In memoriam: Tía Franci Ortíz de Porras
En el sábado santo de 2025, falleció el último testigo de la larga genealogía de los hermanos Porras Porras

Cardenal Baltazar Porras Cardozo:
En el sábado santo de 2025, falleció el último testigo de la larga genealogía de los hermanos Porras Porras. Esposa de tío Raúl, y madre de Raúl Ismar, Ricardo Arvelio y Morelita, queridos primos con quienes compartimos tantos bellos momentos desde nuestra infancia y adolescencia hasta el presente. Es hora de agradecer desde lo más profundo del alma todo lo bello que nos trasmitieron los tíos Porras Porras y sus esposas. El calor familiar sin distinción, la disciplina que los caracterizó, pero con esa dulzura propia de quienes trasmiten lo mejor de sí: la bonhomía de sus personalidades y la hondura de esa fe cristiana que nos hizo amar a María Santísima bajo la advocación de Nuestra Señora de la Consolación de Táriba.
Cuantos momentos en aquellas inolvidables vacaciones de agosto donde reuníamos decenas de primos, pues éramos muchos, bajo la mirada protectora de nuestros mayores. De tía Franci guardo inolvidables momentos pues siempre la recuerdo cariñosa y hacendosa. La casa de tío Raúl con su inseparable esposa era la casa de todos nosotros. Curiosamente el parecido entre los primos Porras Ortíz y los Porras Cardozo era tal que nos llamaban hermanos. Y lo seguimos siendo a pesar de la distancia y de los años.
Tuve la dicha en estos últimos años de llevarla conmigo desde Venezuela hasta España. Qué viaje más placentero pues la sentía a ella más preocupada por mí que yo por ella. Iba con la alegría de encontrarse con Morela, la última de la larga lista de primos nacidos entre 1919 y 1956. Pasó sus últimos años bajo el calor familiar en Málaga y en Barcelona donde expiró apaciblemente. Seguía la misa y las oraciones con el fervor de siempre. Casi un siglo de existencia como árbol fecundo de virtudes y testimonios.
Gracias, tía Franci, por tu ejemplo, por tu amor hacia nosotros, por tu constante preocupación que se manifestó de mil maneras a lo largo de tu vida. Te unes en el cielo a todos tus seres queridos y serás siempre faro de luz y alegría para quienes gozamos de tu presencia. Descansa en paz luego de una existencia marcada por el amor al prójimo, no sólo a los cercanos por la sangre, sino con la preocupación por los necesitados que siempre encontraron en ti la mano abierta para ayudar.
Gracias, Señor, por haberme enseñado a través de ella a reflexionar y a ampliar horizontes. Gracias, Señor, por ofrecerme gratis tantos descubrimientos y sorpresas que me han hecho mejor por el impulso de mi querida tía. Descansa en paz y ruega por nosotros. Amén.-