Un nuevo análisis de la Sábana Santa apunta a un origen levantino
Las pruebas llevadas a cabo por el arqueólogo estadounidense William Meacham contradicen estudios anteriores que descalificaban su autenticidad, dando pie una vez más a la teoría de que la Sábana Santa podría ser el artículo genuino
Diversos hilos de la Sábana Santa de Turín han sido sometidos a nuevas pruebas que sugieren que sus orígenes se sitúan en el Levante, una región de Oriente Próximo que abarca Israel, Líbano, partes occidentales de Jordania y Siria. Las pruebas, llevadas a cabo por el arqueólogo estadounidense William Meacham, contradicen estudios anteriores que descalificaban su autenticidad, dando pie una vez más a la teoría de que la Sábana Santa podría ser el artículo genuino.
Análisis anteriores
La Sábana Santa de Turín es un trozo de tela con la imagen frontal y posterior de un hombre crucificado, que algunos consideran el sudario funerario de Jesucristo. Las referencias históricas a la Sábana Santa se remontan al siglo XIV y se conserva en Turín desde el siglo XVI. Siempre ha sido un punto de controversia en la Iglesia, ya que algunos lo creen auténtico y otros lo consideran falso o una falsificación.
En 1988, un trozo del paño fue sometido a una prueba de datación por carbono 14 (C14) con el fin de poner fin a estas controversias y precisar el año en que fue confeccionado. La pequeña muestra, del tamaño de un sello, fue dividida y enviada a tres importantes laboratorios para su análisis, pero los tres resultados dataron la tela entre 1260 y 1390.
Para algunos, este fue el final de la discusión, pero otros se mostraron escépticos sobre la datación, cuestionando todavía por qué se había encontrado polen de origen de Oriente Medio, cómo se imprimió la imagen del hombre en el sudario y cómo las heridas de la imagen coincidían tan bien con lo que sabemos de los métodos romanos de tortura y ejecución.
Estudio reciente
William Meacham pertenece a este último bando, y explica en su informe que considerar que el sudario es auténtico «sigue siendo la mejor explicación para la Sábana Santa», aunque admite que hay que resolver la cuestión de la datación por C14. Aunque los isótopos pueden precisar la edad de la tela, no pueden dirigir a los investigadores hacia sus orígenes, y ahí es donde Meacham comenzó su estudio.
En 2022, Meacham leyó el informe de 1988 y se dio cuenta de que los avances tecnológicos habían hecho posible que solo necesitara unas pocas fibras para realizar pruebas en el tejido. Su plan consistía en analizar el lino utilizado para confeccionar el sudario y compararlo con muestras de lino tomadas en Europa y Levante.
Como miembro de la junta directiva de la STERA (The Shroud of Turin Education and Research Association), Meacham pudo conseguir cinco hilos para probarlos. A continuación reunió muestras de lino y lino de zonas de Europa y Oriente Próximo, así como muestras históricas de diversos periodos de Egipto, el Israel romano y la Europa del siglo XX, proporcionadas por museos y coleccionistas privados. Sus pruebas se realizaron en el Laboratorio de Isótopos Estables de la Universidad de Hong Kong.
Los resultados de las pruebas mostraron las agrupaciones regionales esperadas para las muestras recogidas de Egipto, Europa e Israel, pero las dos muestras de la Sábana Santa (que arrojaron resultados prácticamente idénticos) pertenecían a la agrupación de Israel. Aunque el informe señalaba que deben realizarse más pruebas en hilos individuales para confirmar los resultados -para lo cual ya ha presentado una propuesta al arzobispo de Turín, Roberto Repole-, el estudio de Meacham concluía que «el lino de la Sábana Santa probablemente tenía un origen en Oriente Próximo».
Otros factores
Meacham sugiere que sus hallazgos refuerzan otras características que también apuntan hacia la región de Levante. Por un lado, el polen extraído de la Sábana Santa es una colección de ciertas especies que sugiere una presencia del Mediterráneo oriental. Además, las heridas alrededor de la cabeza de la figura sugieren una corona de espinas más en forma de casco. Meacham escribe: «La corona de espinas en forma de casco, más que de circunferencia romana, es un rasgo característico de Asia Menor y el Levante».
«Otra es la aparición de monedas en los ojos en la imagen de la Sábana Santa, que coincidía con un caso documentado de un enterramiento del siglo II d.C. en Judea. Se trataba de una impresionante confirmación de una hipótesis generada por análisis tridimensional por ordenador en 1977, en un momento en que no se conocía ningún caso (fuera de Israel) de tal práctica en la antigüedad. Desde entonces se han desenterrado otros ejemplos de monedas (a menudo un par) dentro de un cráneo o en un contexto funerario judío, ¡incluso en la tumba familiar del propio Caifás!»
Meacham concluyó el artículo pidiendo que se realicen más pruebas sobre la Sábana Santa a la luz del «enorme peso de las pruebas en contra de que la Sábana Santa sea una mera reliquia falsificada por un artesano medieval en Europa.» Aunque la investigación no condujo a ninguna conclusión definitiva, nos ha llevado más lejos en el camino de la comprensión del curioso caso de la Sábana Santa de Turín, y la continuación de las investigaciones depende de la decisión del arzobispo Repole.-
J.P. Mauro – publicado el 10/04/24-Aleteia.org