Informe de Amnistía Internacional: Venezuela e Israel
Señala que con la aprobación de ley que evalúa la Asamblea Nacional chavista estas corren riesgo de desaparecer y por ende afectar a millones de venezolanos
Valentina Ballesta, directiva de Amnistía Internacional (AI) para las Américas, sostuvo que la ley contra las ONG que promueve la Asamblea Nacional chavista posee grandes similitudes con la aprobada en Nicaragua, donde el régimen de Daniel Ortega ha eliminado a más de 3.000 organizaciones.
Ballesta aseveró en una entrevista radial que la eventual aprobación de esta normativa podría dejar a la deriva a cerca de cuatro millones de venezolanos que dependen de las ONG y la ayuda humanitaria.
“Nos preocupa a las organizaciones que elevamos nuestra voz, que primero es una ley para colocar un nivel de arbitrariedad extra al funcionamiento y a la existencia misma de las organizaciones que protegen derechos humanos y otras”, dijo la directiva.
Ballesta sostuvo que con la aprobación de esta ley se corre el riesgo de perder el financiamiento al trabajo humanitario en Venezuela. También indicó que la mayoría corren el riesgo de ser criminalizadas.
A juicio de Ballesta, los requisitos para operar en Venezuela como ONG son difíciles de cumplir y los niveles de arbitraje son altos.
“Lo que tenemos hoy en día con la aprobación de esa ley es que se termine de asfixiar el funcionamiento de estas organizaciones que parecen lejanas, quizás para los ciudadanos, pero están presentes en el día a día”, argumentó.
Amnistía Internacional (AI) emitió recientemente una alerta por el “grave riesgo para las ONG de Venezuela”, ante la aprobación de un proyecto de ley que busca fiscalizar la actuación y financiamiento de estas organizaciones.
“La Asamblea Nacional (de contundente mayoría oficialista) retomó el tratamiento de un proyecto de ley que busca restringir y potencialmente criminalizar y cerrar las asociaciones civiles, fundaciones y organizaciones no gubernamentales que operan en Venezuela”, dijo AI en su cuenta en X, antiguamente Twitter.
“De aprobarse todas las ONG tendrán que cumplir con medidas abusivas o enfrentar un proceso penal. Dichas medidas violarían los derechos de asociación, privacidad y otros, poniendo a las ONG y sus personas beneficiarias en grave riesgo de criminalización y represalias”, puntualizó.
En su reciente informe anual, la ONG Amnistía Internacional desnuda la situación en 155 países. Aquí mencionaremos brevemente los casos de Venezuela y de Israel
Hoy, un porcentaje mayor de la población tiene una calidad de vida superior a la del pasado. Sin embargo, todavía millones de seres humanos viven en condiciones que nos deben avergonzar. Esa carencia no es solo de necesidades mínimas, sino también de derechos políticos. En su reciente informe anual, la ONG Amnistía Internacional desnuda la situación en 155 países. Aquí mencionaremos brevemente los casos de Venezuela y de Israel.
Al respecto, preocupa que muchos tienen la tendencia a aceptar o a callar sobre las violaciones a los derechos humanos, dependiendo de si se trata de amigos, de enemigos, de malhechores o incluso cuando hay intereses personales o geopolíticos. Por ejemplo, Maduro avala las violaciones que ocurren en nuestro país, calla ante las que suceden en Cuba, Rusia e Irán y no menciona los asesinatos cometidos por los terroristas del Hamás, particularmente los horribles hechos del pasado 9 de octubre, pero se rasga las vestiduras ante las violaciones de Israel en Gaza.
Caso Venezuela
En el caso Venezuela, el informe de Amnistía Internacional relata, con apoyo de información de otras organizaciones, el deterioro de la calidad de vida y la represión.
Expone contundentemente las violaciones al derecho al trabajo, a la salud a la alimentación y al agua. Recalca la persecución a la disidencia, a la libertad de expresión y de reunión, detenciones arbitrarias, juicios injustos, ejecuciones extrajudiciales y reclusión en condiciones infrahumanas. Incluye las violaciones a los derechos de los pueblos indígenas, a las mujeres, niñas y a la diversidad de género. Por si fuera poco, el régimen persigue a los defensores de los derechos humanos, algunos de ellos presos y otros en el exilio.
Caso Israel
En relación al terrible conflicto en tierras de particular afecto a judíos, cristianos y mahometanos, lo procedente es condenar las violaciones de uno y otro lado. Quienes formamos parte de la civilización judeo-cristiana condenamos las milenarias persecuciones a los judíos, defendemos la existencia del Estado de Israel y admiramos sus logros en todas las áreas de la ciencia. Por ello, no aceptamos que un grupo de fanáticos vocifere que hay que borrarlos del mapa.
Sin embargo, aunque el pueblo judío tiene derecho a defenderse de los constantes ataques de terroristas apoyados por estados que están en la ONU, no podemos callar ante la destrucción masiva de Gaza y el sufrimiento de su población. El informe mencionado detalla los abusos. También señala las violaciones a los derechos humanos en la Cisjordania gobernada por la Autoridad Palestina, y en la Franja de Gaza controlada por Hamás.
Debe acordarse un cese al fuego, devolución de los rehenes retenidos por Hamás y el reconocimiento por la ONU del Estado Palestino. Para ello quizá sea necesario que Netanyahu deje el gobierno, que los gazatíes desplacen a Hamás del gobierno y que todos los países árabes reconozcan a Israel y se comprometan a impedir los ataques de grupos terroristas. Desde luego, los occidentales debemos reconocer que la gran mayoría de quienes profesan la religión islámica son gente pacífica y laboriosa. ¿Eso bastará para lograr la paz? Claro que no, pero es imprescindible trabajar incansablemente para lograrla.
Afortunadamente, en el caso de Venezuela, el 28 de julio elegiremos a Edmundo González y tendremos un mejor país, respetuoso de los derechos humanos de todos. En Israel, Gaza y Cisjordania la solución es más compleja, pero con buena voluntad se puede conseguir. Ese es el ferviente deseo de este escribidor de cuartillas, hijo de vientre judío sefardita.-