Santa Teresa de Calcuta, una misionera de la caridad
Santa Teresa de Calcuta amó a los más pobres entre los pobres, y por inspiración divina, fundó la congregación de las Misioneras de la Caridad
La madre Teresa de Calcuta nació en Uskub (actual Skopie, Macedonia del Norte) el 26 de agosto de 1910. Fue bautizada con el nombre de Agnes Gonxha Bojaxhiu y pertenecía a una familia de buena posición. “De sangre y origen”, decía, era albanesa. Su padre falleció cuando ella tenía 8 años.
A los 18 años decidió entregarse a Dios como religiosa. Ingresó en el Instituto de la Bienaventurada Virgen María y se puso el nombre de Teresa por devoción a santa Teresa de Lisieux, patrona de los misioneros.
Llamada a fundar las Misioneras de la Caridad
Durante veinte años se dedicó a la enseñanza tanto en Calcuta como en Darjeeling, en la India. Sin embargo, una inquietud interior le hizo pensar que Dios esperaba que tomara otro camino. Conoció la situación de los pobres y moribundos de Calcuta, y el 11 de septiembre de 1946, cuando iba de camino a su retiro anual, decidió fundar una congregación que ayudara a los marginados de la sociedad, primordialmente enfermos, pobres y personas sin hogar. Serían las Misioneras de la Caridad.
Su vestido sería un sari blanco con tres rayas azules en los bordes. La Madre Teresa eligió el blanco porque simboliza la pureza y la verdad. Las franjas azules recuerdan a la Virgen María y son tres porque simbolizan los tres votos: pobreza, obediencia y castidad. Además, las religiosas usan una cruz en el hombro, que significa que para ellas Cristo es la llave del corazón. Años después también habría misioneros varones.
El 7 de octubre de 1950 obtuvo la aprobación de Roma.
“Tal vez no hablo su idioma, pero puedo sonreír”
Desde Calcuta, hizo llegar al mundo un potente toque de atención. Aquella mujer mayor, pequeña y enjuta, removió a muchas almas y puso en el foco a los desheredados del mundo. Cuando se le preguntaba cómo se comunicaba con ellos si no entendía su lengua, respondía: “Tal vez no hablo su idioma, pero puedo sonreír”.
Comenzaron a crearse más centros de atención y creció el número de vocaciones religiosas de su congregación. La Madre Teresa comenzó a atender a los que nadie quería, entre ellos a los leprosos y a los enfermos de sida (VIH), que en los años 80 era enfermedad incurable.
En 1979 la Madre Teresa obtuvo el premio Nobel de la Paz. Y, tras haber sido criticada, también le llegó el premio más importante que se concede en la India, el Bharat Ratna, en 1980, por su labor humanitaria.
Defensora de la vida humana en todas sus etapas
Durante la Misa de su canonización el 4 de septiembre de 2016, el Papa Francisco dijo de ella:
«Madre Teresa, a lo largo de toda su existencia, ha sido una generosa dispensadora de la misericordia divina, poniéndose a disposición de todos por medio de la acogida y la defensa de la vida humana, tanto la no nacida como la abandonada y descartada. Se ha comprometido en la defensa de la vida proclamando incesantemente que ‘el no nacido es el más débil, el más pequeño, el más pobre’.
Se ha inclinado sobre las personas desfallecidas, que mueren abandonadas al borde de las calles, reconociendo la dignidad que Dios les había dado (…). La misericordia ha sido para ella la sal que daba sabor a cada obra suya, y la luz que iluminaba las tinieblas de los que no tenían ni siquiera lágrimas para llorar su pobreza y sufrimiento.
Su misión en las periferias de las ciudades y en las periferias existenciales permanece en nuestros días como testimonio elocuente de la cercanía de Dios hacia los más pobres entre los pobres».
Afecciones del corazón que no le impidieron amar
En 1983, sufrió un ataque cardíaco en Roma mientras visitaba al Papa Juan Pablo II. A partir de entonces su salud se vio muy deteriorada hasta el punto de que en 1991 pensó en renunciar a su cargo. Las monjas de su congregación, sin embargo, decidieron por unanimidad que siguiera al frente y ella obedeció.
Madre Teresa se vio entonces limitada por afecciones cardíacas y pulmonares, además de la malaria, que se le manifestó en 1993.
Patrona del voluntariado
Finalmente, murió de un paro cardíaco el 5 de septiembre de 1997 en Calcuta. El gobierno indio le dedicó un funeral de Estado, que fue seguido por millones de personas en todo el mundo a través de la televisión.
La fiesta de santa Teresa de Calcuta se celebra el 5 de septiembre. Es desde el día de su canonización, patrona del voluntariado.-
Dolors Massot – publicado el 04/09/21 – actualizado el 04/09/24-Aleteia.org