Trabajos especiales

Homenaje del Estado por la muerte del Beato José Gregorio Hernández, el 1° de julio de 1.919

   Llegado el momento de levantar el féretro el señor Doctor Rafael González Rincones Ministro de Instrucción Pública, ocupó la tribuna y en el lacónico y bello discurso enalteció los méritos del extinto

Alfredo Gómez Bolívar:

Después de haber sido velado en su casa familiar el féretro del Doctor Hernández fue trasladado al Paraninfo de la Universidad en hombros de numerosos amigos y compañeros a las 11:30 de la mañana el Doctor Victoriano Márquez Bustillos, Presidente provisional de la República, a quien acompañaron el Doctor González Rincones, Ministro de Instrucción Pública; su Secretario general, Doctor Elías Rodríguez, y el Cuerpo de Edecanes, visitó el Paraninfo de la Universidad, rindiendo así póstumo homenaje a la memoria del notable médico fallecido.

El señor Presidente expresó su condolencia a los deudos del finado y significó el sentimiento del Gobierno de la República por tan deplorable acontecimiento, que ha venido a restar a la Ciencia un factor de efectivos avances.

Llegado el momento de levantar el féretro el señor Doctor Rafael González Rincones Ministro de Instrucción Pública, ocupó la tribuna y en el lacónico y bello discurso enalteció los méritos del extinto;  y a nombre del Ejecutivo Nacional expreso su condolencia a los deudos.

Dr. Rafael González Rincones – Venezuela en Retrospectiva

   Palabras pronunciadas por el señor Doctor Rafael González Rincones, Ministro de Instrucción Pública, en el Paraninfo de la Universidad

“Señores:

    Sobre ese  catafalco, negro como el abismo que se abrió ante sus pasos de apóstol, escondidas por las flores arrancadas   por piadosas  manos las gasas  funerarias,  y alumbrado por los trémulos cirios que encendiera el doctor de la Patria, está el féretro de quién fué en vida ejemplo de virtud y de abnegación.

   El Ejecutivo Federal, al disponer que se trajese  a este augusto recinto de la ciencia al maestro de tantas generaciones médicas, ha querido exaltar aún más, si cabe, el mérito de un preclaro hijo de Venezuela, quien  cayó rudamente, como caen los cruzados del Ideal, con la conciencia elevada hacia lo alto y el corazón latiendo generoso para el bien de la Humanidad.

   Al descender de esta tribuna desde donde se divisa todo un pueblo que llora, presento a la familia del sabio y a la sociedad  venezolana entera el pésame del Ejecutivo Federal Nacional por la nunca bien lamentada  desaparición del Doctor José Gregorio Hernández”. 

La Universidad Central de Venezuela encontrábase clausurada desde el día 1° de octubre de 1912 y, a pesar de ello el Presidente provisional de la República dispuso: “Para rendir el homenaje que merecen las altas virtudes ciudadanas y las preclaras dotes científicas de quien en vida fue el Doctor José Gregorio Hernández, Profesor de la Facultad de Medicina desde el año 1890, sea trasladado el cadáver del extinto al Paraninfo de la antigua Universidad Central, donde permanecerá en Capilla ardiente hasta la hora de los funerales. Y al Paraninfo de la Universidad Central fué trasladado y allí permaneció el cadáver de José Gregorio, en capilla ardiente, desde las 10 horas 30 minutos de la mañana hasta las 4 horas 3 horas 30 minutos de la tarde del día 30 de junio de 1919.

Afuera en los bulevares del Palacio Federal, la multitud se agitaba con rumores de oleaje, y, ordenada, llenaba el centro de la ciudad hasta la propia puerta de la Iglesia. Puede asegurarse que en ninguna otra ocasión ha tenido efecto homenaje de tal trascendencia. Gentes de todo linaje, con espontaneidad que admira y en un mismo impulso de sanción justiciera, hicieron acto de presencia a la hora de este insólito acontecimiento, que ha venido a comprobar de manera resaltante como la justa sanción colectiva sabe exteriorizarse en el seno de la gentil ciudad del Ávila en el momento de enaltecer y consagrar los grandes méritos.

Bien puede asegurarse que en esta oportunidad el duelo se expandió de la casa del extinto a cada hogar caraqueño, y que fué la ciudad toda un solo hogar en tribulación.

Concluido el discurso del Presidente de la Academia Nacional de Medicina.

“El Venerable Capítulo Metropolitano, presidido por el Deán, y el Clero secular y regular, después de las ceremonias litúrgicas pusiéronse a la cabeza del cortejo, que comenzó a avanzar penosamente entre aquella multitud innumerable”. Seguían las Academias de Medicina, venezolana correspondiente de la Real Española la de Ciencias Políticas y Sociales, la Nacional de la Historia, el féretro, los hermanos y sobrinos los Ministros del Despacho Ejecutivo, el señor Secretario del Presidente provisional de la República, el Secretario de Gobierno del Distrito Federal, y el consejo municipal el Gremio Médico. La Banda Marcial, dirigida por el Maestro Pedro Elías Gutiérrez, ejecutó durante el desfile hasta la catedral la elegía compuesta por él mismo a la memoria del Doctor Hernández, la marcha Jonne de Petrella, la marcha de Chopin, la elegía de Arcilagos y otras piezas apropiadas. Seguía todo “el pueblo, lloroso y compungido, refiriendo cada cual rasgos de la nobleza, de la sabiduría, de la bondad, de la inagotable caridad de aquel filántropo franciscano, que tuvo siempre abierto el corazón y abiertas las manos para derramar consuelos y auxilios generosos sobre todo el que a él acudía; que veía siempre en el prójimo, cualesquiera que fuesen sus circunstancias, al amigo y al hermano; y acudía con la misma presteza y el mismo solicitó interés al palacio del poderoso como a la inmunda buhardilla del infeliz…Casi una hora duró la marcha desde la Universidad a la Catedral.

Ref.

 

 Alfredo Gómez Bolívar -2024

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