexy su imagen o usa una gorra o es joven solamente. Yo creo que la juventud es necesaria, por supuesto, pero tiene que estar acompañada de una gran cantidad de cosas, no basta por sí sola.

¿Cree que el oficialismo se ha fortalecido?

Aquí hay es un grupo de gente ávida y deseosa de acumular riquezas lo más rápido posible y de ejercer el poder por el gusto de fregar a los que no están con ellos y eso lo vivimos a diario todos los venezolanos, entonces sí hay un fortalecimiento relativo.

¿Está cerca una salida?

Hace poco tiempo cuando la desastrosa aventura de Cúcuta, se llegó a pensar que estábamos al borde de una solución y al final llegamos a esta situación insostenible. El panorama se ha oscurecido, no se ve en claridad la posible salida y la situación de los partidos políticos venezolanos es caótica, entonces todo ello contribuye a que en medio de esta nebulosa y esa confusión como una gran borrachera colectiva, no se vea una salida a corto plazo.

¿Cómo ve el desarrollo de la política venezolana en estos momentos?

En estos momentos yo veo que en Venezuela, además que está pasando un momento crucial y muy difícil en su historia, lo está haciendo en las peores condiciones por que nos faltan protagonistas. Se critica con frecuencia que estamos muy críticos con la oposición siendo nosotros miembros o personas de la oposición, pero hay que empezar por criticar lo más cercano que es lo que deseáramos que fuera una alternativa válida.

Por parte del gobierno sabemos que Maduro fue un pícher tapón que señaló Chávez en el momento de su enfermedad final, pero que nunca fue el líder del chavismo. Todo eso contribuye a crear un clima de desconfianza y eso impide que la población, las fuerzas vivas del país, lo agonizante que es lo que queda, no encuentren en qué depositar su confianza en forma masiva y contunden te.

¿Qué le hace falta a la oposición venezolana para lograr sus objetivos?

A la oposición le faltan muchísimas cosas. En primer lugar, le faltan partidos políticos medianamente serios.

¿Cómo ve los nuevos liderazgos que han surgido en la oposición?

No los veo lo suficientemente definidos. Estamos en un vacío de liderazgos terrible y lamentablemente, yo por lo me nos no he podido percibir hasta ahora una nueva dirigencia para la que hay.

¿Es posible que este sector pueda llegar a un consenso de cara a unas presidenciales?

Yo creo que tendría que llegar obligada por las circunstancias, pero lo ideales que llegue sinceramente a ese consenso. Evidentemente, si ahorita se plantea una situación de un arbitraje internacional que garantizara la pulcritud de un proceso electoral, algún candidato tendrían que elegir, ahora ¿a quién van a elegir? Ese es el temor que a uno le da, porque los criterios que parecieran privar las propuestas de los distintos aspirantes, son bien pobres en su mayoría.

¿Qué le ha hecho falta hacer al gobierno liderado por Juan Guaidó?

Esa es una pregunta bien fregada, pero vamos a tratar de responderla. En primer lugar, ser gobierno. Lo importante de la aplicación del artículo 233 era que sirviera como un elemento para quebrar la farsa y que se fuera a una transición real, un cambio práctico y concreto de la situación, no una cosa puramente simbólica. Se pecó, tuvimos que usar esa fórmula que no tuvo el apoyo que se esperaba dentro del país, pero nunca ha sido legítima. La legitimidad supone que tenga el acatamiento y el respaldo. El respaldo afectivo del país siempre lo tuvo cualquiera que no fuera Maduro, pero el acatamiento no y básicamente el acatamiento es de las Fuerzas Armadas. La que queda en ridículo es Venezuela como país, tenemos dos presidentes, dos congresos y ninguno sirve para nada. Yo considero que lo de Guaidó fue una gran decepción.

¿Sigue siendo Guaidó el hombre para dirigir ese interinato?

