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Saiz Meneses: «La Eucaristía es la mayor expresión de la unidad, de la comunión en la Iglesia”

«En tiempos de relativismo, de posverdad, de fakes, no podemos negociar con la mentira, no podemos pactar de ningún modo con la falsedad, ni siquiera podemos instalarnos en la ambigüedad o las medias verdades», dijo el arzobispo de Sevilla

 

El arzobispo de Toledo ha celebrado la misa mozárabe acompañado del cardenal Erdo, y ha señalado que la Eucaristía “es Jesús peregrino por las calles del mundo“; insistiendo que “Jesús va a la calle, a la gente, va al mundo”

 

“Ante el síndrome de soledad que sufre nuestro mundo, la Eucaristía es el remedio y antídoto contra todas las soledades”

 

La tradición se siente en cada detalle que conforma la jornada del Corpus en aquellas localidades, como Sevilla, Toledo o Granada, donde se continúa celebrando en jueves, y no en domingo. En Sevilla, la jornada comenzaba con el rezo de Laudes por parte del Cabildo Catedral en la Capilla Real. Una oración presidida por el arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz, junto a los obispos auxiliares, monseñor Teodoro León y monseñor Ramón Valdivia. Tras esta, se ha trasladado la comitiva al Altar del Jubileo donde ha iniciado la Eucaristía a la vez que iba saliendo el cortejo de la procesión.

Durante la Misa, que ha contado con una amplia participación de autoridades eclesiales, militares y civiles, así como del pueblo fiel, el arzobispo ha asegurado que “la solemnidad del Corpus Christi nos ayuda a dar a Nuestro Señor Jesucristo el lugar central que le corresponde en nuestra vida y                            en nuestra historia”

Además, ha reflexionado sobre la Eucaristía: “Celebrar la Eucaristía no es realizar una representación, una especie de teatro, sino que es actualizar, hacer presente el sacrificio Redentor de Jesucristo, que nos une a él, y por él, al Padre y al Espíritu Santo, y nos une a los hermanos en esas dos dimensiones inseparables, vertical y horizontal, como los dos maderos de la Cruz.  La Eucaristía es la mayor expresión de la unidad, de la comunión en la Iglesia”.

En esta línea, ha insistido en que “no es un elemento más de la vida: es el centro, es la fuente y el culmen de la vida de la Iglesia, y transforma toda nuestra vida en ofrenda agradable a Dios, y abarca todos los aspectos de la existencia”. Por este motivo, el culto a Dios, ha dicho “nunca es un acto meramente privado, sin consecuencias en nuestras relaciones sociales; al contrario, exige el testimonio público de la propia fe. Obviamente, esto vale para todos los bautizados, pero tiene una importancia particular para quienes, por la posición que ocupan en la sociedad, han de tomar decisiones sobre valores fundamentales, como el respeto y la defensa de la vida humana, sobre la paz, sobre la familia, sobre la educación, sobre la promoción del bien común en todas sus formas”.

Al respecto, ha advertido cómo en “tiempos de relativismo, de posverdad, de fakes, no podemos negociar con la mentira, no podemos pactar de ningún modo con la falsedad, ni siquiera podemos instalarnos en la ambigüedad o las medias verdades”. Así, dirigiéndose especialmente a padres, pastores, educadores y responsables de la vida pública se ha cuestionado lo siguiente: “Si no luchamos por vivir en la verdad, en la coherencia de vida, ¿qué mensaje estamos enviando a nuestros jóvenes, qué educación estamos ofreciendo a los más pequeños, qué modelo presentamos a la ciudadanía?”.

Día de la Caridad

En la fiesta del Corpus Christi se celebra también el Día de la Caridad, la jornada principal de Cáritas, el día en que esta institución eclesial da cuenta de sus proyectos, del uso de sus recursos y de sus propósitos más inmediatos.

En este sentido, el arzobispo, monseñor Saiz ha señalado que “de la Eucaristía brota el servicio de la caridad para con el prójimo. El principal fruto de la celebración de la Eucaristía debe ser el crecimiento de la comunión con Dios y con los hermanos, sin distinciones de ningún tipo. Por consiguiente, nuestras comunidades, cuando celebran la Eucaristía, han de ser cada vez más conscientes de que han de trabajar por un mundo más justo y fraterno”. Por ello, ha concluido su homilía exhortando a “trabajar en la liberación y promoción de los pobres, de manera que se curen sus heridas, queden capacitados para vivir por sus medios, puedan integrarse plenamente en la sociedad, y sean acogidos en la comunidad cristiana”.

Por su parte, la Catedral Primadade Toledo ha acogido la celebración eucarística, en rito hispano-mozárabe, con motivo de la solemnidad del Corpus Christi. La ceremonia ha sido presidida por el Arzobispo de Toledo y Primado de España, Mons. Francisco Cerro Chaves, quien ha estado acompañado por varios obispos, durante la concelebración eucarística: el arzobispo emérito de Toledo, Mons. Braulio Rodríguez Plaza; el obispo auxiliar de Toledo y secretario general de la Conferencia Episcopal Española, Mons. Francisco César García Magán; el arzobispo de Panamá, Mons. José Domingo Ulloa; el arzobispo de Ayacucho, Mons. Salvador Piñero; el obispo de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández; el obispo emérito de Segovia, Mons. Ángel Rubio Castro; y el obispo auxiliar de Zárate-Campana, Mons. Justo Rodríguez Gallego.

De igual manera, han estado presente en la celebración en rito hispano-mozárabe el cardenal-arzobispo de Budapest, Mons. Peter Erdo, quien ha pronunciado una alocución al finalizar la procesión eucarística; y el arzobispo arcipreste-coadjutor de la Basílica de Santa María La Mayor, de Roma, Mons. Rolandas Makrickas.

Entre las autoridades civiles, militares y académicas, se encontraban el presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, D. Emiliano García-Page, junto a otras personalidades autonómicas, provinciales y municipales.

Don Francisco Cerro ha comenzado su homilía subrayando que la fiesta del Corpus Christi es “arranca del Evangelio”; concretamente el prelado ha subrayado las siguientes palabras tomadas del Evangelio: “Queremos ver a Jesús”.

Recordando a san Juan Pablo II, ha recordado que en esta celebración “vamos a ver el asombro eucarístico y que lo vivimos cada vez que celebramos la Eucaristía, cuando comulgamos y adoramos”.

“La Eucaristía es asombro, que vemos en las procesiones, auténticas catequesis en las calles” ha exhortado Mons. Cerro.

En segundo lugar, don Francisco ha indicado que la Eucaristía “es Jesús peregrino por las calles del mundo“; insistiendo que “Jesús va a la calle, a la gente, va al mundo”. En este sentido, ha subrayado que en la Eucaristía “Dios viene a nosotros” como peregrino, recordando, igualmente, que “nosotros somos peregrinos de la fe, al encuentro del enfermo y del que sufre”.-

En la última parte de la homilía, el Primado ha repetido: “Solo quien adora a Dios es libre; solo adorando a Dios, somos libres”.

“Ante el síndrome de soledad que sufre nuestro mundo, la Eucaristía es el remedio y antídoto contra todas las soledades” ha exhortado el Primado.

Ha querido concluir el prelado, sus palabras, recordando que “necesitamos la Eucaristía, necesitamos a Jesucristo; porque quien se pierde a Jesucristo, se pierde lo mejor de la vida”.-

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