Testimonios

Fray Ángel, al servicio de sus hermanos franciscanos y de los amantes de la cocina

Fray Ángel Ramón Serrano, ofm, se ha convertido en un fenómeno viral. Su canal de Youtube, «Franciscanos Santo Espíritu del Monte Hospedería», tiene más de trescientos treinta mil seguidores, que no solo reciben en cada video una clase magistral de cocina sino reflexiones y consejos propios de un buen hijo del Poverello

Fray Ángel comparte en una entrevista a «Gastrónomos del corazón» aspectos claves de su vida y vocación dentro de la orden franciscana, así como su relación con la cocina como forma de servicio y expresión de fe. De vocación temprana al sacerdocio, su camino hacia la vida religiosa no fue marcado por un evento específico, sino por un sentido gradual de necesitad de pertenencia a una comunidad, que descubrió siendo seminarista diocesano y luego en su experiencia en el Real Monasterio de Guadalupe. Este viaje fue crucial para descubrir su llamado a vivir en comunidad, contrastando con la vida más solitaria de un párroco diocesano. Hoy pertenece a la comunidad franciscana del Monasterio del Santo Espíritu del Monte en Gilet (Valencia, España).

La cocina, para Fray Ángel, es una extensión de su vocación y ministerio, y comenzó  al tener que preparar la comida en campamentos juveniles, actividad que ya le acompañó en su vida como franciscano. Describe su rutina diaria en el convento, que comienza con la preparación de alimentos desde muy temprano. El fraile se encarga también de la música para la oración comunitaria.

Fray Ángel enfatiza la cocina como un espacio de encuentro y gratitud, considerándola el corazón de la casa. Para él todo es gracia. Dios es la locomotora que mueve todo el tren en el que viajamos por la vida.

En su perspectiva, cocinar es un acto de amor que va más allá de la mera alimentación; es un medio para fortalecer la comunidad y expresar caridad cristiana. Este enfoque se ve reflejado en su canal de YouTube, donde extiende su ministerio y aprovecha para compartir el evangelio a través de la cocina, mostrando cómo los actos cotidianos pueden ser un testimonio del amor de Dios. De hecho, llega al corazón de gente que no cree en Dios:

«Hay muchos que me escriben diciendo «soy ateo, no creo en nada ni pienso que alguna vez crea… pero usted me llega usted me llega el corazón, usted me toca dentro».

Además, su enfoque en la cocina como un lugar de intercambio y cariño resalta los valores cristianos de servicio y humildad, donde cada comida preparada es vista como una bendición y una oportunidad para dar gracias. Fray Ángel subraya la importancia de ver todo, desde los ingredientes hasta los comensales, como regalos de Dios, y se inspira en el evangelio para fomentar una comunidad basada en el respeto, la gratitud y el amor.-

(InfoCatólica)

 

 

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