Trabajos especiales

Recuerdos sobre la presencia de grandes felinos en Los Altos

 

Horacio Biord Castillo:

Los Altos es una región del estado Miranda altamente impactada por los procesos de urbanización ocurridos a partir de finales de la década de 1950. En efecto, coincidiendo con la construcción de la carretera Panamericana, entre 1955 y 1956, Los Teques, San Antonio de Los Altos y Carrizal y, en menor medida, otras poblaciones, como San Pedro, San Diego de Los Altos y San José de Los Altos, surgido este último precisamente en 1956, han experimentado grandes transformaciones que, a su vez, han tenido efectos significativos sobre la biodiversidad y aldeas y modos de vida rurales.

Sería de gran importancia contar en el futuro con informes técnicos sobre la situación actual de la flora y la fauna nativas. En el caso de la flora, debe destacarse la introducción antigua de especies exóticas, en especial de eucaliptos y coníferas, que han pasado a colonizar diversas áreas, propensas ahora a procesos erosivos y de incendios forestales, y tenidos como expresiones de la flora local. Se ve con preocupación la introducción reciente de otras especies, como el nim o nimbo de la India (Azadirachta indica) que ha empezado a proliferar en muchos lugares de Venezuela y de otros países.

La reducción de las zonas boscosas también ha impactado el hábitat de la fauna nativa. Entre los fenómenos que llaman la atención a los ojos no especializados, está el crecimiento, quizá desmesurado, de poblaciones de aves carroñeras, especialmente del zamuro negro. En distintos lugares de Los Altos se han instalado muchos zamuros (Coragyps atratus), algunos próximos a vertederos de desechos sólidos, pero otros en zonas urbanas y no solamente en zonas boscosas, como por ejemplo en azoteas y estacionamientos de edificios además de taludes y barrancos abruptos, quizá esto más acorde con sus hábitos naturales. Un colonia grande de zamuros se puede observar en las montañas que bajan de Club de Campo a Las Adjuntas, la antigua serranía de Pipe. Son terrenos que pertenecen al municipio Libertador del Distrito capital , antiguo Distrito Federal. Los zamuros, gallinazos o zopilotes, son llamados en las lenguas indígenas del tronco lingüístico caribe, kuruumo, palabra que aparece en topónimos como Cumbres de Curumo (urbanización del municipio Baruta del estado Miranda) o Curumotopo (piedra del zamuro), nombre muy común en el interior (Oriente y Guayana).

Otro fenómeno relacionado con la fauna es el relativo al avistamiento de grandes felinos, para diferenciarlos de los gatos domésticos, en zonas de Los Altos Mirandinos. Por ejemplo, en distintos momentos ha habido noticias sobre avistamiento de felinos de regular tamaño en la misma serranía de Pipe, en las montañas donde se asienta el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC). Recuerdo que, en la segunda mitad de la década de 1970, hacia 1976, corrió el rumor de que del zoológico de Caricuao, en Caracas, cuyas montañas colindan con el municipio Los Salias, entonces distrito Guaicaipuro, se había escapado un tigre, o quizá un jaguar. Se decía que probablemente se habría refugiado en los cerros de Pipe, por el IVIC y Club de Campo. Aún no se había desarrollado la urbanización Mirador Panamericano (Km. 10 de la carretera Panamericana, frente a la entrada de Figueroa), aunque sí se habían hecho algunos movimientos de tierra e iniciado de manera todavía incipiente algunas construcciones.

Durante varios años se comentó este episodio. Excursionistas y ciclistas sostenían haber visto evidencias de la presencia de felinos, como sombras y celajes en la floresta, ruidos sospechosos, huellas y excrementos que se le atribuían a grandes felinos. A mediados de la década de 2000, a los empleados del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, mediante comunicación oficial, se nos alertó sobre la presencia de un felino en las instalaciones del Instituto y se nos exhortó a tener cuidado y tomar las precauciones, en especial al deambular por los jardines y áreas boscosas.

He escuchado versiones similares a personas que han caminado o recorrido los predios del IVIC y sus alrededores, aunque yo mismo que he caminado a distintas horas por esas montañas de Pipe nunca he visto o sentido nada sospechoso de felinos. Sin embargo, testimonios de varios visitantes y residentes en el campus del IVIC dan cuenta de probables avistamientos casi siempre fugaces, indicios como huellas o excretas e incluso animales domésticos atacados por posibles felinos. Tal vez se trate de cunaguaros, tigrillos u ocelotes (Leopardus pardalis) o también de onzas, leoncillo o yaguarundí (Herpailurus yaguoaroundi), a veces confundido con leones o pumas.

La tradiciones y narraciones orales sobre la presencia de estos felinos en la región, sistemáticamente recogidas, deben sumarse a los estudios de la zoología para arrojar más luz sobre este interesante tema. Mientras tanto, lo que puedan parecer, como se llaman ahora, “mitos urbanos” se trata, en realidad, de evidencia de la presencia de fauna normalmente no esperaba en ámbitos urbanos y periurbanos.-

 

Publicado en El Nacional. Caracas, sábado 21 de diciembre, 2024

URL: https://www.elnacional.com/opinion/recuerdos-sobre-la-presencia-de-grandes-felinos-en-los-altos/

 

 

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