El Mundo

Caccia: La lucha contra la pobreza es un imperativo moral

El Observador Permanente de la Santa Sede en la ONU destaca los objetivos prioritarios de la financiación del desarrollo: la cancelación de la deuda es fundamental para garantizar la dignidad y el crecimiento de las naciones más frágiles

Clima, cancelación de la deuda de los países en desarrollo y lucha contra la pobreza. Estos, en resumen, son los tres objetivos prioritarios señalados por monseñor Gabriele Caccia, Observador Permanente de la Santa Sede ante la ONU, en su discurso en la reunión del Comité Preparatorio de la IV Conferencia para la Financiación del Desarrollo, celebrada en Nueva York el pasado 6 de diciembre.

Acciones concretas

Los esfuerzos financieros en favor del desarrollo implementados hasta ahora, afirmó monseñor Caccia, no han afectado las desigualdades y vulnerabilidades, que también se ven exacerbadas por la superposición de nuevas crisis internacionales. Para promover avances significativos en el contexto de los Objetivos de Desarrollo del Milenio y el desarrollo humano integral, añade, se necesita una mayor concreción en la asignación de los recursos financieros disponibles. Y, en este sentido, las acciones de protección del medio ambiente, especialmente en los estados menos desarrollados, en los estados insulares y en los que no tienen acceso al mar, se reconocen como estratégicas para el destino de futuros esfuerzos financieros.

Cancelar deuda

La Santa Sede, subrayó el Observador Permanente, apoya firmemente la referencia, en los documentos preparatorios de la Conferencia, al tema de la cancelación de la deuda de los países en desarrollo, como esperaba el propio Papa Francisco en la Bula Spes non confundit. “Es un imperativo moral – afirmó monseñor Caccia – apoyar la dignidad de todos y desbloquear el potencial de las naciones atrapadas en el círculo vicioso de la deuda”.

Lucha contra la pobreza

De cara a la Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo, la delegación de la Santa Sede subrayó, finalmente, la necesidad de incluir claramente la erradicación de la pobreza entre los elementos prioritarios del orden del día. “La pobreza – concluyó Mons. Caccia – no es una mera cuestión económica; representa una grave violación de la dignidad humana otorgada por Dios y un grave obstáculo para el desarrollo sostenible»./

Stefano Leszczynski – Ciudad del Vaticano/Vatican News

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba