¿Podemos cumplir los Mandamientos?
Rafael María de Balbín:
Los Mandamientos de la Ley d Dios vienen expresados en el Éxodo 20, 2-17) y en el Deuteronomio (5, 6-21), El Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica presenta su resumen catequético:
“1. Amarás a Dios sobre todas las cosas.
- No tomarás el nombre de Dios en vano.
- Santificarás las fiestas.
- Honrarás a tu padre y a tu madre.
- No matarás.
- No cometerás actos impuros.
- No robarás
- No darás falso testimonio ni mentirás.
- No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
- No codiciarás los bienes ajenos”.
Hay una pregunta importante, y una repuesta más importante todavía. “Al joven que le pregunta «Maestro, ¿qué he de hacer de bueno para conseguir la vida eterna?», Jesús responde: «Si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos», y después añade: «Ven y sígueme» (Mt 19, 16). Seguir a Jesús implica cumplir los Mandamientos. La Ley no es abolida. Por el contrario, el hombre es invitado a encontrarla en la persona del divino Maestro, que la realiza perfectamente en sí mismo, revela su pleno significado y atestigua su perennidad” (Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, n. 434).
Tenemos una interpretación plena de la Ley de Dios. “Jesús interpreta la Ley a la luz del doble y único mandamiento de la caridad, que es su plenitud: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Éste es el mayor y primer mandamiento. El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas» (Mt 22, 37-40)” (Idem, n. 435).
Son diez los mandamientos de la Ley de Dios. “Decálogo significa las «diez palabras» que recogen la Ley dada por Dios al pueblo de Israel durante la Alianza hecha por medio de Moisés (Ex 34, 28). El Decálogo, al presentar los mandamientos del amor a Dios (los tres primeros) y al prójimo (los otros siete), traza, para el pueblo elegido y para cada uno en particular, el camino de una vida liberada de la esclavitud del pecado” (Idem , n . 436).
Los Mandamientos son la expresión de la voluntad de Dios hacia los hombres. “El Decálogo se comprende a la luz de la Alianza, en la que Dios se revela, dando a conocer su voluntad. Al guardar los Mandamientos, el pueblo expresa su pertenencia a Dios, y responde con gratitud a su iniciativa de amor” (Idem , n. 437).
¿Qué relevancia tienen los Mandamientos? “Fiel a la Escritura y siguiendo el ejemplo de Jesús, la Iglesia ha reconocido en el Decálogo una importancia y un significado fundamentales. Los cristianos están obligados a observarlo” (Idem, n, 438).
Los diez mandamientos forman un conjunto inseparable. “Los diez mandamientos constituyen un todo orgánico e indisociable, porque cada mandamiento remite a los demás y a todo el Decálogo. Por tanto, transgredir un mandamiento es como quebrantar toda la Ley” (Idem, n. 439).
¿Cuál es su obligatoriedad “El Decálogo obliga gravemente porque enuncia los deberes fundamentales del hombre para con Dios y para con el prójimo” (Idem, n. 440).
Dios es sumamente bueno. Si algo manda es porque es justo y sumamente conveniente para nosotros. ¿Será posible cumplirlos? “Sí, es posible cumplir el Decálogo, porque Cristo, sin el cual nada podemos hacer, nos hace capaces de ello con el don del Espíritu Santo y de la gracia (Idem, n. 441).-