Crónicas de La Guaira
El 29 de marzo la feligresía de La Guaira dio la bienvenida a su quinto obispo, Mons. Pablo Modesto González Pérez, sdb, quien viene cargado con la rica experiencia como educador en ambientes populares como salesiano y en la última década como obispo fundador en el Alto Apure de la diócesis de Guasdualito

Cardenal Baltazar Porras Cardozo:
La creación de una diócesis con su obispo al frente ha sido y es una de las preocupaciones de la organización eclesiástica católica para atender más directamente a la población de una porción de territorio. A partir de la celebración del Concilio Ecuménico Vaticano II (1962-1966) y de la firma del Convenio entre el Vaticano y la República de Venezuela (1964) se incrementó el dotar a cada estado en la geografía civil de ser cabeza de una diócesis. En 1965 se creó la diócesis de Los Teques con el territorio del estado Miranda excepto el distrito Sucre. En 1967 el estado Yaracuy se convirtió en sede de la diócesis de San Felipe.
El 29 de marzo la feligresía de La Guaira dio la bienvenida a su quinto obispo, Mons. Pablo Modesto González Pérez, sdb, quien viene cargado con la rica experiencia como educador en ambientes populares como salesiano y en la última década como obispo fundador en el Alto Apure de la diócesis de Guasdualito. No viene con las manos vacías. Le tocará ahora amoldarse a variopinta cultura del litoral central, su dependencia de la actividad portuaria y aérea, con la actividad turística según el ritmo de la capital. Es, pues, encrucijada de retos y desafíos en los que la actividad eclesial de los seguidores de Jesús de Nazaret tiene ante sí la ingente tarea de animar e inculcar los valores humanos y cristianos que tienen raíces seculares.
El Papa Pablo VI creó la diócesis de La Guaira mediante la bula “cum summus Deus”, otorgándole el territorio del entonces municipio Vargas del Distrito Federal, quedando Caracas con el municipio Libertador. Es decir, toda la banda costera desde el Cabo Codera hasta los límites con el estado Aragua. El crecimiento poblacional urgía darle autonomía para encarnarse en la peculiar realidad de la costa. Desde los inicios de la colonia, el puerto de La Guaira se convirtió en la puerta de entrada para el inmenso territorio que se escondía detrás de las montañas donde emergía Caracas como la capital, centro político-administrativo, y foco religioso que se amalgamó y fusionó en las culturas primigenias indígenas y africanas con la tradición católica hispana, principalmente andaluza y extremeña traída en los bajeles donde venían los emigrantes del viejo mundo europeo. Caraballeda fue el nombre que Diego de Lozada, conquistador zamorano y fundador de Caracas le puso a este enclave playera en recuerdo de su Carballeda natal.
Las tradiciones religiosas de antes y ahora están presentes con su peculiaridad e identidad que le dan rostro propio al catolicismo de la región. La creación de la diócesis hace 55 años la ha enriquecido y le ha hecho asumir el vertiginoso crecimiento anárquico en el que los fenómenos naturales de terremotos y deslaves han dejado huella. La actividad ocupacional y turística la hacen depender de la capital en muchos aspectos. El clima tropical costero está acompañado de las escarpadas montañas en las que encontramos poblados con actividades agropecuarias y turísticas con la suavidad de paisajes y clima suave y agradable.
Han regido esta joven circunscripción como obispo fundador a Mons. Marcial Augusto Ramírez Ponce, merideño del clero caraqueño quien estuvo al frente desde 1970 hasta finales de 1972. El segundo obispo, el valenciano Francisco de Guruceaga Iturriza, del Opus Dei, quien llegó en octubre de 1973 hasta octubre de 2001, siendo el prelado que ha durado más tiempo, 18 años y quien dejó honda huella física y espiritual. Tuvo como obispo coadjutor durante dos años (1997-1999) a Mons. Rafael Ramón Conde Alfonzo. El tercer obispo, el trujillano Mons. José de la Trinidad Valera Angulo, quien durante diez años (2001-2011), la rigió al inicio del tercer milenio. En calidad de Administrador Apostólico, desde 2011-2013, Mons. Tomás Jesús Zárraga Colmenares, falconiano compartió la dirección de la diócesis de San Carlos y La Guaira. El cuarto obispo, Mons. Raúl Biord Castillo, sdb, quien durante diez años largos (2013-2024) estuvo al frente hasta su designación como arzobispo de Caracas.
Como señalamos al inicio de esta crónica, Mons. Pablo Modesto González toma el testigo que el Papa Francisco pone en sus manos para que dinamice lo que recibe con creces de sus predecesores y de una feligresía entusiasta que lo recibe con los brazos abiertos, dispuestos a seguir caminando juntos con la esperanza puesta en este año santo jubilar anunciando la alegría del Evangelio.-