Opinión

Libertad, Derechos, Agrupación, Pluralismo y Democracia

José Antonio Gil Yepes:

Si hacemos una disección a los seres humanos para ver si en sus cuerpos se encuentran la  libertad, derechos, valores, principios y creencias sufriremos una terrible decepción porque no vamos a encontrar ninguna de esas cosas, a pesar de lo tan preciadas que son por los humanos y del enorme impacto que tienen, para bien o para mal, en todas las sociedades y grupos. Esos valores y principios existen porque los seres humanos se ponen de acuerdo para proclamarlos, respetarlos y hacerlos respetar.

Entonces, si nuestras libertades y derechos son fruto de una convención, el locus de control que determina que tengan vigencia radica en la articulación o agrupación de los seres humanos. En este proceso, la sociología destaca tres niveles sociales: el estatus o posición que ocupan los individuos; la colectividad o seres humanos que reconocen que tienen una misma posición e intereses comunes, pero no están organizados para implantarlos ni hacerlos respetar; y, por fin, el grupo, a través del cual la colectividad se organiza para proclamar, poner en vigencia y hacer respetar sus derechos. Es decir, que las libertades y derechos de cualquier sector no tendrán vigencia a menos que quienes estén interesados en ellos se organicen, se articulen entre sí.

De esa articulación surgen cámaras empresariales, partidos políticos, sindicatos, iglesias, organizaciones de gobierno, de profesionales, de maestros y profesores, de estudiantes, de gente de un color o de otro, de una región o de otra, clubes de diferente índole, etc.

Lo anterior significa, nada más y nada menos, que, sin agrupación-articulación, no se puede disfrutar de libertades ni derechos individuales.

Todos los países más desarrollados, como los de Europa del Norte, lo han logrado por la inmensa articulación de sus grupos de interés, por el consenso que existe en cuanto a su normativa legal nacional y sectorial, el respeto por esas normativas y porque han agregado sus intereses de manera que forman un todo de acciones complementarias con un gran sentido de equipo-país. Como dice Yuval Harari en su libro Sapiens, para llegar a organizarse y cooperar en grandes grupos (y de tener poder), se necesita creer en un mito compartido, sea éste, por ejemplo, una religión, una ideología o una marca país. En cambio, los países llamados en vías de desarrollo no lo han alcanzado porque carecen de grupos de interés fuertes y de la agregación de los intereses entre los diversos grupos. Estos países son pobres y poco democráticos no porque les falten riquezas naturales, sino porque carecen de grupos de intereses fuertes; porque esos grupos no cooperan ni se complementan entre sí; ni  ni predominan en ellos quienes creen en un equipo-país.

El peor error que pueden cometer los interesados en mantener sus libertades y derechos ante las amenazas que imponen sobre ellos las crisis, guerras y enfrentamientos es tratar de salvarse solos. Esto significa que, ante las amenazas y la escasez, lo peor que pueden hacer las partes es dejar de contribuir con sus respectivas agrupaciones. No podemos salvarnos solos cuando más necesitamos de la cooperación entre iguales, de alianzas entre sectores relacionados y de un sentido de equipo-país. En el caso empresarial, estos errores consisten en dejar de contribuir con las cámaras empresariales cuando sus empresas miembros tienen menores ganancias; dejar de hacer investigaciones de mercado cuando necesitan conocer más a los consumidores que se ven forzados a cambiar sus criterios de compra porque están empobrecidos; dejar de hacer estudios de clima interno cuando los colaboradores están más presionados por las dificultades del entorno; y así sucesivamente. Son errores de los trabajadores dejar de contribuir con sus sindicatos cuando el empleo o las condiciones de trabajo se desmejoran; y así, el mismo criterio es aplicable a cada sector. Si queremos profundizar y sentir muy de cerca lo que significa el reto de la articulación, veámonos en el espejo de nuestras propias críticas a la desarticulación interna de los partidos de oposición; a su falta de conexión con las causas de los ciudadanos, a su falta de alianzas con otros sectores y entre sí. Si esta es una de las principales razones para explicar por qué se ha mantenido un gobierno ampliamente rechazado, midámonos con la misma vara para explicar los fracasos de nuestros sectores en la defensa de sus respectivos derechos.

El pluralismo es la red de grupos organizados con poder de influenciarse entre sí y con la suficiente conciencia y confianza mutua como para identificar las acciones en las que pueden cooperar o complementarse, hasta formar un equipo-país. Lo contrario al pluralismo es la polarización o picar la sociedad en partes para dividir y someter. La democracia es el resultado de que entre los grupos organizados tenga lugar un juego en el que se respetan mutuamente las libertades, derechos y aspiraciones de cada sector y el resultado de la competencia, cooperación o complementariedad entre esos intereses sea aceptable para los diversos sectores. Lo contrario a la democracia es el autoritarismo o imposición de un grupo sobre los demás y esto ocurre cuando los grupos de interés son más débiles que el grupo en el gobierno que los domina.-

@joseagilyepes

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