El Mundo
A propósito de la NO procesión de San José
P. Alberto Reyes Pías, desde Cuba:
Muchas veces me han preguntado en público si en Cuba hay libertad religiosa. Yo sostengo que no la hay. En Cuba hay libertad de culto, pero no hay libertad religiosa.
En Cuba los templos están abiertos, se puede celebrar la eucaristía en ellos, podemos tener Biblias, podemos portar signos religiosos, podemos dar catequesis y catecumenado a los adultos…
Pero no es permitido construir templos nuevos y se obstaculiza la reconstrucción de aquellos destruidos o en mal estado, no es permitido el acceso a los medios de comunicación social, ni al sistema educativo, ni al sistema de salud, no se reconocen nuevas denominaciones religiosas… y no podemos hacer nada fuera de los templos sin un permiso expreso de la Oficina de asuntos religiosos, la Oficina que monitorea e intenta controlar la vida de la Iglesia.
Hoy es el día de San José, patrono de Esmeralda. Hoy es el día en que, según una muy antigua tradición de este pueblo, se saca la imagen de San José en procesión, procesión que necesita un permiso, que ha sido concedido por la Oficina de asuntos religiosos, pero con el recorrido que ellos han determinado y no con el recorrido que nosotros, la Iglesia, hemos pedido.
Hemos decidido que no habrá procesión, porque sería un modo de decir “no pasa nada”, y no es verdad. La libertad religiosa es un derecho, no es un favor, no es algo que “nos conceden benignamente” y que tendríamos que agradecer.
Los creyentes somos parte de la sociedad, y tenemos derecho a expresar nuestra fe públicamente y a decidir dónde y cuándo expresarla. La Oficina de asuntos religiosos, para empezar, no debería existir, porque nadie tiene derecho a monitorear la vida religiosa de nadie. Decidir por la Iglesia cuál es el recorrido que una procesión debe recorrer es secuestrar la libertad religiosa de este pueblo.
Esta tarde, en Esmeralda, tendremos la misa en honor de San José, con el regalo añadido de la presencia de nuestro arzobispo, Monseñor Wilfredo Pino Estévez.
Celebraremos a San José, y le pediremos por nuestra Iglesia y por todo el pueblo. Y pediremos también por las autoridades, para que logren entender lo que significa el respeto a la libertad del otro, y para que llegue pronto el día en que este pueblo pueda ser y sentirse libre para expresar su alma y todo lo que desde su alma anhela: sus sueños, sus ideales, sus criterios, su fe.-