Armenia, un país cristiano en riesgo de desaparición ante la indiferencia de una Europa sin pulso
El experto Frédéric Pons da la alarma ante el expansionismo azerí
En septiembre, Azerbaiyán se apoderó de Nagorno-Karabaj , lo que obligó a cien mil personas a huir de una región milenariamente cristiana, cuyas huellas los azeríes, como han hecho en otras ocasiones, han empezado a devastar. Pero sus amenazas van más allá y, con el respaldo turco y la indiferencia europea, apuntan a la propia Armenia.
Frédéric Pons, periodista y profesor en el ICES (Instituto Católico de Estudios Superiores, una universidad católica en La Vendée) y autor de diversas obras sobre política internacional, entre ellas El martirio de los cristianos de Oriente (Calmann-Levy), acaba de publicar ¿Desaparecerá Armenia? (Artège).
Con ese motivo y por ese tema le entrevista Christophe Geffroy en La Nef:
-La historia de Armenia se remonta muy atrás…
-Sí, empezando por el Arca de Noé encallada en el monte Ararat… La primera civilización armenia apareció hacia el año 4000 a.C., pero sus intentos de organización política duraron poco, aplastados por sucesivos invasores.
-¿Cuáles son los principales periodos de la historia de la Armenia independiente?
-La primera Armenia independiente surgió alrededor del año 189 a.C. En su apogeo, entre los años 95 y 55 a.C., este reino se extendía desde el Mediterráneo hasta las orillas del mar Caspio.
-¿Qué ocurrió después?
-El último reino armenio, establecido en Cilicia en 1137, fue aniquilado por los mamelucos en 1375. Armenia dejó de existir durante más de cinco siglos. No fue hasta el final de la Primera Guerra Mundial y el colapso del Imperio ruso cuando renació un Estado armenio independiente. La primera República de Armenia se proclamó el 28 de mayo de 1918. Atrapada entre la Turquía kemalista y la Rusia bolchevique, demasiado débil, fue engullida por la Unión Soviética el 29 de noviembre de 1920. El fin de la URSS condujo al renacimiento de una República de Armenia independiente el 21 de septiembre de 1991.
-Armenia, escribe usted, sigue en la era postsoviética: ¿qué quiere decir con eso?
-En treinta años, la Armenia independiente ha sido incapaz de cortar el cordón umbilical con Rusia ni de construir un verdadero proyecto nacional. La sujeción al «gran hermano ruso» sigue siendo muy real. El país conserva los defectos de la época soviética: asistencialismo, corrupción, falta de iniciativa. Los intereses de la diáspora armenia en Rusia (2 millones de personas) también pesan mucho en las decisiones de la pequeña República de Armenia, que solo tiene 2,7 millones de habitantes.
‘¿Desaparecerá Armenia? Un conflicto olvidado a las puertas de Europa’, de Frédéric Pons, señala las amenazas sobre este país, víctima de un genocidio a manos de Turquía en 1915 y que está solo ante las renovadas ansias expansivas panturcas.
-¿De dónde viene esta guerra contra Azerbaiyán por Nagorno Karabaj?
-El enclave armenio de Nagorno Karabaj fue entregado a Azerbaiyán por Stalin en 1921. En 1994, durante la primera guerra del Karabaj, Armenia recuperó el control. En 2020, la segunda guerra se decantó a favor de Azerbaiyán, que recuperó dos tercios del territorio. El 19 de septiembre del año pasado, el régimen de Bakú conquistó el último tercio, convirtiéndolo en territorio azerí de pleno derecho y borrando todo rastro de cristianismo.
[Pincha aquí para ver un buen resumen gráfico de la historia armenia.]
-¿Qué puede hacer Armenia?
-No mucho. Armenia se durmió y empobreció tras su victoria en 1994. No vio que su poderoso vecino se estaba haciendo muy rico con el dinero de sus hidrocarburos, muy poderoso gracias a las modernas armas vendidas por Turquía e Israel, y muy peligroso con sus ambiciones geopolíticas.
Mapa de la región en diciembre de 2020. Armenia solo tenía acceso a Nagorno-Karabaj (república de Artsaj, disuelta el pasado mes de septiembre) a través del corredor de Lachin, en azul oscuro. Ahora Azerbaiyán controla todas las zonas en verde claro y beige, y aspira a enlazar su territorio con la región de Najicheván ocupando el sur de Armenia. Así enlazaría con Turquía y facilitaría la exportación de su gas a Europa, que lo necesita por su ruptura con Rusia. Esa dependencia condena a Armenia a la indiferencia de Bruselas ante su destino. Mapa: Wikipedia.
-¿Por qué habla usted de la posible desaparición de Armenia?
-Porque Azerbaiyán habla de ello, abiertamente. El presidente Ilham Aliyev había anunciado la reconquista militar de Nagorno-Karabaj. Lo ha hecho. Dice que irá más lejos, con un objetivo: establecer una continuidad territorial entre su territorio y Turquía, para exportar sus hidrocarburos a Europa. Para Bakú, esta ruta será más segura y rentable. Por ello, Aliyev quiere un paso por el sur del territorio armenio, en la región de Syunik: bien trazando un corredor terrestre, bien aislando toda esta región del resto de Armenia. Aliyev se prepara para ello negando la legitimidad de la presencia armenia en el Cáucaso, borrando la identidad armenia de Syunik y llamando a los armenios «insectos» y «cáncer». Esta negación y estos insultos son el comienzo de un nuevo genocidio.
-¿Por qué Armenia pertenece al ámbito occidental y sus valores?
-Armenia es el Estado cristiano más antiguo del mundo, convertido por San Gregorio el Iluminador en 301. Desde el principio, la Iglesia ha estructurado la sociedad en todos los ámbitos. El sustrato antropológico del país está fuertemente impregnado de cultura cristiana. Con su cultura y sus valores humanistas, su gusto por la libertad individual y su mirada hacia los demás, Armenia es un pedazo de la Europa cristiana incrustado en el Cáucaso.
-¿Por qué Occidente es tan indiferente al destino de Armenia?
-Occidente no es indiferente, pero sus dirigentes son pusilánimes e incoherentes. Sus declaraciones de apoyo rara vez van seguidas de hechos. Al imponer sanciones drásticas a Rusia, han debilitado sus suministros energéticos. Europa está atrapada. En 2022, se vio obligada a firmar un acuerdo con Azerbaiyán, uno de los principales exportadores de gas y petróleo. Este tratado la obligó a agachar la mirada ante Aliyev y darle vía libre en la región.
Imagen referencial: Cerca de cien mil cristianos armenios tuvieron que huir de Nagorno-Karabaj tras el ataque de Azerbaiyán del 19 de septiembre. Foto: captura Sky News.
Traducción de Verbum Caro.