Testimonios

In memoriam: Don Giorgio Bissioni

 

Cardenal Baltazar Porras Cardozo:

 

Si de algo debemos sentirnos orgullosos y agradecidos los venezolanos es el regalo de los muchos misioneros extranjeros que hicieron y hacen de nuestra patria la suya, con una entrega y un servicio a los pobres como prioridad de su vocación sacerdotal. Después de la segunda guerra mundial, a petición del papa Pío XII, no sólo sacerdotes pertenecientes a las órdenes y congregaciones religiosas que desde la colonia vinieron a nuestra tierra, sino al llamado al clero diocesano, los llamados fidei donum, en número considerable tomaron la decisión de venir a echarnos una mano. Españoles, portugueses, franceses, belgas, alemanes e italianos, se han hecho presentes en ciudades, pueblos y barrios a ejercer junto a las iglesias locales el ministerio de la evangelización integral.

 

Hoy quiero recordar a un singular sacerdote italiano, hijo de la vieja Romagna, de Cesena, en el noreste de la península itálica, que se sembró en tierras venezolanas. Don Giorgio Bissioni, o simplemente Don Giorgio o Padre Jorge, trabajó en el litoral guaireño y la mayor parte de su vida en el oriente venezolano en la localidad sucrense de Güiria, donde es venerado como un apóstol entregado a la comunidad de aquellos parajes olvidados de la mayoría de nosotros.

 

Tuve la dicha de visitarlo en Cesena, su tierra natal, en su última visita a Italia, pues me encontraba en el meeting de Rimini, en agosto 2023, presentando la figura del Beato José Gregorio Hernández. Iba a encontrarse con sus familiares y amigos, pero en unas vacaciones muy particulares: hablar con su gente para solicitarles ayuda para las obras sociales que mantenía en su parroquia.

 

En compañía del Padre Aldo Fonti fuimos a verlo. Por su edad y estado de salud, algunos feligreses nos pidieron que lo convenciéramos de que ya estaba bien. Que se quedara en su tierra y diera por concluido su periplo misionero. Petición inútil pues su mente y su corazón estaban en Carúpano. Había recogido medicamentos y ropa en cantidades “astronómicas” para quien viajaba en avión en clase turista. Se trajo más de media docena de maletas bien pesadas de las que logró “milagrosamente” pagar poco. Al llegar a Maiquetía lo retuvieron, prácticamente detenido, obligándolo a pagar por la mercancía. Después de varias horas de forcejeos y malos ratos, logró salir ileso con su cargamento de ayudas para su querida gente.

 

Don Giorgio había nacido en Longiano, Romagna el 12 de mayo de 1940. Al mes de su vuelta, el 17 de septiembre de 2023 falleció en Carúpano. La prensa local recogió el pesar, agradecimiento y admiración por la labor que este hombre realizó en sus queridos feligreses. Las exequias fueron presididas por el obispo de Carúpano en compañía de un buen número de sacerdotes y una multitud de personas de todos los sectores que admiraron su obra.

 

Como escribió la Hermana Antonina Tositori quien trabajó con él varios años en La Guaira, lo describe como “la excelencia de un hombre sacerdote misionero, de extraordinaria personalidad, marcada con una profunda y voluntaria encarnación en la realidad popular y en la solidaridad sin reservas. Se hizo pobre con los pobres. Fue un soñador, apasionado por la paz, la justicia y maestro del perdón. Salía a la búsqueda de las ovejas perdidas y refugio para los descartados y marginados. Hablaba siempre bien de todos y cuando no podía, callaba. Semejaba al “poverello”, a san Francisco de Asís, en el vestir, comer y dormir.

 

Don Giorgio fue uno de esos misioneros que en el silencio de su entrega, habla a gritos a quienes lo conocimos y a quienes tienen la responsabilidad de ocuparse de los más pobres. Evangelizó con su vida, su testimonio de una sola pieza, muchas veces incomprendido, pero fue un hombre abierto que no quiso contar su vida para dar a conocer o divulgar los momentos más bellos y ejemplares de su vida misionera. No quiso hacerlo, porque decía, no era hombre de libros. Desde el cielo escribe su plegaria a diario, tozudamente, a la Trinidad por la gente que más quiso y por la que dio su vida: los pobres. Descanse en paz.-

 

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