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El número de muertes por aborto en el mundo supera el 50% del total de fallecidos

Según los datos estadísticas compilados por Worldometers, en el año 2022 hubo más de 73 millones de abortos provocados en todo el mundo, convirtiéndose así en la primera causa de muerte (el 52% del total de 140 millones de fallecidos) y superando a la suma del resto de causas

Más seres humanos murieron en abortos que por cualquier otra causa de muerte en 2022. Worlodmeters es una organización independiente que recopila datos de gobiernos y otras organizaciones y luego informa los datos, junto con estimaciones y proyecciones, basadas en esos números.

En Estados Unidos se estima que se producen entre 1.500 y 2.500 abortos por día. Casi el 20% de todos los embarazos en los EE.UU. (excluyendo los abortos espontáneos) terminan en aborto. El Instituto Guttmacher informa de 930.160 abortos provocados en 2020 en Estados Unidos, con una tasa de 14.4 por cada 1.000 mujeres», informa Worldometers.

Al contrastar las cifras de aborto con otras causas de muerte, incluyendo cáncer, VIH/SIDA, accidentes de tráfico y suicidio, los abortos superaron con creces cualquier otra causa. En contraste, se estima que el año 2022 en todo el mundo 10 millones de personas murieron de cáncer, 6.2 millones por enfermedades causadas por el tabaco, 2 millones murieron de VIH/SIDA y 17 millones por otras enfermedades. También se registraron miles de muertes por malaria y alcohol.

El total de fallecidos fue de 140 millones de personas, 73 millones por abortos provocados y 67 millones por otra causa, lo que significa que los abortos representaron casi el 52% las muertes en todo el mundo en el año 2022.

Los bebés no nacidos no son reconocidos legalmente como seres humanos a pesar de que la biología indica que son seres humanos únicos y vivos desde el momento de la concepción y mueren en abortos de manera brutal y violenta en el vientre de sus madres.

El número de abortos es incomprensible, pero cada uno de esos 73 millones de abortos en todo el mundo en 2022 representa a un ser humano vivo cuya vida fue destruida violentamente en el vientre de su madre. Cada bebé no nacido ya tenía su propio ADN único, lo que le hacía distinto de su madre. Ese ADN indicaba si el niño era niño o niña, su color de ojos y cabello, su altura, posibles trastornos genéticos y otras discapacidades, y mucho más. En la mayoría de los casos, los corazones de los bebés no nacidos están latiendo cuando son abortados.-

(Lifenews/InfoCatólica)

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