Opinión

Cambio de Gobierno o Cambio de Políticas

José Antonio Gil Yepes:

 La aspiración del cambio vigente es una “oleada electoral”. Entre los conceptos aplicados para analizar elecciones se encuentra el de “oleada electoral”. Una oleada electoral es una corriente mayoritaria de opinión que atraviesa a diversos segmentos sociales. Por ejemplo, la oleada de “dinamismo” que caracterizó la primera campaña electoral de CAP I (versus un gobierno plagado de inmovilismo en la toma de decisiones, como lo fue el de Rafael Caldera I). Otro proceso electoral caracterizado por una oleada fue el de la campaña en la que resultó electo Hugo Chávez en 1998. Allí la ola era “se busca un outsider”, y hasta adecos y copeyanos votaron por él.

Hay campañas sin oleadas electorales, como la de NM y Henrique Capriles o la de Rafael Caldera en su primera elección, 1968, o la campaña entre Biden y Trump en los EE. UU. actualmente; una simple polarización en la que los Demócratas piensan y votan de una manera y los Republicanos de otra.

La campaña electoral en curso en Venezuela presenta una gran oleada, “el cambio”, la más repetida en este proceso. Tanto así que un analista político del sector gubernamental la describió como “un afán neurótico de cambio”, y añade, “es que hasta los chavistas dicen que quieren cambio.”

Si se pregunta al entrevistado qué significa “cambio”, la primera respuesta es que quiere cambiar al presidente NM. Y, cuando se repregunta por qué quiere el entrevistado cambiar al presidente, las respuestas son…” porque sus políticas nos han empobrecido en lo económico o dividido en lo político o ambas cosas.”

Me atrevo pues a interpretar que el gran mensaje que se desprende de esta oleada es que no habrá más formas de gobernar que A. Cambiar las políticas que nos han empobrecido o B. Gobernar mediante la represión. Tal vez esta consideración explique el planteamiento de Er’ Conde del Guácharo, Benjamín Rausseo, en su reciente video cuando dice… “que Maduro pierde ganando y gana perdiendo.” Es decir, nadie podrá gobernar si se siguen aplicando las políticas vigentes y, en el caso de NM, le convendría un repliegue para reorganizar sus fuerzas y aggiornar sus políticas.

El elegido para gobernar en una sociedad moderna no debe verse a sí mismo como un “ilustrado” llamado a imponer la ideología y políticas que ofreció en su campaña electoral como punto de referencia. Ya electo, el elegido debe verse desde otra óptica: En una sociedad moderna, plural por excelencia, la pregunta clave no es “quién tiene la razón, sino cómo nos ponemos de acuerdo.” Esto quiere decir, que el gobernante debe verse a sí mismo como un facilitador de consensos y no como un jefe que imponga sus puntos de vista.”

En las Encuestas Ómnibus Nacional de Datanalisis hemos venido identificando qué piensan los habitantes sobre los principales asuntos económicos y políticos que caracterizan la política nacional.

Afortunadamente, asombra la madurez del pensamiento de la mayoría de los venezolanos. En la siguiente gráfica, se presenta el resumen del pensamiento venezolano en asuntos públicos importantes. Las preguntas que utilizamos se basan en una “escala de diferencial semántico”: “Qué prefiere, esto o aquello”.

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El mensaje obvio en todos los asuntos públicos es que los venezolanos tienden a preferir las políticas centristas que están listadas arriba y a la derecha y a rechazar, mayoritariamente, las políticas tradicionales que han caracterizado a los gobiernos venezolanos por demasiadas décadas, que son las listadas a la izquierda de la gráfica.

Las políticas más deseadas son el diálogo entre gobierno y oposición (luego, lo que más deseamos es político, la unidad, el entendimiento, el centro, versus polarización) y todas aquellas políticas orientadas a mejorar la administración pública, en particular, de PDVSA, otras empresas del Estado y servicios públicos, con la participación de empresas privadas nacionales o extranjeras.

No será fácil virar hacia ese centro deseado por la gran mayoría. La renuencia que partidos y gobernantes han mostrado por décadas a cambiar estas políticas por sus alternativas se debe a que las políticas tradicionales tienen como consecuencia mantener una alta concentración del poder político. Para justificar esto, se han usado ideologías de izquierda y centro izquierda y nuestra cultura de la desconfianza entre los sectores, dejando de ver que, con esas políticas se ha mantenido al pueblo y a los sectores en la pobreza y en la exclusión. La propuesta de izquierda de la Democracia Hegemónica del chavismo no fue la solución; ni tampoco lo fueron las políticas más moderadas de centro izquierda de la Partidocracia de AD y Copei. Hoy día, nos encontramos con un venezolano más centrista, pluralista y emocionalmente más inteligente: quiere ejercer sus iniciativas con más libertades y menos impuestos, más trabajo con mejores sueldos y menos subsidios; riqueza, éxito, participación y aportes compartidos entre todos los sectores, no desunión, descalificaciones, exclusiones ni pobreza. Necesitamos plantearnos la construcción del “Equipo Venezuela”, aunque nunca haya existido.-

@joseagilyepes

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