Cuando el río suena, peñones trae
Lo lógico, razonable e inteligente, ante una inminente derrota electoral por parte del régimen, es que los venezolanos lleguen a un previo acuerdo a las elecciones
Egildo Luján Nava:
A menos de 10 semanas del 28 de julio del año en curso, fecha programada para la realización de las próximas elecciones presidenciales en Venezuela, el pensamiento colectivo indica que, en términos generales, cuando todos los candidatos se inscriben, lo hacen es haciendo saber que gozan de alguna opción de triunfo. Sin embargo, nunca falta la presencia del y de los payasos que, sin gozar de oportunidad alguna de victoria, como lo señalan las encuestas serias, dejan colar su nombre con la pretensión de alcanzar alguna notoriedad o figuración publica.
En el caso venezolano, por ejemplo, para estas próximas elecciones sólo habrá competencia entre dos candidatos que acapararán la gran mayoría de los votos. Los demás que promuevan sus nombres, no pasarán de ser unos diez que insistirán en ofrecer nombre y sonrisa. Mejor dicho, de ser únicamente promotores de relleno, sin ninguna posibilidad de victoria.
La contienda será entre el actual Presidente del Gobierno, Nicolás Maduro Moros, y por la Mesa de la Unidad de la Oposición, el Doctor Edmundo González Urrutia. Adicionalmente, en el boletón electoral figurará una decena de candidatos, cuya denominación en el argot venezolano es el de «ALACRANES». De acuerdo a las encuestas serias, los votos de esos 10 promovidos juntos no sumarán ni un 6% del total de los votantes. Aunque, al presentarse como tales, el propósito de tales «candidatos» es tan sólo la pretensión de notoriedad, y el de restarle votos al arrollador candidato opositor Doctor Edmundo González Urrutia, apoyado por la gigantesca figura popular de la Ingeniera María Corina Machado. Es decir, de quien, según las mismas encuestas CONFIABLES, es hoy también referencia victoriosa del Doctor Edmundo González Urrutia, el mismo que hoy aventaja al candidato del régimen de 3 a 1, con la tendencia a crecer aún más, al comparársele electoralmente con el candidato del régimen.
Esta próxima elección presidencial pautada para el 28 de julio del presente año, es muy peculiar o atípica. Previo, a la misma, se realizó una elección PRIMARIA el 22/10/2023 para escoger al candidato único de la «LEGÍTIMA OPOSICION» (Mesa de la Unidad). Y fue cuando sucedió lo sabido y conocido por todos, dentro y fuera del país, y es que terminó ganando por mayoría absoluta con el (93%), la Ingeniera María Corina Machado. Es decir, la triunfadora que, inmediata e ilegalmente, fue inhabilitada desde el seno del régimen. No obstante, aun cumpliendo con todos los alegatos constitucionales, hubo que sustituirla en el último momento, en este caso por el Doctor Edmundo González Urrutia, para no perder la posibilidad de inscribir un candidato sustituto.
Ahora bien, la candidata e inhabilitada en su arrolladora campaña y gran favorita (más del 80%), continúa haciendo campaña, pero «ENDOSANDO» generosamente sus votos y popularidad en favor de su sustituto, quien ya aparece en las encuestas con un claro 60% de votos a su favor, y con tendencia ascendente, perfilándose como seguro ganador, al estar triplicando en votos a cualquier contendor del régimen.
Venezuela está en una situación muy compleja al haber estado bajo un mismo régimen durante un cuarto de siglo. Y, sin entrar en consideraciones distintas a la verdad que es conocida por todos, dentro y fuera del país, lo cierto es que el régimen ha perdido más de un 80% de popularidad, aceptación o respaldo. Es decir, «la calle». Y, en las próximas elecciones, se ve como un claro perdedor. No en vano se impone un hecho cierto que lo enjuicia todo: han sido 25 años de mucha crudeza, ruina, deterioro, sufrimiento, y hay mucho dolor, además de resentimiento ciudadano.
Es por eso por lo que lo lógico, razonable e inteligente, ante una inminente derrota electoral por parte del régimen, es que los venezolanos lleguen a un previo acuerdo a las elecciones. Es decir, a un entendimiento razonable para alcanzar y construir una transición responsable y racional, y que den seguridad ciudadana, donde prevalezca la paz y la mayor colaboración.
No se trata de apelar a un acto ingenuo para recurrir a lo históricamente responsable. Pero la verdad señala con seriedad lo que está planteado para la Venezuela de hoy y la del futuro. Y se trata de que a un nuevo gobierno le corresponderá acometer la gran tarea organizativa de la eliminación de varios ministerios, como de despachos de todo tipo, y de empresas improductivas, para luego evaluar obras inconclusas, independizar las Instituciones públicas, además de alcanzar el máximo y necesario objetivo de la activación productiva de la economía.
En fin, será una gran tarea que sólo se puede lograr en colaboración conjunta entre los salientes y los entrantes. De lo contrario, la tarea será mucho más compleja, de abundancia de conflictos, complicaciones y de brotes de violencia. Según declaraciones públicas del Comando y Candidato Doctor Edmundo González Urrutia, ya le han ofrecido invitaciones al diálogo y del entendimiento al Gobierno, sin rencores. Y, sin duda alguna, es la más sana, inteligente y positivamente atrevida forma de concebir paz e inteligencia a todo aquello que demanda paz, asumiendo que la finalidad de los cambios está asociada al propósito de alcanzar soluciones responsables, como lo exige la historia.
Desde «FORMATO DEL FUTURO», y comprendiendo como hecho serio la interpretación de la historia que reafirma su validez nuevamente, es válida la importancia de lo que, en otro instante glorioso, concluyó con un lema venezolano que hoy demanda vigencia: «CALMA Y CORDURA» . A la vez que exhorta al liderazgo político criollo a no equivocarse. Porque el momento lo que demanda es que «actuemos inteligentemente», ya que las condiciones políticas son las de que «salvemos a Venezuela». Y que el inicio sea a partir de aquel que nos PERMITA la liberación de los presos políticos, como es el regreso al país de los venezolanos que deseen hacerlo, y que «reiniciemos amistosamente todas las relaciones internacionales que se necesiten». –