Opinión

UMAP o Esclavitud de la Juventud

Los primeros y permanentes objetivos fueron la iglesia, la oposición política, la prensa libre y las actividades económicas independientes, parte de una extensa y penosa relación

Pedro Corzo:
El realizador cubano Lilo Vilaplana y el incansable luchador contra el totalitarismo castrista, Reinold Rodríguez se han comprometido a llevar al cine una de las tragedias más dolorosas que ha padecido la juventud cubana, las Unidades Militares de Ayuda a la Producción.
Hicieron un excelente trabajo con la película “Plantada” sin pasar por alto “Plantados”, por eso estamos seguro que esta será testimonio de inmenso valor como los anteriores.
El sadismo de la alta jerarquía del castrismo, Fidel Castro, Raúl Castro y Ernesto Che Guevara con la complicidad de todo el alto gobierno, dispusieron una trama represiva que buscaba afectar gravemente a los jóvenes que mostraban de diferentes maneras sus opiniones contrarias a la Revolución, militarizándolos en primer lugar, segundo obligando a realizar trabajos contarios a sus capacidades y tercero generando alrededor de los conscriptos una sarta de mentiras y manipulaciones con el objetivo de incapacitarlos socialmente.
Los primeros y permanentes objetivos fueron la iglesia, la oposición política, la prensa libre y las actividades económicas independientes, parte de una extensa y penosa relación.
En 1960 y 61, Guevara y Raúl Castro iniciaron una persecución oficial contra las prostitutas, proxenetas y homosexuales, pero también contra todo individuo que no ocultara su rechazo al nuevo orden.
Los apresados en las redadas fueron concentrados en la península de Guanahacabibes. La versión oficial afirmaba que esas personas tenían que ser rehabilitadas y según informaciones de la época en esa región llegaron a estar recluidos más de 4000 personas de ambos sexos, todos, como denuncio en su momento un documento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, mayo de 1963, que refiere “todo eso sin una sentencia escrita, hecho por un capitán de policía, sin procedimiento ni base legal y mucho menos constitucional.
Mientras esto ocurría las cárceles se iban abarrotando de prisioneros políticos. El paredón ensordecía y el acoso contra los que decidían abandonar el país, dio origen a los siempre presentes mítines de repudio.
En noviembre de 1963 los Castro implantaron el Servicio Militar Obligatorio, un novedoso método para encerrar la juventud. El SMO, fue otro instrumento de opresión e ideologización que debería ser profundamente estudiado.
La capacidad creativa para reprimir y controlar no se agotaba e inventaron las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP), un siniestro plan que tenia como objetivo someter a la ciudadanía.
Miles de jóvenes fueron literalmente secuestrados. Sacados de sus casas, centros de estudios y seminarios religiosos. Engañados unos y otros apresados por la policía, sin argumentos que justificaran arrestos y menos la deportación forzosa a la que fueron sometidos. Nunca fueron acusados formalmente y menos juzgados por un tribunal por espurio que este fuera.
En su mayoría estaban en edad militar, pero no eran llamados al SMO porque la dictadura los consideraba, aun mas, “desechables”. El régimen no los quería con armas. No eran confiables. Eran jóvenes desafectos que incurrían en el pecado original de no creer en el castrismo.
Los transportaron a la fuerza a campos de concentración alambrados. Vigilados por militares. Obligados a sobrevivir en una miseria extrema. Recluidos en condiciones inhumanas, obligados a trabajo forzoso en la agricultura. Les controlaban las visitas. Eran castigados con frecuencia.
Golpeados por esbirros uniformados que disfrutaban el dolor que causaban. Algunos cometieron suicidio, otros asesinados por los carceleros y también hubo fusilados como el joven Alberto de la Rosa.
La UMAP duró varios años. Se calcula que al menos pasaron por sus galeras 25,000 jóvenes. Raúl Castro, su arquitecto dijo: “en el primer grupo de compañeros que han ido a formar parte de las UMAP se incluyeron algunos jóvenes que no habían tenido la mejor conducta ante la vida, jóvenes que por la mala formación e influencia del medio habían tomado una senda equivocada ante la sociedad y han sido incorporados con el fin de ayudarlos para que puedan encontrar un camino acertado que les permita incorporarse a la sociedad plenamente”.
La UMAP fue un instrumento sofisticado de represión política que en base a los prejuicios existentes pretendía desacreditar a las victimas. Decir que la UMAP se implementó para buscar la reeducación social de los reprimidos es falso, el único objetivo era destruirlos por ser contrarios al régimen, es tan absurdo e irracional como defender la dictadura de los hermanos Castro o creer que cuando desapareció la UMAP, terminó la represión, un error, porque en poco tiempo inventaron otras Brigadas como la de  la Juventud del Centenario.-
Pedro Corzo
Periodista

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