La Iglesia tiene gran relevancia educativa, pero «no se ve su reflejo en el mundo», denuncia la ACdP
Con las de este fin de semana, ya son seis las Jornada de Católicos y Vida Pública desarrolladas en Valladolid por la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP). En esta ocasión han tenido como foco central la «educación y evangelización», que tanto el presidente de la asociación, Alfonso Bullón de Mendoza, como el nuncio de la Santa Sede en España, Bernardito Auza, detallaron en sendas ponencias.
Bullón de Mendoza hizo un llamado a los padres a implicarse en la educación de sus hijos más que en ningún otro momento pese al contexto «especialmente adverso» de la actualidad. Un momento, denunció, en el que «ya no basta con enviar a los hijos al colegio y esperar que el centro resuelva todo».
En este sentido, denunció la escasa influencia pública y social que cosechan las principales instituciones educativas católicas. Aún teniendo mucha importancia en la educación privada y concertada, denunció que «no se observa ese reflejo en el mundo social».
«Habría que ver hasta qué punto estos colegios cumplen con los objetivos evangelizadores que se plantearon en su inicio», expresó.
Asimismo dedicó buena parte de su ponencia a fomentar en las familias una mayor vigilancia de sus hijos respecto del uso y amenazas de las redes sociales, desde las que los menores reciben «inputs contrarios a los valores predicados desde el colegio y la familia».
El presidente de la ACdP lamentó que «el catolicismo español está muy retraído«, lo que a su juicio «no tiene sentido y es incoherente» frente a «lo que se nos pide, una nueva evangelización».
Inauguración de las VI Jornadas Católicos y Vida Pública convocadas por la ACdP en Valladolid, el pasado fin de semana.
Evangelizar, tarea y «naturaleza» de la Iglesia
Precisamente a la evangelización dedicó sus palabras el nuncio de la Santa Sede en España, Bernardito Auza, que definió en la misma línea como «una cuestión de presencia y de testimonio de vida, no solo de palabras».
El nuncio expresó como cada uno de los papas de la Iglesia han defendido que la evangelización tiene una «validez permanente» y es apta para todas las épocas y periodos, tanto de enfrentamientos como de relativa paz. Evangelizar, dijo, «no es solo la tarea prioritaria de la Iglesia, sino su propia naturaleza«.
Concluyó llamando al protagonismo que deben adquirir los jóvenes en la evangelización, en un contexto en el que se ha experimentado una falta de transmisión de la fe hacia las futuras generaciones. Para Auza, sacerdotes, catequistas y otros grupos enmarcados en la Iglesia son los principales responsables de dar respuesta a este dilema y a una pregunta: «¿Quiénes pueden evangelizar mejor a los jóvenes que los propios jóvenes?«.-