Iglesia Venezolana

Un llamado desde Venezuela por la Amazonía

Repam Venezuela y organizaciones de la Sociedad Civil Ante La Cumbre de Presidentes amazónicos

Como organizaciones sociales preocupadas por las situaciones que vive la Región
amazónica, las organizaciones firmantes del presente documento queremos elevar
nuestra voz de preocupación y nuestras expectativas ante un hecho que reviste una
particular importancia como lo es la Cumbre de presidentes de la región amazónica
convocada para los días del 8 al 12 de agosto en la ciudad de Belén en Brasil.

Juntos como sociedad civil, organizaciones indígenas y grupos reunidos con la Red Eclesial
Panamazónica- Venezuela (Repam Venezuela), esperamos que esta cumbre sirva como un
espacio de acuerdos para una verdadera y honesta toma de conciencia y decisiones por
parte de nuestros gobiernos y de grupos políticos, económicos y sociales que tienen
alguna responsabilidad ante este vasto, hermoso y amenazado territorio y sus redes de
vida.

La Amazonía venezolana bajo una presión sin precedentes
Podemos afirmar que hoy por hoy la Amazonía venezolana se encuentra bajo una enorme
presión climática, que es al mismo tiempo, social, ecológica y económica que pone en
peligro la vida. Nunca antes, salvo quizás con el tiempo de la explotación del caucho, a
finales del siglo XIX y principios del siglo XX, la Amazonía venezolana que abarca 4
estados: Bolívar, Amazonas, Delta Amacuro y Apure, se encuentran en una alta
vulnerabilidad que afecta directamente la vida de enormes ecosistemas cuyas
consecuencias son impredecibles, y sobre los cuales es preciso conocer a profundidad
para generar decisiones muy firmes que amparadas en una ética del cuidado sean
capaces de frenar todas estas situaciones que en algunos casos ya son cruciales.
Territorios Indígenas sin demarcación ni adjudicación.

En Venezuela, la aprobación de la Constitución de 1999 había supuesto un triunfo de los
movimientos indígenas y sus aliados, quienes por años habían solicitado la adjudicación de
los títulos de propiedad colectiva sobre sus territorios ancestrales. Siendo signataria
Venezuela del Convenio 169 de la OIT1, era lógico pensar que con la llegada al poder de
quienes se decían favorables al proceso indígena, la demarcación del territorio se haría de
modo natural.

Casi 24 años después del reconocimiento constitucional de los derechos de los pueblos
indígenas, la frustración es enorme, pues las demarcaciones y titulaciones de tierras
indígenas han sido fraccionadas solo a algunas comunidades indígenas, desconociendo las
solicitudes que han hecho en el ejercicio pleno de sus derechos constitucionalmente
establecidos. A pesar de los muchos esfuerzos, no se ha adjudicado en estas dos décadas
ni un solo centímetro de tierra a los pueblos indígenas venezolanos y en la mayoría de los
proyectos que se han desarrollado en dichos territorios no ha habido la consulta previa
prevista por la ley.

El proceso de la política de cooptación ha generado divisiones en las comunidades
indígenas muchas de las cuales, debido a la enorme pobreza se ven obligaos a plegarse a
las acciones de los poderosos convocantes.

Si bien debido a la crisis humanitaria compleja que asola al país algunas comunidades
están divididas en torno al asunto minero, la gran mayoría está consciente y en contra del
mismo, solo que no tienen los mecanismos para una lucha pacífica en ejercicio de sus
derechos políticos ante la represión, militarización y violencias territoriales que se
despliegan en la Amazonía venezolana.

Situación de la Salud y Educación

La situación de la salud en la Amazonía venezolana es de una enorme precariedad, pues
no existen políticas públicas que proporcionen una cobertura mínima del territorio. Las
enfermedades endémicas amazónicas vuelven a estar a la orden del día, la morbilidad y
mortalidad aumenta, debido sobre todo a la falta de acceso a los servicios básicos de
salud en toda la región. A esto se suma el incremento de enfermedades en los últimos
años asociadas a la actividad de la minería.

En muchos lugares debido a toda esta situación y sobre todo a la crisis económica del país,
los centros educativos han disminuido sus actividades y posibilidades de acción; incluso
obras emblemáticas de la educación católica, aliadas históricamente a los pueblos
indígenas, se han visto imposibilitadas a mantener sus programas educativos por la
carencia de salarios dignos, materiales, infraestructura y la diáspora de personal
capacitado que ha emigrado dejando con menos apoyo a los pueblos que viven en la
región.

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Ley aprobatoria del convenio n° 169 sobre pueblos indígenas y tribales
Una Minería ilegal desbordada.

Asistimos a procesos intensivos de extractivismo minero, cuyos actores y límites atentan
contra las dinámicas socio-territoriales, la biodiversidad de la Amazonía y los tejidos
comunitarios. En ellos prevalece la acción de mafias y grupos irregulares que constituyen
gobernanzas ilegales y de control de todos los ámbitos de la vida amazónica, colocando en
riesgo la diversidad cultural de una de las zonas más ricas del planeta.

La aprobación y puesta en marcha del llamado Arco Minero del Orinoco (AMO), ha
significado la dramática aceleración de la destrucción de enormes territorios entregados a
la voracidad extrema de grupos sin ningún escrúpulo.

