Bondad, maldad e ideología
Lo único que legitima como válida una propuesta política es que ayude al individuo concreto a ser mejor persona
Padre Alberto Reyes Pías, sacerdote cubano:
El ser humano es creativo por naturaleza y, en este sentido, tiene derecho a elegir la línea de pensamiento político que considere mejor para la sociedad en la que vive. Corrientes de derecha, izquierda o centro, pueden ser respetables y válidas, siempre que fomenten la bondad del ser humano y garanticen su libertad.
Lo único que legitima como válida una propuesta política es que ayude al individuo concreto a ser mejor persona y lo impulse a hacer el bien a los demás, incluso a aquellos que elijan una opción política diferente a la suya. Por eso…
No está mal que ames y defiendas los ideales sociales en los que crees, pero haces daño cuando conviertes esos ideales en una ideología cerrada y tratas de imponer a todos tu ideología; y humillas, denigras o atacas a los que no comparten tu visión ideológica.
No está mal que te adhieras a un partido político y lo promuevas y lo defiendas apasionadamente, pero haces daño cuando tu partido toma el poder y tú aplaudes que prohíba a otros el derecho a asociarse y a defender líneas de pensamiento diferente, y no cuestionas a tu propio partido por negar a otros el derecho que tú estás orgulloso de usar.
No está mal preferir un sistema político, pero haces daño y te haces daño cuando dejas que la política te quite la humanidad y, por defender el sistema político en el que crees, o por “hacer méritos” dentro de él, o por escalar posiciones, o simplemente por miedo a tener problemas si cuestionas ese sistema político, mientes, agredes, intimidas, reprimes, porque eso te convierte en mala persona, y una mala persona es alguien que se ha roto por dentro.
No está mal sentir miedo, y experimentar inseguridad ante los mecanismos de autoridad social que te rodean, pero haces daño, y te haces daño cuando pactas con el mal para estar bien, o simplemente mejor, o decides no buscarte problemas por no enfrentar los problemas que hoy son “de otros”.
No está mal que decidas libremente no profesar ninguna religión, pero haces daño cuando aceptas o permites que se condicionen los derechos y las libertades de aquellos que sí profesan una religión y quieren expresarla públicamente y proponerla abiertamente.
Es comprensible que “barras hacia adentro”, y que busques proteger la imagen del sistema político en el que crees, pero haces daño cuando decides negar lo evidente, lo que no funciona, lo que impide la prosperidad de tus hermanos; haces daño cuando te niegas a buscar un cambio a todo aquello que va rompiendo a tu propio pueblo, porque lo sumerge en la miseria, en el miedo, en la división, en las separaciones inevitables.
La verdadera política no es una cuestión de poder sino de bondad social. Por eso, cuando la política se separa de la humanidad, se deslegitimiza, porque empieza a ser instrumento del mal.
El escritor inglés Gilbert K. Chesterton dijo: “Ninguna nación muere, salvo que se suicide”, y hacemos daño cuando apoyamos lo que provoca que nuestra sociedad se suicide, cuando fingimos que todo va bien, y miramos hacia otro lado, y elegimos el silencio cómplice, y nos hacemos indiferentes ante el mal, mientras la nación se nos muere.-