Padre Roso López
Ocupó diversos cargos: canciller de la diócesis de Los Teques, párroco de Catedral, Los Castores, El Paso, Ocumare, Tacarigua y San Miguel Arcángel. Subsecretario de la CEV y director del departamento de liturgia
Cardenal Baltazar Porras:
Al día siguiente a la Natividad del Señor dejó de existir el Pbro. Roso López quien pasó sus
últimos años con el cuidado fraterno de la Casa Sacerdotal de Caracas. Al enterarme de la
noticia afloraron a mi mente recuerdos de nuestros años de Seminario en la vetusta
edificación de Los Mecedores al norte de Caracas. Lo molestábamos mucho por su
nombre Roso, puesto según él por su abuela, pues había nacido el día Santa Rosa de Lima
el 30 de agosto de 1939 en Maracay.
Cursó sus estudios en nuestro seminario como
miembro de la arquidiócesis de Caracas hasta la creación de Los Teques como diócesis en
1965. Tenía una cojera que no le impedía hacer deporte, buen humor para compartir las
bromas de sus compañeros, siempre alegre y dispuesto a colaborar. Inteligente y piadoso.
Fue ordenado sacerdote por Mons. Juan José Bernal el 7 de octubre de 1967 y fue enviado
a estudiar derecho canónico y liturgia en Roma. Sacó también el título de profesor de
castellano, literatura y latín por el Instituto de Mejoramiento Profesional del Magisterio.
Ocupó diversos cargos: canciller de la diócesis de Los Teques, párroco de Catedral, Los
Castores, El Paso, Ocumare, Tacarigua y San Miguel Arcángel. Subsecretario de la CEV y
director del departamento de liturgia. En hora oscura se retiró del ministerio por un
tiempo al cabo del cual pidió ser reincorporado al ejercicio sacerdotal. Hombre sencillo y
humilde, tuve la dicha de compartir con él sus 50 años de vida sacerdotal en Tacarigua
donde recibió el reconocimiento agradecido de la gente barloventeña.
La merma de salud
lo llevó a pedir ser recibido en la Casa Sacerdotal caraqueña donde transcurrió sus últimos
años en la quietud y el recogimiento. Quienes fuimos sus compañeros lo recordamos con
cariño. Sus restos fueron trasladados a Barlovento donde reposan hasta la hora de la
trompeta del juicio final. El Niño Dios y la Virgen lo reciban en su seno. Que en paz
descanse.-