Opinión

Rendición de Cuentas (III)

¿Han pensado en la “rendición de cuentas “del régimen?

Gloria Cuenca:

Al final de la existencia casi todos, hacemos una rendición de cuentas, aun cuando no se trate, ni se hable de dinero. La pregunta que viene a la memoria, constantemente, para quienes nos sabemos imperfectos y tenemos dudas es: ¿Lo hice bien? ¿Hice lo que debía? ¿Me faltó algo? A veces, atormentan esas preguntas. Nos contestamos de una manera o de otra, en oportunidades dependiendo de cómo nos sentimos o, cómo amanecemos. Por supuesto, quienes pensamos con ética, esto se hace  a diario para saber si se actúa bien, regular o mal.

La gente consciente, poca dentro del nefasto régimen, se empeña en quedarse a la fuerza donde no los quieren, ni resisten. (Allí están las encuestas serias) El rechazo es casi total.

Como docente, la primera y única vez que no me sentí cómoda con los alumnos, después de mucho pensar y analizar, decidí irme. Pedí la jubilación. Fue un grupo conformado, entre irreverentes, golpistas, (fue por esos años) algunos inteligentes y buenos estudiantes; había revoltosos y mal hablados también; otros hacían prácticas de brujería contra mí, lo que descubrí. Lo pensé muy bien. Durante días, reflexioné. Cada clase en lugar de ser, como había sido, una experiencia grata y extraordinaria, se volvió una pesadilla. Al hacer un balance personal, la rendición de cuentas, con insistencia me pregunté ¿qué hago aquí? Estos jóvenes, no me respetan, ni quieren, tampoco aprecian mi empeño; no les gusta cómo doy la materia, que es fundamental. Comparé ese curso, con todos los anteriores. Me di cuenta, lo desagradable de la situación. Me voy pensé, y lo expresé. Tenía 26 años y 7 meses dando clases.  Así me jubilé temprano. 7 años después, regresé por 10 años más a dar clases. Otra perspectiva. Fue gratificante irme de mi amada institución: la Escuela de Comunicación Social de la UCV, de manera distinta a esa primera vez.

La historia viene al caso, para contar que alguna vez en la vida, ¡No somos “monedita de oro”! podemos ser rechazados, ignorados, no aceptados, en definitiva. Lo extraño ocurre cuando la mayoría no te quiere, no te resiste; y usted se empeña en seguir allí. Como “novio adolescente” que no acepta la ruptura. Empieza a hacer locuras, le dan arrebatos de furia y agrede de cualquier forma. ¿Triste verdad? Al revisar lo hecho, a pesar de los sinsabores que ocasionaron una o dos tormentas a lo largo de mi existencia, la “rendición de cuentas” resultó positiva. ¡Gracias a Dios! Tal como he dicho: misión cumplida”.

¿Han pensado en la “rendición de cuentas “del régimen? Resultarán aplazados por lo mal hecho. El balance negativo, en todo; lo peor en materia educativa.  Organizaron universidades, (¿¡) tales y cuales, inventaron institutos y demás, la realidad es que el país desde el punto de vista educativo ha sido devastado. Expliqué, en artículo anterior, la trascendencia, la dificultad y el tiempo requerido para formar maestros. Acabaron con los planes que formaban al personal del magisterio. Ante semejante debacle las Escuelas de Educación de las universidades autónomas y nacionales están en crisis. ¿Quién quiere ser maestro o docente, con semejante salario, además del maltrato infringido? Ni que fueran locos,  o masoquistas ,los humanos en Venezuela.

Impusieron la idea: educarse no sirve. Se estimula la holgazanería, recibir cajas, bonos, ayuditas, todos mantenidos como si esa fuera la esperanza de vida; la tal revolución. En estado de locura pretenden modificar la Constitución Nacional de 1999, la “mejor del mundo” según dicen, mientras incumplen, con especial saña, el capítulo relativo a los Derechos Humanos. Lamentable: la gente se cansa de luchar contra ellos y emigra. Se obstina de las mentiras y la palabrería hueca. Quien no quiere transformarse en un malandro, ladrón, aprovechador y demás, prácticamente, no puede sobrevivir aquí, en Venezuela, decentemente. También están los enchufados y cómplices. Los sobornos, las trampas, los abusos de los funcionarios en los niveles más bajos: vergonzosos. Algunos de quienes emigran son de mala fe. ¿Mandados por el régimen? No se puede asegurar. De que hay gente indeseable entre los emigrantes, tristemente, es así. Sin embargo, la mayoría son profesionales, con buena formación, deseos de progreso, reconocidos y apreciados. Entre ellos hay, médicos, ingenieros, abogados, periodistas, artistas, psicólogos, cocineros, chef, sociólogos, músicos, profesores, investigadores, técnicos, peluqueras, manicuristas, mecánicos, asistentes del hogar, entre otros; quieren contribuir, a donde van, con el conocimiento, la ciencia, la salud, el desarrollo humano, y económico, servirlos, ayudar, colaborar y  entretenerlos. La represión y el rechazo que experimentamos, en estos momentos, con razón o sin ella, por parte de algún gobierno o nacionalidad nos hará más fuertes. Habrá a quien no les caemos bien. Es válido también.

Quiénes no tendrán perdón de Dios, cuando llegue esa rendición de cuentas frente a Dios, Nuestro Señor, son estos: han desgobernado el país por más de un cuarto de siglo. Lo peor: falta de educación, de instrucción, de ética y moral por parte del régimen nefasto. Su ejemplo no sirve. Sin valores. Son evidencia, las nuevas generaciones de venezolanos, quiénes en busca de comida, y/o de algún bienestar, se transforman en esos chantajistas y abusadores, que no les importa a quien o quienes atropellan por cuanto no tienen ningún concepto sobre qué significa vivir de acuerdo a la ética, las normas de la religión cristiana y demás. El tiempo de Dios es perfecto: segura estoy, se aproxima un tiempo de verdades y ética, Volveremos a ser aceptados, nosotros, la mayoría, no somos ellos. ¡Dios nos ampare!.-

Recomendamos el sitio web de Gloria Cuenca: gloriacuenca.substack.com

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