Contribución de las mujeres en el mundo a una cultura de paz
Representantes de distintas religiones compartieron la tarde de ayer testimonios y experiencias en la conferencia "Mujeres que siembran semillas de paz y cultivan el encuentro", organizada en línea por la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas (UMOFC) en colaboración con el Dicasterio para el Diálogo Interreligioso
Sobre la urgencia de la paz y el encuentro debatieron las mujeres que ayer por la tarde participaron en la conferencia interreligiosa y ecuménica celebrada en línea y organizada, con ocasión del Día Internacional de la Mujer, por la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas (UMOFC) en colaboración con el Dicasterio para el Diálogo Interreligioso y bajo el patrocinio de varias embajadas ante la Santa Sede
Mujeres de diferentes países y de diferentes confesiones, convencidas de que para lograr la fraternidad necesitamos el respeto y el reconocimiento de la dignidad de cada persona y de los derechos humanos, la libertad religiosa y la eliminación de todas las formas de discriminación y esclavitud a quienes presentó Mónica Santamarina, presidenta general de la UMOFC, recordando el tema de la conferencia, «Mujeres que siembran semillas de paz y cultivan el encuentro».
«La fe que cada una de nosotras profesa, según su propia tradición, nos da la paz y la fuerza interior que necesitamos para proyectarla en nuestras familias y comunidades – dijo – y cultivar así una cultura del encuentro».
El ejemplo de María
La apertura del seminario web corrió a cargo del cardenal Miguel Ángel Ayuso Guixot, prefecto del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso, que no pudo asistir al acto y confió sus palabras a la hermana Grace Marie Horan, empleada del Dicasterio. En su reflexión, el cardenal destacó que «la fe alimenta nuestros corazones y cultiva la paz» y reiteró – como escribió Juan XXIII en su encíclica Pacem in terris – que «no hay paz entre los hombres si no hay paz en cada uno de ellos», señalando a continuación a María, como mujer de paz, cuya fuerte fe debe ser un ejemplo para las mujeres de hoy.
La albanesa Rudina Collaku, directora ejecutiva del Centro para el desarrollo y la cultura de las mujeres, se refirió al reclutamiento de tantos jóvenes en guerras y organizaciones terroristas. Son seiscientos millones los que viven en situaciones de conflicto y fragilidad y por ello, instó, es necesario promover cada vez más iniciativas que los apoyen y ayuden, con proyectos de inclusión social y programas educativos, especialmente en las zonas rurales y de mayor riesgo.
Los beneficios de la meditación
Elena Seishin Viviani, vicepresidenta de la Unión Budista Italiana, explicó cuál puede ser la aportación de la meditación a las sociedades actuales, precisando que en la tradición budista la meditación se basa en la conciencia y que la meditación es conciencia pura en continuidad con la vida, ya que entonces genera acción.
A través de la atención plena podemos cuidar de nosotros mismos y de los demás, aclaró, describiendo también un proyecto de la Unión Budista Italiana para difundir la práctica de la atención plena en las cárceles, en el que participan veintisiete centros penitenciarios. Svamini Hamsananda Ghiri, vicepresidenta de la Unión Hinduista Italiana, se detuvo en la participación de la mujer en la vida política y social del mundo contemporáneo.
«Todavía tenemos que luchar por el reconocimiento de la libertad de ser mujeres en la diversidad y de ser mujeres no disfrazadas de hombres», dijo, añadiendo que las mujeres, sin embargo, no deben olvidar el aspecto educativo y la familia, donde se experimenta el amor, el diálogo y la transmisión de valores antiguos.
La importancia del diálogo interreligioso
Desde Estados Unidos, el rabino Allyson Zacharoff, de la Congregación Beth Hatikvah de Summit, informó sobre la experiencia de diálogo interreligioso entre estudiantes universitarios, dando cuenta de las diversas iniciativas diseñadas para jóvenes cristianos, musulmanes y judíos, con visitas a lugares de culto y debates.
Sin embargo, el antisemitismo ha vuelto, señaló, y esto se debe a que la gente suele basarse en estereotipos que dan lugar a prejuicios. Precisamente el diálogo interreligioso es una herramienta importante para conocerse, superar las ideas preconcebidas y experimentar la riqueza de la diversidad.
Kuzipa Nalwamba, del Consejo Mundial de Iglesias, ofreció una visión general del compromiso de las mujeres en distintos continentes, como en Liberia, donde cristianos y musulmanes han participado en procesos de paz, o en Myanmar y la República Democrática del Congo, donde hay mujeres que contribuyen en vías de crecimiento y sanación.
La cultura de la paz, una pasión que hay que compartir
Valeria Martano, de la Comunidad de San Egidio, por último, recordó que gracias a los encuentros interreligiosos deseados por Juan Pablo II, un verdadero taller de personas comenzó a comprometerse por la paz. Analizando el escenario internacional actual, señaló que hoy hay cincuenta y nueve conflictos activos en el mundo, entre ellos el de Ucrania y Gaza, frente a los cuales el Papa Francisco nos invita a ser artesanos de la paz.
Es necesario, pues, cultivar una cultura de la paz, concluyó la representante de la Comunidad de San Egidio, para que las personas se reconozcan como hermanos y hermanas, y por ello las mujeres, en particular, deben cultivar la cultura de la paz como una pasión compartida y un compromiso por la educación.-
Tiziana Campisi – Ciudad del Vaticano/Vatican News