Opinión

Gobernar hoy en el siglo XXI

A la hora de gobernar se requiere, pues, tacto político, capacidad de comunicación, persuasión y un timing especial, para observar el margen de maniobra que dan las decisiones

Este artículo lo escribo guiado por las ideas del Consejo Latinoamericano de la Administración para el Desarrollo (CLAD), organismo intergubernamental fundado por Venezuela entre otros fundadores, a iniciativa del Gobierno de presidente Caldera, en 1972, en su primera administración sus ideas me nutren desde que profundicé mi relación profesional con este organismo a partir del año 1986. Gobernar en los próximos años será un desafío y un riesgo aún mayor de cumplir con los objetivos planteados, es un asunto transdisciplinario, por ello, el gobernante de una nación tiene el inmenso reto de gobernar no solo para una parcela del país, sino para toda una nación, es la obra de una élite, nos guste ó no nos guste es la realidad, de quienes gobiernan, pero para ello la cabeza del Estado requiere gente capacitada, experimentada no improvisada. Con conocimiento y experticia política y técnica.

Por ello, se debe profundizar en las capacidades y conocimiento, de la función de gobernar, sobre todo en la oficina del alto gobernante ( el Jefe del Estado o de Gobierno). Esto requiere liderazgo transformacional. Por ello, la primera condición para gobernar es saber escoger sus colaboradores, segundo, tener un norte de políticas públicas con sentido común y que generen confianza. Esto no se ha cumplido en Venezuela, en los últimos 24 años, ya que se presenta alta rotación de los altos cargos directivos (ministros y presidentes de empresas del Estado), analfabetas funcionales con título, que no saben qué hacer en un cargo, no tiene destrezas de dirección y coordinación y trabajo en equipo y una excesiva militarización de la administración pública y creen que los organismos civiles son cuarteles y no organizaciones que cada una tiene una cultura y un espíritu de cuerpo que las hace particulares y singulares en sus mecanismos de toma de decisión ( se toman decisiones colegiadas y no en forma autoritaria). Por ello, las empresas del Estado y organismos públicos de la Administración centralizada y descentralizada productora de bienes y servicios, están hoy con una pésima calidad organizacional.

Ya que, por otra parte, no tienen sentido de estado, sino de estructurar una simbiosis de estado-gobierno-partido e ideología. Si no vean la declaración del diputado Diosdado Cabello en Monagas la semana pasada, donde afirmó que la meritocracia debe desaparecer del PDVSA (creo que desapareció desde el año 1999). Hoy es una empresa en el último escalón de calidad y eficiencia, de las empresas de América Latina. Hoy se gobierna con los peores.

El alto gobernante, debe tomar decisiones, interactuar con los ministros, altos funcionarios de la administración pública que él designa, llevar a cabo reuniones de Consejo de ministros, conducción y negociación al interno son a mí manera de ver los elementos complejos y dinámicos, de entender y comprender, reflexionar, sobre el arte de gobernar, otra cualidad saberse rodear y acompañar en esta compleja y difícil tarea. Sobre ellos históricamente han sido unos de los retos del estudio y reflexión de la teoría política. El tema del buen gobernante o del ejercicio del gobierno, abarcar dos aspectos: el político y el administrativo. El político, porque abarca el ámbito de toma de decisiones y el administrativo, la administración pública debe propender a tener innovación elástica y estar en permanente actualización porque va hacia la realización de propuestas, programas y planes de acción. Implica, además, la conducción y coordinación horizontal y vertical de las diferentes acciones de gobierno.

En cualquier caso, el buen gobernante debe al menos cumplir con estas premisas para llevar a feliz término una gestión gubernamental que son a saber: identificar los problemas en forma adecuada. Clasificarlos en forma oportuna lo que se une a un claro sentido de prioridades. Luego determinar cuáles ameritan tratamiento inmediato y en forma eficaz y eficiente. Hay otras tres condiciones importantes que se une a sus cualidades cualitativas, por otra parte, saber cuándo disminuir las tensiones y procesos conflictuales de la sociedad que gobierna. Darle estabilidad a su equipo de gobierno y proporcionar un sentido dialogante con sus adversarios y como dice, la carta de Innovación de gestión pública del CLAD…”un cambio radical en los modelos y metodologías de gestión vinculados a las tecnologías emergentes y disruptivas: la Administración digital, al manejo de grandes fuentes de datos (Big Data & Anaylitcs), internet de las cosas, realidad virtual, blockchain y, especialmente, la introducción en la gestión pública de la inteligencia artificial y de la automatización de procesos mediante la robotización…”

A la hora de gobernar se requiere, pues, tacto político, capacidad de comunicación, persuasión y un timing especial, para observar el margen de maniobra que dan las decisiones, para llevar cabo no solamente las tareas normales del día a día de gobierno, sino igualmente la parte más estratégica, el mediano y largo plazo, negociar, con los diversos actores con los que se convive y la posible influencia del entorno internacional que también influye en las tareas de gobernar, porque hoy en día hay una porosidad manifiesta entre el ambiente interno y el externo, por la complejidad del ambiente internacional y la irrupción de problemas nuevos.

El político en funciones de gobierno debe conocer cuál es el margen y repito, el timing de maniobra que tiene para tomar decisiones y en inicio de este siglo y los siguientes años influirán más en el gobierno, por la velocidad de los cambios en las distintas esferas del quehacer humano, rapidez e incertidumbre serán los signos de los tiempos por venir. En las democracias gobernar es más intricado porque se debe gobernar bajo varias premisas como consulta, persuasión, cooperación, negociación y coordinación.

En este sentido, la interacción entre los agentes políticos (partidos, sindicatos grupos de interés y de presión, líderes, etcétera) y las decisiones de política es el objeto central de la teoría política contemporánea y el diseño de políticas públicas es uno de sus desafíos En esta interacción, las expectativas racionales de los agentes juegan un papel esencial en la acción política, lo cual debe tomarse en cuenta. La relación dialéctica entre sociedad política y civil, es un elemento que debe tomar en cuenta en quien ejerce funciones de gobierno, No es un problema que se arregla con buena gerencia, porque gobernar es esencialmente un problema y asunto político. Hoy a que crear valor público mediante la innovación de la gestión pública.

En suma, en la actividad política es difícil, pero el ejercicio del gobierno, del gobernar es más intricado, complejo, debido a que es optar entre opciones, es saber qué se quiere, saber qué se puede y qué no se puede hacer, saber cuándo hay que hacerlo y finalmente, cómo hay que hacerlo. El político en funciones de gobierno debe tener pues, iniciativa estratégica, pero con un sentido de las proporciones.

Por ello, los funcionarios o gerentes públicos, deben analizar e interpretar los datos, tanto a nivel tecnológico como de conocimiento humano (sistemas de inteligencia colectiva internos y externos a la Administración), que faciliten la detección proactiva de las nuevas necesidades sociales e individuales de los servicios públicos con el objetivo de un mayor bienestar social he allí los retos de gobernar en estos primeros años lustros del siglo XXI. Se debe gobernar con altas índices de eficiencia y no de mediocridad.-

jesusmazzei@gmail.com

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