¡Nuestra mejor hora!
En Venezuela enfrentamos un régimen que atropella la Constitución y, por fraude continuado, ha hecho cuesta arriba ganar una elección. A pesar de esto, podemos decir que estamos en nuestra mejor hora
Eddie Ramírez:
El pasado 6 de junio se conmemoraron 80 años del desembarco de la fuerza aliada en Normandía que logró vencer al totalitarismo nazi. Es obligatorio recordar que ello fue posible porque, cuatro años antes, tal día como hoy 18 de junio, en 1940, dos discursos motivaron a luchar hasta vencer. Ello evidencia el poder del liderazgo. Cuando se pronunciaron, Alemania controlaba parte de Polonia y totalmente a Checoslovaquia, Austria, Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, Francia, Noruega y Dinamarca, y parecía inminente la invasión a la Gran Bretaña; además, había firmado un pacto de no agresión con Rusia y los Estados Unidos permanecían neutrales. Parecía que todo estaba perdido.
A pesar de esta situación tan adversa, Churchill hizo un llamado a sus compatriotas a prepararse para cumplir con sus deberes y a no dudar de que, si el imperio británico dura mil años, los hombres del futuro dirán: aquella fue su mejor hora. Ese mismo día, desde su exilio en Inglaterra, De Gaulle hizo un llamado afirmando que pase lo que pase, la llama de la Resistencia francesa no debe apagarse y no se apagará. Ambos líderes enfrentaron fuerte oposición de quienes pensaban que era imprescindible apaciguar y pactar con el enemigo. Es interesante que, después de la guerra, tanto el León británico, como el general francés, propiciaron la reconstrucción de Alemania y la reconciliación.
Guardando la enorme distancia, en Venezuela enfrentamos también un régimen totalitario que controla los poderes del Estado. Esto le ha permitido atropellar la Constitución y, por medio de un fraude continuado, ha hecho cuesta arriba ganar una elección. A pesar de esto, podemos decir que estamos en nuestra mejor hora.
Votar, tener testigos en las mesas electorales, presenciar el escrutinio y disponer de las actas es imprescindible. Todos tenemos que aportar recursos para que esto sea una realidad. Tengamos confianza de que lograremos el triunfo de Edmundo para dejar de lado las confrontaciones, recuperar la economía, disminuir la pobreza, reunificar las familias hoy dispersas por el mundo, que no haya presos políticos, ni exiliados y que se respete la Constitución, especialmente que no ocurran violaciones a los derechos humanos. ¡Claro que es posible, estamos en nuestra mejor hora!.-