¿Madre y Maestra?
Rafael María de Balbín:
Dos tareas fundamentales de toda madre son las de alimentar y enseñar a los hijos. Sin ello los hijos morirían de hambre y de ignorancia. Por ello toda madre es a la vez madre y maestra, encargada de atender necesidades vitales.
En el plano de la vida espiritual de los hombres Dios ha dispuesto una institución que es a la vez Madre y Maestra. Es la Iglesia de Jesucristo, que ofrece a todos los hombres nutrimento y enseñanza para su vida moral y espiritual. “La Iglesia es la comunidad donde el cristiano acoge la Palabra de Dios y las enseñanzas de la «Ley de Cristo» (Ga 6, 2); recibe la gracia de los sacramentos; se une a la ofrenda eucarística de Cristo, transformando así su vida moral en un culto espiritual; aprende del ejemplo de santidad de la Virgen María y de los santos” (Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, n. 429).
A través de su Magisterio la Iglesia orienta a los hombres en el camino de su salvación, “interviene en el campo moral, porque es su misión predicar la fe que hay que creer y practicar en la vida cotidiana. Esta competencia se extiende también a los preceptos específicos de la ley natural, porque su observancia es necesaria para la salvación” (Idem, n. 430).
Además de la enseñanza moral sobre los mandamientos de Dios, la Iglesia tiene una autoridad propia, que Jesucristo le confirió. “Los preceptos de la Iglesia tienen por finalidad garantizar que los fieles cumplan con lo mínimo indispensable en relación al espíritu de oración, a la vida sacramental, al esfuerzo moral y al crecimiento en el amor a Dios y al prójimo” (Idem, n. 431).
¿Cuáles son los principales?: “Son cinco:
1) Participar en la Misa todos los domingos y fiestas de guardar, y no realizar trabajos y actividades que puedan impedir la santificación de estos días.
2) Confesar los propios pecados, mediante el sacramento de la Reconciliación al menos una vez al año.
3) Recibir el sacramento de la Eucaristía al menos en Pascua.
4) Abstenerse de comer carne y observar el ayuno en los días establecidos por la Iglesia.
5) Ayudar a la Iglesia en sus necesidades materiales, cada uno según sus posibilidades” (Idem, n. 432).
La Iglesia, Madre y Maestra, cuida la vida moral de los fieles cristianos, que han de ser sal de la tierra y luz del mundo. “La vida moral de los cristianos es indispensable para el anuncio del Evangelio, porque, conformando su vida con la del Señor Jesús, los fieles atraen a los hombres a la fe en el verdadero Dios, edifican la Iglesia, impregnan el mundo con el espíritu del Evangelio y apresuran la venida del Reino de Dios” (Idem, n. 433).-
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