Opinión

Hay que cuidar la casa común

   Hay que hacer campañas ciudadanas para hacer comunes las tres erres: reciclar, reutilizar, reducir consumo.

Luisa Pernalete:

 “Alabado seas Señor, por la hermana nuestra madre tierra, la cual nos sustenta, y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba” Citando el Cantico de las criaturas, de San Francisco de Asís, comienza el papa Francisco su Encíclica Laudato Si (2015), sobre el cuidado de la casa común. Hermoso llamado del papa, para creyentes y no creyentes, para que hagamos parte de nuestra vida cotidiana ese cuidado urgente por el planeta, la “casa común”, que nos abriga, pero que está muy maltratada y los efectos de ese maltrato los estamos sufriendo todos.

   Esta mención de la Laudato Si, cuya lectura recomendamos, viene a cuento porque el pasado 5 de junio se celebró el Día mundial del ambiente, decretado por al UNESCO desde la década de los 70 y que, dado los efectos del calentamiento global, con sucesivas tragedias para muchos, se hace urgente que nos detengamos a pensar en la necesidad de unirnos a favor del ambiente, que es lo mismos que decir a favor de las próximas generaciones y a favor de nosotros mismos.

   Sólo mencionemos algunas expresiones de ese “maltrato” al ambiente en nuestro país: los grandes machones dejados por la deforestación de miles de hectáreas, no sólo en el Estado Bolívar por la política de explotación del oro y otros minerales, legalizada por el Arco minero Orinoco, también se contaminan los ríos – la explotación de oro usa mercurio -; se deforesta en las ciudades, se cortan árboles por construcciones y no se reponen; no se protegen los parques nacionales suficientemente; y añada usted esta economía depredadora de la humanidad –fuera de los pueblos indígenas no criollizados  que siguen cuidando su ambiente – que consume y consume sin necesidad.

   El maltrato al ambiente está acabando con especies de plantas y animales, la deforestación influye en la contaminación ambiental, el aumento de la temperatura, el abrigo de animalitos; estamos acabando con las fuentes de agua, se dice que las próximas guerras serán por agua…

   Vamos a citar lo que una organización ambientalista muy seria @Clima21, nos dice: “Venezuela, es urgente que cambiemos la manera como estamos viendo la naturaleza, Debemos aprender a cuidar, sanar, restaurar y amar lo que nos mantiene vivos y sanos.” También nos dice que podemos reparar los daños que se han infringido a la naturaleza, pero se necesita esfuerzo, voluntad, perseverancia. Les recomendamos su página www.clima21.net

   Yo añado, conciencia de lo herida que esta la tierra, voluntad política los gobiernos y mucha participación ciudadana, así como educación ambiental desde la educación inicial, como lo establece el artículo 107 de la CRBV.

   Los hermanos indígenas tienen mucho que enseñarnos, no sólo por el amor que le tienen a la naturaleza, sino por si coherencia con ese amor, por ejemplo, saben vivir felices con menos cosas, si talan para sembrar, en otra parte siembre nuevos árboles…

   Hay que hacer campañas ciudadanas para hacer comunes las tres erres: reciclar, reutilizar, reducir consumo.

   Pero ¿quién dijo que todo está perdido?, como dice la canción. Uno se anima cuando ve la actividad permanente de organizaciones ambientalistas, que se arriesgan por defender al ambiente, por mencionar incoherencias de los gobernantes, por hacer visibles crímenes ambientales, por nosotros pues.

   También nos anima ver como instituciones educativas, como Fe y Alegría, tienen la educación ambiental como eje transversal, la creatividad que ponen en estas fechas emblemáticas, los proyectos con comunidades para reforestar, recupera espacios públicos, por ejemplo. O esas escuelas que están haciendo el trabajo de recoger agua de lluvia para utilizarla, o el proyecto de terrazas verdes de la UCAB…

   Todos podemos hacer algo en el hogar, no desperdiciar el agua, o practicar los de las erres… Todos podemos hacer algo en nuestra comunidad, y todos podemos exigir a los gobernantes que cumplan con sus deberes también, como reparar los tubos rotos por donde se desperdicia el agua limpia.

   Terminamos con una cita del papa, también tomada de la encíclica ya mencionada: “ Te alabamos, Padre, con todas tus criaturas,  que salieron de tu mano poderosa. Son tuyas, y están llenas de tu presencia y de tu ternura. Alabado seas”.-

 

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