El Mundo

Caccia: «El ser humano es un potencial a desarrollar, no un obstáculo»

El observador vaticano denuncia la presión a favor del aborto disfrazada de lenguaje 'políticamente correcto'

El arzobispo observador vaticano ante la ONU en Nueva York, habló en el 30º aniversario de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo celebrada en El Cairo

 

Se ha producido una «erosión del respeto por el carácter sagrado de la vida humana y por la dignidad inalienable de la persona»

 

Treinta años después de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo de El Cairo, es «fundamental» rechazar la idea de que el control de la población es la clave del desarrollo sostenible, mientras que sigue siendo «esencial» garantizar a todos los hombres, mujeres y niños la oportunidad de «realizar plenamente su potencial». Así lo subrayó el Arzobispo Gabriele Caccia, Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, en una declaración realizada el 29 de abril en Nueva York con motivo del 30º aniversario del evento organizado por la ONU en septiembre de 1994.

La conferencia reconoció la importancia de «garantizar el bienestar de los individuos y las familias», presentando a «las personas no como un obstáculo para el desarrollo», sino como «el centro de las preocupaciones por el desarrollo sostenible».

«Los debates han ‘retrocedido’, intentando enmarcar la población como un problema que hay que ‘resolver'»

A pesar de los progresos realizados, Monseñor Caccia señaló que persisten muchos retos, en particular en la búsqueda de la erradicación de la pobreza. La aplicación del Programa de Acción de la Conferencia de El Cairo también se ha estrechado y los debates han «retrocedido», intentando enmarcar la población «como un problema que hay que ‘resolver'». Esto es evidente, señaló, «en la presión a favor del aborto bajo el disfraz de un lenguaje políticamente correcto»: se trata, señaló, no sólo de un «malentendido perjudicial del Programa de Acción», sino también del «desarrollo en un sentido más amplio», que conduce a «la erosión del respeto por el carácter sagrado de la vida humana y la dignidad inalienable de la persona».-

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