El Papa: “Volver a lo esencial de la vida, para deshacernos de todo lo que es superfluo”
Al inicio del tiempo de Adviento, y mientras continúa participando en la reunión del Consejo de Cardenales, el Santo Padre nos recuerda en un tuit que, cada año el Señor nos da la oportunidad de mirar nuestra vida a partir de la “luz verdadera que ilumina a todo hombre” y “a volver a lo esencial de la vida, para deshacernos de todo lo que es superfluo y puede convertirse en un impedimento en el camino de la santidad”
“Dios, que viene en nuestra condición humana, elige la pobreza. Del mismo modo, estamos llamados a volver a lo esencial de la vida, para deshacernos de todo lo que es superfluo y puede convertirse en un impedimento en el camino de la santidad”, este es el tuit del Papa Francisco para este 5 de diciembre, I Semana de Adviento, en el cual nos recuerda que el Señor nos da una vez más la gracia de prepararnos para celebrar el misterio de su Nacimiento.
La importancia de la gratitud interior
Mientras el Papa Francisco continúa participando en la reunión del Consejo de Cardenales (C9), esta mañana desde su cuenta @Pontifex ha publicado un tuit que toma inspiración en el discurso que dirigió a los miembros de la Curia Romana con ocasión de las Felicitaciones Navideñas, del 22 de diciembre de 2022. En aquella ocasión, el Pontífice indicaba a sus colaboradores de los diferentes Dicasterios vaticanos la importancia de tener como punto de partida la memoria del bien.
“En efecto, sólo cuando somos conscientes del bien que el Señor ha hecho por nosotros somos también capaces de dar un nombre al mal que hemos vivido o sufrido. Ser conscientes de nuestra pobreza sin serlo también del amor de Dios, nos aplastaría. En este sentido, la actitud interior a la que habríamos de dar más importancia es la gratitud”.
Convertirse es poner en práctica todo el bien posible
En este sentido, al acercarse al final de año 2022, el Papa Francisco invitaba a la Curia Romana a dar gracias a Dios por todos los beneficios que el Señor les había dado en ese tiempo, pero, sobre todo, por el don de la conversión personal y comunitaria.
“Convertirse es aprender a tomar cada vez más en serio el mensaje del Evangelio e intentar ponerlo en práctica en nuestra vida. No se trata sencillamente de tomar distancia del mal, sino de poner en práctica todo el bien posible: esto es convertirse. Ante el Evangelio seguimos siendo siempre como niños que necesitan aprender. Creer que hemos aprendido todo nos hace caer en la soberbia espiritual”.
Hay que confiar sólo en el Señor
Asimismo, el Santo Padre advertía a sus colaboradores que muchas veces olvidamos que la conversión no sólo nos hace caer en la cuenta del mal para hacernos elegir el bien, sino que al mismo tiempo impulsa al mal a volverse más insidioso y a enmascararse para que no podamos reconocerlo.
“Nuestro primer gran problema es confiar demasiado en nosotros mismos, en nuestras estrategias, en nuestros programas. Es el espíritu pelagiano del que he hablado otras veces. Entonces algunos fracasos son una gracia, porque nos recuerdan que no tenemos que confiar en nosotros mismos, sino sólo en el Señor”.
La misericordia y el perdón medicinas para la paz
Finalmente, el Papa Francisco concluía sus saludos navideños a los miembros de la Curia Romana señalando la urgencia de paz en el mundo ante tantas situaciones de guerra y conflicto, que un año después, seguimos viviendo la crueldad de este drama.
“Si es verdad que queremos que el clamor de la guerra cese dando lugar a la paz, entonces que cada uno comience desde sí mismo. San Pablo nos dice claramente que la benevolencia, la misericordia y el perdón son la medicina que tenemos para construir la paz”.
El Pontífice saludaba a sus colaboradores recordándoles que no hay nada más débil y frágil que un hombre crucificado, y sin embargo, en esa debilidad se manifestó la omnipotencia de Dios. Por ello, el Papa deseaba que la gratitud, la conversión y la paz sean los dones de esta Navidad.-
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