El manutergio, paño indispensable antes de la consagración
Antes de la consagración, el sacerdote prepara las ofrendas y realiza un gesto importante al lavar sus manos y secarlas con este paño: el manutergio
Los paños sagrados utilizados en las celebraciones litúrgicas tienen gran importancia por su uso y significado; por ello, no importa que sean pequeños o sencillos, como es el caso del manutergio.
Anteriormente nos hemos referido a otros paños, como el corporal y el purificador, ambos utilizados durante la consagración, cuya importancia radica en que entran en contacto directo con el Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, por lo que no puede prescindirse de ellos durante la santa Misa.
Por el uso que hace la Iglesia de estos paños sagrados, la instrucción Redemptoris Sacramentum dice:
«Cuiden los pastores que los paños de la sagrada mesa, especialmente los que reciben las sagradas especies, se conserven siempre limpios y se laven con frecuencia, conforme a la costumbre tradicional.
Es laudable que se haga de esta manera: que el agua del primer lavado, hecho a mano, se vierta en un recipiente apropiado de la iglesia o sobre la tierra, en un lugar adecuado. Después de esto, se puede lavar nuevamente del modo acostumbrado» (no. 120).
1¿DE DÓNDE VIENE EL NOMBRE?
El nombre «manutergio» procede de las palabras latinas «manus» y «tergere», que significan «manos» y «paño».
2¿PARA QUÉ SE UTILIZA?
Es utilizado por el sacerdote en el «lavabo» para limpiarse los dedos. Al final del ofertorio, se vierte agua sobre las manos del celebrante, que dice: «Lávame de mis faltas, Señor, límpiame de mis pecados».
El manutergio se utiliza para otros ritos, como la imposición de la ceniza al comienzo de la Cuaresma. Como no toca las especies consagradas, se lava sin remojo previo.
3CÓMO RECONOCERLO
Es un rectángulo de tamaño variable, más pequeño que el purificador (generalmente de cincuenta por cuarenta), el manutergio se dobla longitudinalmente como un acordeón y luego por la mitad. En una esquina se borda una cruz, generalmente roja.-
Valdemar de Vaux – Mónica Muñoz – publicado el 14/06/24-Aleteia.org