La minería se está desarrollando en la Amazonía venezolana sin ningún control ni orden,
es un territorio sin ley donde solo prevalece la lógica del más fuerte, donde campea la
violencia y el desorden. La destrucción del medio ambiente es la primera gran
consecuencia que está a la vista y que en diferentes informes se da cuenta de ello. Por
ejemplo se reporta que entre 2016 y 2020 se perdieron más de 140.000 hectáreas de
bosques primarios en la Amazonía venezolana.

2
Esta situación ha generado formas de violencia que eran desconocidas entre las formas
tradicionales de organización social de los pueblos indígenas, existen enfrentamientos casi
constantes en la región amazónica con la consecuente cifras de heridos, muertos y
desaparecidos hechos que cada día parece ir en aumento.

La presión sobre los líderes indígenas es enorme y su situación se ha vuelto cada vez más
vulnerable debido a los poderosos encargados de las explotaciones mineras, muchos de
ellos son detenidos, amedrentados en público y en privados e incluso asesinados.
Está comprobado que la utilización del mercurio en la extracción del oro y de los
minerales vertidos sobre agua puede generar daños graves sobre la salud de las
poblaciones. Según serios estudios científicos el nivel de mercurio en el cabello de los
indígenas venezolanos supera grandemente los niveles de tolerancia humana, a eso se
suma que el acuerdo de Minamata que establece una limitación en el uso de mercurio no
ha sido ratificado por Venezuela. En Venezuela, El MeHg alcanza altos niveles tanto en la
circulación materna como fetal, con el potencial de causar daños irreversibles en el
desarrollo infantil, incluyendo la disminución de la capacidad intelectual y motora

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Esperar contra todas esperanzas
El Papa Francisco en la encíclica “Laudato Sí” hace un llamado a todos los habitantes de la
tierra a una verdadera y autentica “Conversión Ecológica” asumiendo la ecología desdeuna perspectiva integral, es decir, abordando todas sus dimensiones: natural, humana,
social y económica con el desafío y compromiso de cuidar nuestra casa común.

“El desafío urgente de proteger nuestra casa común incluye la preocupación de unir a
toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral, pues
sabemos que las cosas pueden cambiar” (No. 13 LS). Por eso “hago una invitación urgente
a un nuevo diálogo sobre el modo como estamos construyendo el futuro del planeta.
Necesitamos una conversación que nos una a todos, porque el desafío ambiental que
vivimos, y sus raíces humanas, nos interesan y nos impactan a todos” (No. 14 LS).

Respondiendo a este llamado la Iglesia Católica ha promovido el cuidado del planeta no
como un mero activismo, sino, como un estilo de vida, asumiendo la tarea de ser
custodios de la Creación de Dios y de su pueblo que gime por las nefastas consecuencias
de la explotación de los bienes naturales, provocando asi una crisis socio-ambiental.
Por ello, frente a la cumbre de Presidentes de la Amazonía, nuestras organizaciones
demandan que se cumplan con las leyes y tratados que rigen a toda la Amazonía y que los
pueblos puedan continuar con sus modos de vida asociados al cuidado de los bosques y
que sus derechos sean garantizados, de manera que la enorme presión a la que son
sometidos pueda verse controlada.

En Venezuela, desde la Constitución de 1999, se han aprobado un conjunto de leyes; La
Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas, la Ley de Educación y otras más. Sin
embargo, puede afirmarse que tanto la Constitución como dichas leyes han ido quedando
como letra muerta. Deseamos que esta nueva toma de conciencia de los gobiernos
amazónicos impulse al gobierno venezolano a hacer efectiva dichas leyes.

Es preciso que se detenga de inmediato la minería en los territorios, con todas las
ramificaciones que conlleva; entre ellas la presencia de grupos irregulares, los cuales
generan amenazas, conflictos e inestabilidad entre las comunidades.

Demandamos la reparación inmediata de los daños causados hasta ahora frente al
extractivismo depredador en la Amazonía venezolana. Urgimos al Estado venezolano a
tomar medidas de protección y ordenación territorial.

Urge la implementación de una política de desarrollo sostenible y basada en una
economía circular, sin mercantilización de la Amazonía en nombre de la bio-economía que
permita a los pueblos amazónicos el Buen vivir, sin que estén sometidos al impacto de las
acciones ilegales y a los ataques al medio ambiente y por ello a sus comunidades de vidas.
Las potencialidades y posibilidades de desarrollar economías basadas en las prácticas,
saberes y dinámicas de vida de las comunidades amazónicas, sin que se vulnere sus
derechos son enormes. Por lo que invitamos a los líderes de la Amazonía a tomar
decisiones en consonancia con el momento histórico que demanda salvar este territorio.

Urge que las voces de la amazonia participen activamente en las nuevas políticas de
protección y cuidado, frente al extractivismo y se respete sus decisiones.

En el caso venezolano se debe regularizar el suministro del combustible de manera que las
poblaciones y los operadores humanitarios puedan ejercer su labor de apoyo a los pueblos
vulnerables que así lo soliciten.

Esperamos y deseamos que el marco ético y legal, dé paso a una vida digna para todos en
la Amazonía sea el resultado de la presente cumbre.

La Red Eclesial Panamazónica en Venezuela, junto con las organizaciones de la sociedad
civil que trabajan en la Amazonía hace un contundente llamado a detener todas las
actividades de explotación y destrucción ambiental que se están desarrollando en la zona,
producto de la falta de planes y de la aplicación de las leyes.

Confiamos en que la cumbre de Presidentes Amazónicos logre dirigir sus acciones
concretas a los fines de dar vida y vida en abundancia.

Caracas – Venezuela, agosto de 2023

 

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