Opinión

El pueblo no los quiere

Anhela un cambio de verdad, que supere el poder despótico y depredador

Fernando Luis Egaña:

Todo el mundo lo sabe. El conjunto de la nación no quiere para nada al poder establecido. Y tampoco quiere para nada a los que se disfrazan de oposición, pero le siguen el juego al poder.

Motivos hay de sobra en todos los órdenes de la vida personal, familiar, comunitaria y nacional. Los poderosos son percibidos como un puñado de atracadores y sus serviles como un puñado de parásitos. 

Es una percepción fundada en la realidad. El poder ha logrado arruinar al país, mientras  sus mandoneros se han enriquecido de manera sideral. Los enchufados de la oposición aspiran a participar del festín,  aunque algunos se conformen con migajas. 

Sólo les interesa, y preocupa, quedarse donde están. Todo lo demás está al servicio de ese afán. No tienen límites de ningún tipo para alcanzar ese objetivo. De ningún tipo.

El pueblo no los quiere y sabe bien quiénes son. La mentira continuada ya no convence a nadie. Los mandoneros son los primeros, porque de éstos ha salido la burbuja de falsedad.

Y el pueblo no sólo no los quiere, sino que anhela un cambio de verdad, que supere el poder despótico y depredador, en todos sus colores, y le abra un camino de esperanza y liberación a la patria.-

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