Yo nunca pensé que fuera el indicado, simplemente ese artículo absurdo de la Constitución establece que el presidente de la Asamblea y da la casualidad que era él, pero no ha habido ningún juicio de valor para pensar si era o no el hombre para eso. Creo que los hechos por desgracia han demostrado que no lo era. Ojalá hubiese tenido todo el éxito y lo pienso con la mayor sinceridad.

¿Debe continuar el gobierno interino o se debe disolver?

Ya yo veo que este interinato quedó absolutamente en el pasado, si es que alguna vez fue un interinato fue un cumplimiento formal, verbal de un artículo absurdo de una Constitución malhecha, una constitución arbitraria.

La migración venezolana sigue creciendo ¿Cuál es el impacto que esto tiene dentro y fuera de Venezuela?

Ha sido un gran beneficio para los países que los han recibido porque nosotros teníamos una educación superior de alta calidad. Ahora, también ha emigrado una cantidad de gente sin ninguna calificación, han emigrado también delincuentes y cuando de un país se van hasta los ladrones y los asesinos, es porque francamente queda muy poco que robar y los que quedan por asesinar como que no son muy atractivos. Pero la inmigración nos está haciendo perder una clase profesional calificada y la gran pregunta y la que me angustia es si es recuperable, es decir, si el día de mañana se revierte la situación política, ¿va a regresar esa clase profesional calificada que se fue o se van a quedar en el exterior?

¿Qué políticas debería implementar el gobierno venezolano para frenar la migración?

Más que una cuestión de política es una cuestión de estructura de gobierno y de funcionamiento institucional. La migración no es voluntaria en el sentido literal de la palabra, es una migración por desesperación, por angustia, por hambre y por necesidad. Yo creo que aquí con un gobierno de transición que dure dos o tres años máximo y que encamine realmente el país, ya abriría una cantidad de puertas y estoy seguro que la migración se detendría. Aquí se puede salir con relativa rapidez dada la riqueza inmensa del país, del problema estrictamente económico, pero a mí ese es el que menos me preocupa, a mí lo que me preocupa es el problema social. Chávez se dedicó desde que era candidato a fomentar el odio social y a revolver lo peor de las frustraciones que subyace en el fondo de todos los pueblos.

¿Cree que es cierto eso de que Venezuela se está arreglando?

En mi opinión no es cierto en lo absoluto. Eso es un poco la óptica de lo que ahora llaman la burbuja, porque entonces ven que hay algunos locales comerciales que están muy bien dotados de productos que son importadas, donde a precios muy elevados se consigue de todo y eso lo están confundiendo abundancia en el país.

¿Cuánto tiempo puede transcurrir para que Venezuela realmente se arregle la situación?

La parte material se recupera relativamente rápido, yo estoy convencido que en Venezuela, si se establecen unas reglas del juego coherentes, si se vuelve a un régimen de libertad y de democracia, en un tiempo breve se recuperan los niveles que teníamos y en algunos aspectos muchísimo antes. No es una cosa a largo plazo. No dramaticemos.

Un pueblo que no exige está condenado.

Para el analista, los venezolanos tienen la obligación de exigir a sus gobernantes o representantes en los diferentes organismos a cumplir con las tareas que se les fueron asignadas al momento de ser electos. “Hay que exigir, un pueblo que no exige está condenado a ser mal gobernado, hay que exigir, que la gente se gane los balones”, destacó.

Explica que lamentablemente el pueblo venezolano se ha encargado de endiosar a la persona que se destaca en cualquier campo, no sólo el político, generando que se terminen corrompiendo o perturbando.

“Aquí el que medio se destaca, al día siguiente lo canonizan, al día siguiente es el más perfecto, el más completo, la maravilla de siglo y eso refleja la suerte de liderazgos que hay. No podemos seguir endiosando a la gente porque la corrompemos y no sé si este sea el caso de Guaidó, pero podría serlo. Un muchacho anónimo que lo plantean como líder de la oposición y él no es líder de nada, es un dirigente de un partido político que le tocó ser presidente por la mecánica in terna de un partido y por un artículo loco de la Constitución”, aseveró.

Anggy Murillo – La Prensa de Lara

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