Iglesia Venezolana

In memoriam: Sor Edelmira Mora y Sor Ana Félida Pabón, dominicas

Cardenal Baltazar Porras Cardozo:

El 25 de agosto falleció Sor Edelmira y el 19 de septiembre Sor Ana Félida, ambas en Mérida, ejemplares religiosas de la Congregación de Hermanas Dominicas de Santa Rosa de Lima. Tuve la dicha de conocerlas y admirar sus virtudes. La alegría de servir a Dios y al prójimo, siempre con una disponibilidad y sonrisa que les brotaba con naturalidad en todo lo que hacían. Formaron parte del elenco de hermanas que lo dieron todo y no se puede perder su memoria pues son el mejor testimonio de la vigencia de la vida consagrada en nuestra tierra.

Tomo algunos datos de las “lágrimas” publicadas por la Congregación, recibiendo de ellas el ejemplo de sus virtudes y de su servicio siempre generoso y alegre. Fueron dos vidas trasparentes con esa capacidad que da el amor de Dios para ver en todo prójimo la imagen de Jesús. A Sor Edelmira pude visitarla en la enfermería de San José de la Sierra pocos días antes de su fallecimiento. No parecía enferma pues hablaba como si no tuviera nada, entregada conscientemente en las manos del creador comentando con entusiasmo lo que estaba haciendo en su última obediencia. Por otra parte, sentí al conocer la muerte de Sor Ana Félida, a quien no tuve la oportunidad de encontrarla últimamente, pues fueron muchas las ocasiones de admirar y seguir sus huellas donde le tocó trabajar al servicio sobre todo de la juventud.

Sor Edelmira del Corazón de María Mora Vega nació en la población de Zea, estado Mérida, el 07 de mayo de 1936. Fueron sus padres Antonio Mora y Mercedes Vega, quienes la iniciaron en la fe cristiana al recibir el agua del bautismo, el 19 de mayo de 1936 doce días después de su nacimiento.

El día 02 de abril de 1956 con permiso de sus padres deja su hogar, para seguir el llamado de Dios a consagrarse en la Congregación de Hermanas Dominicas de Santa Rosa de Lima. Continuó su formación en el Noviciado el 07 de octubre de 1956 y el 07 de octubre de 1958 emitió sus Primeros Votos. Se entregó al Señor en fidelidad, haciendo sus Votos Perpetuos el 07 de octubre de 1963, siendo Superiora General la Reverenda Madre Fídes González Pérez.

Sor Edelmira brindó siempre el más cálido servicio de la santa predicación al desempeñarse como educadora, catequista, misionera y una entrega caritativa hacia los encarcelados por más de 20 años. Algunas de las comunidades donde vivió: Colegio Nuestra Señora de Fátima, Caracas; Instituto San José, Lagunillas del Zulia; Colegio Santa Teresita, El Vigía; Comunidad de Huambo, Perú; Hogar Madre Georgina, Canaguá; Casa Estrella del Mar, Adícora; Colegio Cardenal Quintero, Mucuchíes; Casita de la Virgen del Valle, Mérida y sus últimos días en la comunidad San José de la Sierra.

Sor Ana Félida Pabón Bello, O.P. nació en la población de la Grita, estado Táchira, el 09 de junio de 1943. Fueron sus padres Vicente Antonio Pabón y María Antonia Bello, quienes la iniciaron en la fe cristiana al recibir el agua del bautismo, el 13 de junio de 1943 cuatro días después de su nacimiento. Sor Ana Félida Pabón Bello, tuvo el privilegio de nacer en un hogar cristiano donde sus padres le enseñaron a conocer y amar a Dios desde muy niña. Su vocación siempre estuvo fortalecida a través del servicio misionero y abnegado por la salvación de las alamas.

El día 23 de septiembre de 1958 con permiso de sus padres deja su hogar, para seguir el llamado de Dios a consagrarse en la Congregación de Hermanas Dominicas de Santa Rosa de Lima. Continuó su formación en el Noviciado el 30 de abril de 1959 y el 30 de abril de 1961 emitió sus Primeros Votos, haciendo sus Votos Perpetuos el 30 de abril de 1966, siendo Superiora General la Reverenda Madre Emilia Baptista.

Poseía una gran devoción por nuestra fundadora la Sierva de Dios Madre Georgina Febres Cordero, en sus cartas resuena siempre su legado al decir: tenemos una fundadora santa, virtuosa, valiente y con un corazón lleno de amor a sus hermanas, a sus hijas, a las que tanto amó al lado de los más necesitados. Desde el año 1976 vivió su apostolado en las Vicarías, lo cual su labor pastoral llenaba de alegría y paz su espíritu, ya que en el medio no existía grandes facilidades y aunque consideraba su trabajo como poco, recordaba que es el único que llega a los corazones y a las almas, pero siempre faltan más apóstoles.

Siempre estuvo limitada por la enfermedad, pero con inmensos deseos de trabajar por la salvación de las almas. Supo unir a la Congregación a través del apostolado misionero y de catequesis, esforzándose por invitar a más hermanas al trabajo apostólico tomando en cuenta las necesidades propias de cada lugar y familia. Su celo por las almas la llevó a contemplar las riquezas de Dios a través de los sacramentos, cuenta cómo en una misión de semana santa logró 27 nuevos matrimonios y bautizados todos sus hijos. Poseía una organización admirable, una visión profunda de la pastoral, un servicio educativo y catequético, fidelidad en la vida de oración y comunidad como elementos fundamentales para el logro sincero y efectivo de la misión. Su labor queda en la memoria de muchas personas, pero también en las obras que logró realizar, creando casas parroquiales, templos, escuelas, entre otros.

Sor Ana Félida Pabón Bello, vivió su consagración en las siguientes comunidades: Colegio San José de la Sierra; Instituto Coromoto, San Cristóbal; Colegio Nuestra Señora del Rosario, Carora; Colegio Santa Rosa de Lima, la Grita; Colegio Nuestra Señora de Fátima, Caracas; Vicaría Santo Domingo, Tiznados, Edo. Guárico; Vicaría Inmaculada, Torococo, Trujillo; Casa Madre Margarita, Guardatinajas, Guárico; Cuidad de los Muchachos, Aregue, Lara; Casa Madre Margarita, Parapara, Guárico; Vicaría Santo Domingo de Guzmán, El Samán; Casa Hogar de la Milagrosa, Lagunillas de Mérida; y Casa Hogar Madre Georgina, Canaguá.

Que el ejemplo de estas dos mujeres nos hagan apreciar mejor la vida consagrada como una escuela misericordiosa y samaritana.-

30-10-23

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba